Conexión Oscar 2014: Cate Blanchett, clase y elegancia
Querido Teo:
Y Woody Allen encontró a su nueva gran musa. Cate Blanchett vuelve a las pantallas por todo lo alto con "Blue Jasmine", el título que no ha tardado en recibir el tan sobado título de “la mejor película de Woody Allen desde…”. Algunos opinarán que desde "Match Point" mientras que otros no se van tan lejos y se quedan con "Midnight in Paris". En todo caso (y con el permiso de "Si la cosa funciona" a mi juicio) no hay duda de que esas son las tres mejores cintas del genio neoyorquino en lo que llevamos de siglo y en las que más ha justificado un estatus que tuvo su edad de oro en los 70 y 80. Aunque Woody nos dé una de cal y una de arena, fruto de ese ritmo incesante criticado pero que tanto echaremos en falta cuando desgraciadamente la guadaña le haga colgar las botas, siempre es un lujo y una cita anual imprescindible su llegada a las salas. Este año no ha podido tener mejor elección en la actriz encargada de hacer el protagonista de “Blue Jasmine”, y es que es Cate Blanchett precisamente la que se encarga ella sola de que la película vuele alto y se convierta en uno de los grandes títulos del Woody Allen reciente. Una actriz que vuelve a demostrar un talento, una clase y una elegancia al alcance de muy pocas y heredera de grandes como Greta Garbo, Katharine Hepburn o Vivien Leigh.
A sus 44 años ya se prepara para recibir la que será la sexta nominación al Oscar de su carrera. Serían tres como protagonista (“Elizabeth” en 1999, "Elizabeth: La edad de oro" en 2008 y “Blue Jasmine” en 2014) y tres como actriz de reparto ("El aviador" en 2005 valiéndole la estatuilla, "Diario de un escándalo" en 2007 e "I´m not there" en 2008). No deja de ser curioso que la actriz ganara el Oscar por una interpretación cuestionada que tiene sus fans y sus detractores, algo propio del reto de querer emular a toda una grande como Katharine Hepburn, pero mientras pocos hubieran criticado que se le hubiera concedido el Oscar por “Elizabeth” (perdió ante Gwyneth Paltrow que era la chica popular del momento) o por “I´m not there” (favorita de la crítica ese año siendo una mujer la que mejor ha encarnado en el cine el espíritu de Bob Dylan perdiendo frente a la simplemente correcta Tilda Swinton en "Michael Clayton"). Incluso con “Diario de un escándalo” (donde compartía cartel con su gran rival este año para la estatuilla, Judi Dench) estaba colosal. Y es que Blanchett, a pesar de su porte de diva, logra dar una gran calidez y profundidad a unos personajes que transmiten una gran humanidad facilitando la empatía.
Tras curtirse en el teatro australiano con versiones de “Electra” o “Hamlet”, 1997 fue un gran año para ella formando parte del reparto de “Camino al paraíso” de Bruce Beresford, con Glenn Close, Frances McDormand y Julianna Margulies, para después encarar su primer papel protagonista en “Óscar y Lucinda” junto a Ralph Fiennes. Ese mismo año, conocía en la intrascendente comedia “Thank God he met Lizzie” al dramaturgo, guionista y productor Andrew Upton, con el que ha compartido vida, familia y trabajo desde aquel entonces.
Pero todo este fogonazo fue a más en 1998 como la opción personal de Stekhar Kapur para ser la protagonista de “Elizabeth” en la película sobre el ascenso al trono de Isabel I rodeada por una corte llena de ladinos y traidores. Sin todavía cumplir los 30 años, se metía al mundo en el bolsillo y, a pesar de su todavía corta experiencia en cine, demostró un talento y un saber estar sólo al alcance de los elegidos. Se notaba que había llegado para quedarse y a partir de ahí se le pudo ver en “Un marido ideal” (1999), “Fuera de control” (1999), “El talento de Mr. Ripley” (1999), “Vidas furtivas” (2000), “Premonición” (2000) y “Bandidos” (2001). En unos trabajos con más protagonismo que en otros, pero en todo caso demostrando que elevaba cualquier película. Con gracia en la adaptación de la obra de Oscar Wilde a cargo de Oliver Parker, con poderío robaescenas en su breve intervención en la adaptación de la obra de Patricia Highsmith, bordeando la locura viendo premoniciones, y sorprendiendo en “Bandidos”, producto que a pesar de su vocación alimenticia le valió nominaciones al Globo de Oro y al Gremio de Actores.
Mientras se hacía popular para el gran público con su papel de Galadriel en “El señor de los anillos”, seguía hacia arriba con un antipático papel (pero bien resuelto por ella) en “Atando cabos” de Lasse Hallström, Ha interpretado a mujeres fuertes en “Charlotte Gray” (2001), “Veronica Guerin” (2003) y “Desapariciones” (2003) y se ha dejado tentar por proyectos sugerentes y de autor como “Heaven” (2002) de Tom Tykwer, “Coffee and cigarettes” (2003) de Jim Jarmusch, o “Life aquatic” (2004) de Wes Anderson.
Rodar con Scorsese y ser todo un mito interpretativo llamado Katharine Hepburn no sólo le valió el Oscar por “El aviador” en 2005, sino que también supuso todo un punto de inflexión en su carrera. De estar en producciones más modestas y de autor, pasó directamente a rodar con los mejores. Con Alejandro González Iñarritu llenando de emoción y sufrimiento el clásico personaje de la turista occidental en “Babel” (2006), con Steven Soderbergh en “El buen alemán” (2006), el particular “Casablanca” del director, con Richard Eyre en “Diario de un escándalo” (2006), con ese duelo de gatas tan elogiado como una profesora a la que pillan teniendo un desliz con un alumno, con Todd Haynes en la original historia de frescos filmados de la vida y obra de Bob Dylan en “I´m not there” (2007) aportando el lado más andrógino y rebelde del mito, y repitiendo el personaje que le abrió las puertas de Hollywood, aportando su madurez y experiencia a la personalidad de una reina ya asentada en el torno, en “Elizabeth: La edad de oro” (2007). El colofón sería rodar con Spielberg “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” (2008), más por nombre que por resultado, y ser el interés amoroso del protagonista a lo largo de las décadas y el tiempo como la bailarina Daisy de “El curioso caso de Benjamin Button” (2008).
Los últimos años los ha dedicado a la familia y el teatro asumiendo con su marido la dirección artística de la Sydney Theatre Company desde 2009 lo que sólo le ha permitido rodar “Robin Hood” (2010) de Ridley Scott y “Hanna” (2011) de Joe Wright. Tras este respiro en cine ha vuelto con fuerza rodando con Peter Jackson (“El hobbit”), Woody Allen (“Blue Jasmine”), Terrence Malick (“Knight of cups” y un proyecto todavía sin título), George Clooney (“The monuments men”), Kenneth Branagh (“Cenicienta”), Todd Haynes (“Carol”) y David Mamet (“Blackbird”). Nada más y nada menos, y es que no extraña para nada esta actividad y que los mejores quieran contar con ella ya que la Blanchett siempre garantiza la excelencia.
¿Ganará este año la actriz su segundo Oscar? Sin duda tiene muchas papeletas ya que su trabajo, además del cariño y respeto que despierta en la industria, hace que ya sepa a poco que la australiana sólo tenga un Oscar, reflejando en este caso de manera brillante (y no sin poso de melancolía y dramatismo) el declive de una mujer adinerada que ve perder el tren de vida que siempre ha llevado y que provoca que tenga que replantearse toda su existencia a golpe de copazo y recordando el desmoronamiento del personaje de Blanche DuBois de “Un tranvía llamado Deseo”, el cual la propia actriz ha representado hace pocos años en Australia. En caso de ganar, sería la segunda actriz, tras Diane Keaton por “Annie Hall”, que gana el Oscar de protagonista por una película de Woody Allen. Ya se sabe que la especialidad del maestro han sido las secundarias, lo cual demuestra también la huella que deja su interpretación en la filmografía del director ya que sólo Keaton por ese icónico personaje y Geraldine Page por “Interiores” (las dos a finales de los 70) han sido tenidas en cuenta en la categoría protagonista por una película de Woody Allen.
Por otro lado, la película se ha convertido en la gran apuesta de los Oscar para Sony Pictures Classics (por delante de “Antes del anochecer” que no cuenta realmente para los premios y ante el retraso a 2014 de “Foxcatcher”), pero la película no parece que vaya a seguir el recorrido de “Midnight in Paris”. Ni en taquilla (en USA lleva 32´5 millones de dólares frente a los 56´8 que recaudó aquella) ni a nivel de nominaciones. En “Midnight in Paris” todos los halagos y reconocimientos se centraban en la figura de Woody Allen (al llevar muchos años sin reparar en él), sin embargo en este caso todo el ruido en lo referente a premios se centra en la figura de Blanchett como gran mascarón de proa y auténtica baza del film, aunque también parece segura la nominación a guión original (sería la 16ª para Allen) y no hay que descartar que se cuele entre las posibles diez candidatas a mejor película y que Sally Hawkins haga lo propio en la categoría de actriz de reparto. En todo caso, el encuentro en el camino de Woody Allen y Cate Blanchett en “Blue Jasmine” es todo un regalo para el amante del cine y las buenas historias y eso es lo que prevalece por encima de cualquier premio.
Nacho Gonzalo
Amén, Nacho. Yo pienso que el Oscar que tiene se lo merece rotundamente.
Me encanta Cate Blanchett ... pero espero que gane Judi Dench 🙂
Totalmente de acuerdo en tu opinión sobre Sí la cosa función. Me parece la película más infravalorada de la carrera de Woody Allen.
Hay que quitarse el sombrero tras leer cualquier entrada de esta página. Nacho, felicidades.
Muchas gracias Capitán. Por comentarios como este vale la pena seguir adelante. Un gran abrazo y gracias por leernos.
Bastante desacertado decir que Tilda Swinton estaba simplemente correcta en Michael Clayton. Ella nos entrego a una ejecutiva ambiciosa que se va convirtiendo en delincuente por la fuerza de las circunstancias y su escena final es inmejorable, cuando se desmorona al saberse perdida.
Lo siento por Dench pero ese Oscar es de Blanchett! Y Swinton por más que sea una excelente actriz sigo sin entender ese Oscar por un papel tan pobre en Michael Clayton.