Conexión Oscar 2015: Director

Querido Teo:

¿Será el tercer año con disociación? Por primera vez en la Historia de los Oscar podría darse que de manera consecutiva los premios de película y director fueran para películas diferentes. Todo parece indicar que “Boyhood” y “Birdman” son las que pelearán de manera intensa por el Oscar al mejor director en una lucha entre la paciencia y el tesón de una obra humanista y la virguería técnica de la disección de un ego en un gremio como el actoral que tan bien conoce Hollywood. El personalísimo estilo de Wes Anderson, la corrección académica de Morten Tyldum y la elegancia autoral de Bennett Miller parecen llegar completamente sin opciones.

Director

Los candidatos

Wes Anderson (El Gran Hotel Budapest)

Wes Anderson ve reconocido su particular forma de hacer cine por primera vez en la categoría de mejor dirección. Todavía no podemos muy bien comprender porque este ha sido finalmente el trabajo que abriera de par en par las puertas de la Academia para un director relegado hasta ahora a la categoría de mejor guión o alguna mención técnica o musical. La buddy movie de enredo en época de entreguerras con el pesimismo burlón de Stefan Zweig que es “El Gran Hotel Budapest” es una ensalada de personajes, gags y secuencias que, a pesar de su pretendida anarquía y su ritmo endiablado, está perfectamente medida y orquestada, todo gracias a esa mente videoclipera, naif y melancólica que es la de Anderson, un director que era cuestión de tiempo que fuera tenido en cuenta por la Academia. Ya con “Moonrise kingdom” se quedó a las puertas de la nominación de mejor película y ahora, con “El Gran Hotel Budapest”, ante su buen funcionamiento ante crítica, taquilla y Gremios , era una opción de nominación ineludible. El primoroso juguete de un niño grande, artesano y juguetón.

Alejandro González Iñarritu (Birdman)

Segunda nominación como mejor director de Alejandro González Iñarritu, miembro del tridente de realizadores mexicanos en Hollywood que conforma con sus amigos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro. Y es que Iñarritu prosigue su relación de amor con los Oscar ya que sus cinco películas han conseguido nominaciones en la gran noche de los premios y, salvo en su ópera prima, sus actores han sido reconocidos con la candidatura aunque ninguno de ellos ha salido ganador todavía. Cuando todos dudaban de las capacidades de Iñarritu, al producirse la separación artística con el guionista Guillermo Arriaga, éste ha terminado revelándose demostrando que a lo mejor el bueno del tándem era él. Y es que “Birdman” es un prodigio actoral, técnico y artístico que demuestra la visión de un director que tiene muy claro lo que quiere y que se aleja de la “trilogía del dolor” para, a través de un guión milimetrado, unos actores en estado de gracia, y un equipo técnico de altura que saca partido a sus elementos dando a la película un aire visionario, presentar una de las películas con más empaque de toda la temporada de premios. El DGA conseguido es el mejor aval para repetir la proeza mexicana del año pasado.

Richard Linklater (Boyhood)

Richard Linklater es uno de esos directores genuinos y singulares que el cine siempre necesita para destacar un poco sobre la medianía imperante. Un realizador creativo e independiente fiel a su estilo y su manera de trabajar que lleva por bandera la máxima del empeño y el esfuerzo. Directores que ya son grandes sin necesidad de un Oscar (véase el caso de los clásicos Hitchcock o Chaplin o del más reciente Fincher) pero cuyos seguidores siempre aplaudirán que unos premios tan importantes como los Oscar se fijen en ellos. Ya sabemos que hasta “El curioso caso de Benjamin Button” David Fincher no existía para la Academia y ahora con “Boyhood” puede ser la oportunidad para que Linklater encuentre su pasaporte al reconocimiento y a las ligas grandes más allá de los circuitos de autor en los que siempre ha encontrado su público. Linklater ya se había llevado el corazón de los cinéfilos y de los apasionados de las historias más humanas y auténticas con la trilogía de “Antes del amanecer”, pero por si fuera poco ahora presenta “Boyhood”, todo un reto nunca antes visto en el cine. Y es que si Linklater siguió en la citada tanda de películas los pasos de François Truffaut a la hora de seguir la evolución a lo largo de los años de sus protagonistas, ahora ha hecho algo más difícil todavía que no es otra cosa que llevar a cabo todo ese recorrido en una misma película de más de dos horas y media de duración demostrando que no es necesario tirar de acción efectista para que no se mire el reloj durante la película. Para ello, Linklater rodó durante 12 años la historia de un crío, desde los 6 a los 18 años, así como el del entorno que le rodea (padres, familiares, amigos, amores, jefes, etc…) en un tiempo neto de rodaje de 39 días en los que Linklater puso la cámara para ver la vida pasar en una experiencia cinematográfica más o menos conmovedora pero, desde luego, única. Ha sido el director de la temporada y sólo el DGA ha empezado a mostrar que quizás no sea tan favorito como lo ha sido durante todos estos meses.

Bennett Miller (Foxcatcher)

Bennett Miller, al igual que Stephen Daldry y David O. Russell, es un director fijo en los últimos años para la Academia. Sólo tres películas y dos de ellas han sido candidatas a mejor película (“Capote” y “Moneyball”) y también ha conseguido dos nominaciones a mejor director (“Capote” y “Foxcatcher”). Precisamente Miller protagoniza una de las grandes incongruencias de estos Oscar y es que por primera vez desde que son más de cinco las candidatas un director consigue la nominación sin que su película esté considerada como una de las mejores del año. Eso ya le convierte en el rival más débil de este año, no obstante quedando por delante de nombres como Clint Eastwood, Damien Chazelle o Ava DuVernay y confirmando su premio en Cannes, pero la nominación parece encerrar una lectura que va más allá de la palmadita en la espalda. Y es que Miller, que corría riesgo de ser un director menor y simplemente funcional, ha comenzado a mostrar su estilo, una marca de fábrica que bien podría pertenecer a Paul Thomas Anderson pero que le sirve para ofrecer una película lúgubre y sin cortapisas, gracias a una atmósfera sórdida y que acaba provocando fascinación a pesar de su vertiente enfermiza.

Morten Tyldum (The imitation game)

A pesar de no estar presente en la carrera hasta que llegaron las nominaciones del DGA, siempre hay que confiar en el viejo zorro Harvey Weinstein y en cómo ha catapultado a Morten Tyldum a la nominación. Un trabajo sobrio y efectivo pero que no supone un valor añadido para la película. El director de “Headhunters” ha saltado al cine industrial y de ligas mayores con este proyecto de encargo en el que no hay riesgo y sí mucha corrección, intentando ni crear polémica ni regodearse en los aspectos más angustiosos de la biografía de Turing. Su mayor acierto es el manejo de las líneas temporales en las que se mueve la película, diferenciándolas claramente tanto en estilo como en gama cromática, y en ofrecer una película entretenida y efectiva que, si bien no revoluciona la Historia del cine ni aporta nada nuevo, se ve muy bien y es un buen retrato (aunque demasiado conservador) a la figura de Turing y a su época. En definitiva, Tyldum se maneja bien con los distintos tonos de la película y la presenta con un lazo a Harvey. No hace nada más de lo que se le ha pedido y la nominación ya es un premio importante para él. Well done.

El dictamen 

Ganará: Richard Linklater (Boyhood)
Alternativa: Alejandro González Iñarritu (Birdman)
Quiero que gane: Alejandro González Iñarritu (Birdman)
Echo de menos: Damien Chazelle (Whiplash)

Nacho Gonzalo