Conexión Oscar 2013: “The master”, expectativas que derivan en división
Querido Teo:
No hay más que ver nuestro oscarómetro semana a semana para comprobar como "The master" va cayendo posiciones de manera preocupante. Aunque todavía se mantiene como nominada en categorías como las de película y director, además de las prácticamente aseguradas en los apartados interpretativos, el esperado proyecto que podía hacer que Paul Thomas Anderson se encontrara con el Oscar parece que va a pinchar en hueso en ese objetivo. Hace casi dos meses desde su proyección en Venecia y la división y perplejidad que suscitó ha derivado en una indiferencia que complica mucho sus cosas en la carrera, sobre todo porque da la impresión de que nadie está hablando de ella y está diluyéndose poco a poco. En una carrera tan competida, eso es prácticamente dilapidar sus opciones. De todas formas, no hay que olvidar que (aunque la cinta esté distribuida por los Weinstein) el cine de Anderson no es precisamente atractivo y accesible para el votante medio.
Ni siquiera los Weinstein parecen muy por la labor de invertir en ella las millonadas que antes pagaban en Miramax para amarrar un Oscar. Es más, tras su proyección en Venecia (a pesar de los dos premios conseguidos) y el premio del público en Toronto para “Silver linings playbook”, sus preferencias parecen haber cambiado y, como ya comentamos en su momento, parece que la cinta de David O. Russell es su opción de cabecera para este año, teniendo en cuenta que, además, también tienen por ahí otras películas destinadas a otro tipo de categorías como son “Django desencadenado”, “Intocable” o “El cuarteto”.
Con 40 millones de presupuesto, “The master” ni siquiera está teniendo la polémica en la que parecía que iba a estar envuelta ante las críticas nada veladas dirigidas a la Iglesia de la Cienciologia ya que la película cuenta (o al menos hace referencia) a la historia de la creación de este movimiento a través de su creador L. Ron Hubbard. La película parte de un marinero, ex alcohólico y traumatizado por la II Guerra Mundial, que acaba convertido en el más fiel seguidor del creador del nuevo culto, hasta que las dudas sobre el dogma y la figura de su líder llegan a su cabeza.
El particular estilo de Paul Thomas Anderson, más denso y de autor que nunca, ha propiciado un conjunto demasiado críptico para conquistar a un académico emocional que en los últimos años ha premiado a “El discurso del rey” y “The artist” a golpe de corazón. Eso la destierra de toda opción de triunfo en la categoría de mejor película. No obstante, Venecia ya se encargó de destacar en su palmarés los mayores aciertos de la película: la dirección y el gran duelo actoral que mantienen en pantalla Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman. Phoenix, con dos nominaciones previas, está dilapidando sus opciones con una campaña que demuestra su figura antipática y hedonista. No dudó en ser borde y lacónico en la rueda de prensa de Venecia y tampoco se ha cortado en criticar este circo de los premios. “Creo que eso es una total y absoluta gilipollez de la que no quiero formar parte. Es como una zanahoria que te ponen delante, pero con el peor sabor que he probado en toda mi vida. No la quiero. Cuando tuve que pasar por todo eso de los premios fue uno de los periodos más incómodos de mi vida. No quiero volver a tener esa experiencia. No sé cómo explicarlo, porque no es que me sienta por encima, pero no quiero estar cómodo con eso nunca", dijo en una entrevista para Interview. En una carrera por el Oscar en la que también se pide cierta contribución de la estrella a poner la sonrisa y estar dispuesta a formar parte del juego de la carrera, estas declaraciones no ayudan. Es verdad que gente como Marlon Brando, George C. Scott o Mo´nique ganaron el Oscar mostrando su desidia airada a esto de los premios, pero lo hicieron en años en que tenían el Oscar bastante amarrado. En un año en el que la categoría de gran actor llega tan potente e igualada, esto deja a Phoenix con sus opciones de nominación intactas pero cada vez más lejos de la victoria. Distinto es el caso de Philip Seymour Hoffman al que la Academia adora y que es uno de los favoritos en la categoría de mejor actor de reparto. Quizás sea una de las opciones más factibles de la película.
Paul Thomas Anderson es uno de los grandes valores del cine americano reciente pero su cine está muy lejos del perfil habitual de cine premiado. Sus películas encabezan siempre las listas de los críticos a la hora de analizar el cine contemporáneo, pero parece lejos todavía el momento en que el director alcance su noche de gloria en los Oscar. De momento, el director ha conseguido 5 nominaciones infructuosas. Dos nominaciones a mejor guión original por “Boogie nights” y “Magnolia” y tres en las categorías de película, director y guión adaptado por “Pozos de ambición”. Anderson también firma el guión de “The master” y parece que puede sumar otro par de candidaturas, quedando quizás el apartado de guión original en el que esté su recompensa este año, al competir los otros grandes títulos del año en el de adaptado.
A día de hoy, “The master” necesita urgentemente un empujón de las asociaciones de críticos a partir de Diciembre para coger un aire que le permita llegar fuerte a la noche de los Oscar y no ser uno de los fracasos de esta carrera. Todavía pelea, junto a “Los miserables”, “Lincoln” y “La vida de Pi”, por ser la película más nominada de este año (dato que siempre da caché y cierto favoritismo). A día de hoy le pronosticamos una horquilla de 9 a 10 nominaciones con menciones en los apartados de película, director, actor, actor de reparto, actriz de reparto, guión original, fotografía, montaje, diseño de producción y, quizás, el vestuario y la música de Jonny Greenwood que quiere resarcirse de quedar descalificado hace unos años por “Pozos de ambición”. La cinta tiene previsto su estreno en los cines españoles el próximo 4 de Enero.
Nacho Gonzalo