Conexión Oscar 2015: Las primeras críticas de "Inherent vice" y "Fury" las descuelgan de la carrera

Querido Teo:

Aunque todavía no se hayan estrenado ya tenemos a dos películas que estaban en la mayoría de apuestas de cara a los Oscar y que, si no cambia mucho el panorama, parece que se confirman como las primeras descolgadas de peso. Habrá que esperar para confirmar el dato o la sensación al respecto pero las cosas se ponen difíciles para “Fury” de David Ayer e “Inherent vice” de Paul Thomas Anderson que no han estado a la altura de lo esperado en lo referente a críticas, un test que en cambio sí que han superado con nota estas pasadas semanas “Boyhood”, “Birdman”, “Foxcatcher”, “The imitation game”, “La teoría del todo” o “Perdida”, todas ellas reforzadas en los festivales por los que han pasado.

Si “Perdida” cumplió todas las expectativas depositadas tras su paso por el Festival de Nueva York, abriendo el certamen en esta ocasión, no se puede decir lo mismo de la otra gran adaptación literaria de la carrera de este año. "Inherent vice" de Paul Thomas Anderson, puesta en largo cinematográfica de la novela de Thomas Pynchon, fue pieza central del certamen neoyorquino y confirmó la inclasificable propuesta de un director (que al contrario que Fincher con “El curioso caso de Benjamin Button”) nunca ha pretendido renunciar a su estilo de hacer cine, sea accesible o no para el gran público o tenga o no posibilidades en las temporadas de premios. Si en “The master”, enfermiza pero más clasicista con tres interpretaciones magistrales y un empaque técnico apabullante, se tuvo que contentar con las nominaciones actorales a pesar de ser respaldada por la crítica y por festivales como el de Venecia, parece que su nueva película lo tiene mucho más difícil para conseguir el consenso académico. Si el avance ya nos puede parecer una variante neonoir de “La gran estafa americana”, las críticas coinciden en que la cinta es una rara avis que pretende homenajear al cine negro de los 70 (“Chinatown” de Roman Polanski, “La noche se mueve” de Arthur Penn o “El largo adiós” de Robert Altman son claros referentes) salpicado por un tono psicotrópico que impregna su estética y enmaraña un argumento complejo tan desordenado como la mente del protagonista y que potenciará la división, algo que es lo peor que puede generar una película de cara a toda carrera de premios. Una cinta indomable que puede hacer descabalgar a su director de toda presencia en la carrera antes de hora.

En el apartado técnico se destaca la fotografía saturada y la música de Jonny Greenwood, acompañada de una selección de canciones de la época, pero lo que me resulta especialmente curioso es que las críticas prácticamente no reseñan el trabajo de Joaquin Phoenix, quizás más discreto de lo que debiera si quiere hacerse un hueco en una competida categoría de mejor actor en la que parece que desde el principio no ha podido encontrar su hueco. Se habla de Josh Brolin y Katherine Waterston como actores dentro del extenso reparto de la cinta que podrían conseguir alguna mención en la categoría de secundarios, pero todo parece indicar que guión adaptado podría ser la candidatura más firme para una cinta que poco a poco está quedando descabalgada de las categorías de película y director, como siempre ha mostrado la evolución del oscarómetro esta temporada. Y es que para la Academia Paul Thomas Anderson sigue siendo mejor guionista que director con 3 nominaciones ("Boogie nights", "Magnolia" y "Pozos de ambición") a 1 ("Pozos de ambición").

Más sorprendente es para nosotros el revolcón recibido por "Fury" tras su lanzamiento en el Festival de cine de Londres. Una cinta que parecía querer confirmar a David Ayer como un eficiente director en la acción de divertimento épico en esta historia ambientada en la II Guerra Mundial que se presentaba como una combinación de “Salvar al soldado Ryan”, “Malditos bastardos” (Brad Pitt comandando un batallón de hombres) y “Lebanon” (al ver las consecuencias del conflicto bélico desde la perspectiva de un carro de combate). Un prometedor avance y su estreno en un mes de Octubre, que suele ser muy bueno para comenzar a aupar apuestas de Oscar, habían disparado a la película en el oscarómetro hasta la segunda posición en mejor película y a la tercera en mejor director.

Agua de borrajas para la ambiciosa propuesta de Sony ya que un mal guión, aburrido y poco consistente, parece minar todas sus opciones a pesar de que se alabe la parte técnica, con especial mención a la fotografía, y el trabajo de Logan Lerman. El reverso dramático de “Monuments men”, un divertimento con aspiraciones que también quedó en la nada hace unos meses, con frases grandilocuentes (tanto como el título español de “Corazones de acero”) y una violencia estilizada que no expande ese cuidado al resto de aspectos de la película. Ninguno de los actores es destacado por lo arquetípico de sus personajes (sólo se realza la empatía que genera el personaje de Logan Lerman) y el realismo con el que Ayer nos sumerge en estos diarios de batalla, en los últimos coletazos de una guerra tan cerca del final en el que la amenaza de la muerte en el último momento añade frustración a tanto tiempo de aguante y lucha por la supervivencia, es lo que parece salvar a una cinta que quizás no sabe manejar el potencial de la historia para añadirle interés más allá de lo obvio. Habrá que esperar a las críticas USA para confirmar su descuelgue o no pero, quizás demasiada inflada en las expectativas, “Fury” parece que quedará relegada a categorías puramente técnicas como las de fotografía, montaje o las de sonido.

Nacho Gonzalo