Conexión Oscar 2015: Fortalecidas y debilitadas en el Festival de Toronto
Querido Teo:
Este domingo se conocerá el premio del público del Festival de Toronto y como en anteriores años vamos a hacer balance de lo que ha pasado en el certamen más importante en clave de Oscar ya que no hay que olvidar que de 36 años de historia en 12 ocasiones la ganadora del premio del público fue nominada al Oscar como mejor película: “Carros de fuego” (1981), “Reencuentro” (1983), “En un lugar del corazón” (1984), “Shine” (1996), “La vida es bella” (1998), “American beauty” (1999), “Tigre y dragón” (2000), “Slumdog millionaire” (2008), “Precious” (2009), “El discurso del rey” (2010), “El lado bueno de las cosas” (2012) y “12 años de esclavitud” (2013). De todas ellas ganaron la estatuilla (“Carros de fuego” en 1982, “American beauty” en 2000, “Slumdog millionaire” en 2009, “El discurso del rey” en 2011 y “12 años de esclavitud” en 2014). Da la impresión de que este año (tampoco en Telluride) todavía no se ha proyectado la futura ganadora del Oscar pero no hay que olvidar que el año pasado la película de Steve McQueen asentó su condición de favorita desde el primer momento e incluso ayudó a poner en el mapa (a pesar de que sus opciones fueron después ninguneadas por los gurús) a “Philomena” que terminó también alcanzando la nominación y que quedó segunda en las votaciones de Toronto.
Las fortalecidas
Quizás no tuvo una acogida tan entusiasta como en Telluride, pero la película sobre Alan Turing cumplió con nota gracias sobre todo al trabajo de un Benedict Cumberbatch, especialista en personajes complejos y algo atormentados, que humaniza al personaje llenándolo de matices y siendo presa de esas frustraciones que vive en una sociedad que pronto condena los modos de vida que no son los típicos socialmente establecidos. Se ha achacado la convencionalidad de la propuesta en lo referente a la hora de tratar la homosexualidad del personaje que terminó con su vida ante la presión vivida por ello. Fría y académica, y con un empaque técnico notable, funciona en la parte referente a sus investigaciones pero se queda corta a la hora de retratar su tormento interior. Una propuesta que se adapta bien a los géneros, que ha sido comparada con “El topo” por su tono pero siendo más accesible para el público medio, y que no cae en lo obvio sobresaliendo gracias a Cumberbatch, Keira Knightley y el apartado técnico. Quizás tenga difícil ser una de las nominadas a mejor película (habrá que ver si termina siendo o no la principal apuesta de los Weinstein) pero, desde luego, pone a Cumberbatch en la carrera por un Oscar al mejor actor que se presenta apasionante.
También en manos de los Weinstein, “St. Vincent” es un regalo interpretativo para un Bill Murray que no ha vuelto a estar en la carrera desde su cara de decepción por perder la estatuilla por “Lost in translation” hace ya 11 años, no cuajando los intentos con “Flores rotas” y “Hyde Park on Hudson”. La historia se centra en una madre soltera con un niño de 12 años al que tiene que dejar al cuidado de Vincent, un vecino malhumorado, misántropo y excéntrico lleno de vicios llamado St. Vincent de Van Nuys. El chico terminará estableciendo una curiosa alianza con este hombre de fachada escéptica pero buen corazón y una stripper rusa embarazada. Una película que bien podría tener posibilidades como premio del público al ofrecer una tierna y empática historia en la que Murray pasa de cascarrabias a personaje humanizado manejándose bien tanto en la comedia como en la parte más dramática del mismo pudiendo demostrar que es mucho más que el actor que conocimos en los 80. Sin llegar al sentimentalismo, y con un tono de fábula tierna, podría ser una de esas cintas a la que beneficiara el boca-oreja pero, una vez más, las opciones de la cinta se centran en el trabajo de su protagonista.
Una película de este tipo siempre es difícil en la carrera de premios, pero la cinta de Dan Gilroy ha salido viva de Toronto gracias al trabajo de un Jake Gyllenhaal que perdió peso para el papel y que presenta una de las mejores interpretaciones de su carrera como periodista criminalista freelance que deambula por un Los Angeles urbanita y depresivo. No cumple en su parte de sátira social y la crítica a la deshumanización de los medios de comunicación llevados por el morbo no logra ser tan fuerte como debiera, pero sí que hay unanimidad en que, en un año con menos competencia, Jake Gyllenhaal podría ser candidato al Oscar, un actor que se encuentra en un gran momento de su carrera ofreciendo interpretaciones en las que lo da todo mimetizándose con sus personajes y habiendo superado ya el trauma de “Prince of Persia: Las arenas del tiempo” y continuando los pasos de “Código fuente”, “Sin tregua”, “Prisioneros” y “Enemy”.
Está claro. Jean-Marc Vallée sigue en racha y sí ya colocó en los Oscar el año pasado a “Dallas Buyers Club”, ahora va camino de hacer lo mismo con “Alma salvaje”, la historia real de superación física y psicológica de Cheryl Strayed. Nadie duda ya que Reese Witherspoon tiene posibilidades de llevarse su segundo Oscar (la nominación ya no se la quita nadie) por un trabajo que supone todo un reto actoral para ella. El guión de Nick Hornby es inteligente y va más allá del libro mientras que la fotografía y la música también cumplen un buen papel. Una caminata hacia delante de una mujer que había tocado fondo y que se hizo grande como humana gracias a su historia que salta entre flashbacks y recuerdos. Laura Dern también presenta un material de nominación para actriz de reparto pero las críticas no se ponen de acuerdo si es un papel lo suficientemente importante para poder aspirar a la candidatura o se queda en algo más anecdótico. En todo caso, el canadiense ha vuelto a sacar lo mejor de los actores que trabajan con él y “Alma salvaje” se convierte en el mejor vehículo de regreso a los Oscar de Reese Witherspoon, la ex novia de América que ahora vuelve como actriz comprometida y productora determinada.
El biopic sobre Stephen Hawking sigue firme su camino al Oscar y la cinta se puede convertir en una de las fijas en las principales categorías gracias a la emoción que desprende la película (mucho más regular y luminosa que “The imitation game”) y a las alabadísimas interpretaciones de Eddie Redmayne y Felicity Jones como el matrimonio Hawking desde que se conocen en la universidad hasta que viven y sufren conjuntamente la enfermedad degenerativa de él que amenazaba con terminar con su vida y con su prometedora carrera profesional. Redmayne será candidato al Oscar por la que es posiblemente una de las mejores elecciones de casting que haya tenido un biopic recientemente, siendo su relativa juventud su principal tara frente a otros candidatos, resolviendo con sobresaliente el reto con una madurez inusitada para un actor todavía en ciernes, y Felicity Jones (la película adopta la perspectiva de la mujer ya que se basa en las memorias de la primera esposa de Hawking) también va camino de ello aunque todavía queda confirmar si optará como protagonista o secundaria demostrando que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Una épica historia de amor, fe y superación física en esta lucha de mente y cuerpo que recuerda a otras propuestas como como “Mi pie izquierdo” o “La escafandra y la mariposa”. Un bocado demasiado apetecible para los premios en el que todas las piezas encajan (narración, interpretaciones, apartados técnicos, etc…) así que Focus tiene en sus manos a un diamante en bruto que podría convertirse en una de las apuestas más fuertes hacia el Oscar. La ovación de Toronto avala la cinta a la espera de que pueda ser una de las que más cerca pueda estar de llevarse el premio del público.
Julianne Moore sale como la gran triunfadora de Toronto 2014 ante las buenas críticas cosechadas por su interpretación en este drama en el que interpreta a una profesora acomodada con familia aparentemente perfecta que empieza a sufrir en su mente los estragos del Alzheimer. Y decimos lo de triunfadora no sólo por su alabada interpretación, afrontada con verosimilitud y entrega, sino porque la película ha encontrado distribución y Sony Pictures Classics la estrenará en USA antes de que termine el año con el fin de que Julianne Moore pueda optar con garantías por el Oscar. Un drama que toca la fibra sensible ofreciendo la evolución mental de su personaje, algo que no es nada fácil, y que Julianne parece resolver de manera sobresaliente girando toda la película y personajes sobre ella, sobre la paciente, lo que aumenta la complicidad con un espectador que se verá especialmente sobrecogido si ha vivido de cerca esta penuria en forma de enfermedad gracias a una actriz que si no tiene todavía un Oscar es por no haber pecado de efectista y haber optado por desgarrar al público con sus personajes de manera sutil pero evidente honestidad.
Poco se puede decir de una de las películas que sin duda marcarán esta temporada de premios. Con Toronto la cinta de Bennett Miller culmina un recorrido festivalero triunfal que ya le ha llevado por Cannes y Telluride. Su oscuridad depresiva sobre la condición humana y los sueños de éxito y triunfo de la cultura USA son su principal handicap hacia el Oscar, pero sí destaca es por unas interpretaciones encomiables de Steve Carell, Channing Tatum y Mark Ruffalo en una propuesta más compleja de lo que parece desde el punto de vista psicológico y con cierta aridez buscada con la que desde luego Miller no quiere congraciarse ni darle nada masticado al público, renunciando a ganar premios como primer objetivo pero sí indagando en la condición humana erradicando todo morbo y haciendo grande a un hecho concreto sin alharacas ni efectismos. Quizás eso provoque que Miller se acabe descolgando en la recta final de la carrera, pero sí algo demuestra es que crece como director respecto sus dos anteriores películas y que no es un mercenario de los premios.
Las debilitadas
La película de David Dobkin era la encargada de inaugurar la edición de 2014 y siguió los pasos de “El quinto poder” el año pasado dinamitando toda la expectación que había sobre ella. Es verdad que el nombre del director no es que precisamente sea muy halagüeño, con comedias como “De boda en boda”, pero el trailer presentó bastante empaque y ver a Robert Downey Jr. y Robert Duvall en una intriga a medio camino entre el drama paternofilial y el judicial podía ser garantía. Finalmente las críticas fueron bastante pobres señalando que la historia se pasaba de obvia y aburrida y que nacía algo antigua en su planteamiento y con una música y fotografía demasiado recargada para una historia contemporánea y dada a pocos alardes. El único que se ha salvado de la quema (se ha hablado mucho de los tics de Downey Jr. recordando a Tony Stark) es Robert Duvall que, de ser una seria posibilidad en actor de reparto, puede ver como las malas críticas de la cinta lastran sus opciones y la carrera se hace larga para una película que parece destinada a no tener que contar en nada para esta temporada de premios.
Para muchos de los asistentes la gran decepción del certamen, a pesar de que Jason Reitman hace tiempo que parece que ha perdido su estrella o la suerte del novato que tuvo al comienzo de su carrera. El tema no puede ser más atrayente y actual como es el de la radiografía de una sociedad que vive marcada por la dependencia tecnológica, viéndose afectado por ello en sobremanera las relaciones personales directas. Una cinta que va de actual pero que casi es como una película de ciencia ficción rodada en los 80 y 90, no logrando alcanzar el punto que tenía “Her” de saber conectar con las inquietudes personales y cibernéticas de hoy en día. Predecible y con un mensaje conservador, la cinta acaba perdiéndose y funciona mejor en algunas interacciones personales que cuando todo se lleva a cabo a golpe de ratón. Una historia coral sobra la egolatría tecnológica, adolescentes con problemas y padres inmaduros en una cinta que decae y que se queda en una premisa atractiva. Reitman no ha sabido hacer interesante la historia ni ofrecer un retrato generacional perdurable, así como tampoco hacer destacar a nadie de un reparto atractivo. Otra descartada de la carrera que sigue los pasos del fiasco de “Una vida en tres días” el año pasado. Reitman no levanta cabeza.
Liv Ullmann ha vuelto al cine con esta adaptación del clásico teatral de August Strindberg y para muchos la directora tendría que haberse quedado quieta. La cinta no aporta nada respecto a las otras versiones, apostando por la atmósfera claustrofóbica heredera del teatro pero pasándolo por el tamiz enseñado por Bergman. Una mujer intentando no quedar subyugada por el sistema de clases y decidida a seguir sus impulsos más pasionales, aunque a pesar de la magnética y volcánica interpretación de Jessica Chastain la cinta ha sido calificada de tediosa y fallida habiendo sido rodada con el piloto automático y dejando sólo en manos del talento de sus tres actores que la película no naufrague.
“A little chaos”
La película encargada de clausurar Toronto 2014 tampoco ha salido bien parada. El segundo trabajo como director de Alan Rickman, reencontrándose con Kate Winslet tras “Sentido y sensibilidad”, ha recibido bastante palos siendo una propuesta de época mortecina y poco lucidora. Kate Winslet salva la papeleta intermitentemente, al igual que el resto del reparto, pero el arriesgado y completo vestuario no se traslada de esa manera a lo que es la cinta ofreciendo un trabajo sin pasión. Una obra irregular que no sabe en el terreno que se tiene que mover (drama de época, comedia bufa, retrato histórico sobre evolución de la mujer…) con una dirección desganada, un guión reiterativo y una falta de química alarmante entre Winslet y Matthias Schoenaerts, buscando entretener al público pero sin saber muy bien a donde dirigirse y retratando una corte francesa con indudable sello británico lo que no deja de ser una ambivalencia que chirria.
Nacho Gonzalo