Conexión Oscar 2010: "El secreto de sus ojos", el triunfo de los sentimientos

Querido Teo:

Andreu Buenafuente ya hizo una mención en la pasada edición de los Goya en lo complicado que era entrarle a una película argentina ante las expresiones constumbristas y de verbo rápido de nuestros vecinos latinoamericanos. Tenía razón. Por regla general, nuestro oído se acostumbra a ese cine a los quince minutos (tenemos que ponernos el chip acostumbrados como estamos al castellano llano). Con "El secreto de sus ojos" no tardamos mucho en meternos en ella. Desde que comienza ya sabemos que estamos ante una obra redonda que nos ofrece una amplia gama de sensaciones y de géneros que van desde el policiaco, el cine negro, el drama romántico y la comedia costumbrista. “El secreto de sus ojos” tiene todo de eso y en las justas dosis. Un cóctel de excelentes ingredientes que Campanella logra con maestría que queden bien batidos y que nada se desparrame. Ni una gota. Porque en “El secreto de sus ojos” todo encaja a la perfección. El Oscar a la mejor película de habla no inglesa conseguido esta madrugada, el segundo para Argentina, nos ha llenado de ilusión. En una gala en la que por ahí andaba “Avatar” que se reconozca a cintas como “El secreto de sus ojos” habla mucho de la necesidad que tenemos de seguir sintiendo en la pantalla grande.

“El secreto de sus ojos” no llegaba como la favorita pero ha ido asumiendo esa condición día a día. Precisamente, esta web fue la única en apostar por ella claramente por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Primero por una cuestión de convicción y segundo por una cuestión de mera lógica humana. Imaginémonos a unos académicos que tienen que votar en la única categoría en la que tiene que quedar completamente asegurado que ven todas las candidatas. “La cinta blanca” y “Un profeta” son dos cintas de indudable calidad (lo cual convierte el triunfo de la argentina en algo más meritorio) pero carecen de algo que si que tiene la película de Campanella. Tiene sentimiento. Te toca y te emociona en cada mirada. Es una película en la que es tan importante lo que no se dice como lo que se dice. ¿Acaso no se habrán quedado maravillados los académicos con la espectacular secuencia del estadio de fútbol, con el amor perdido de Morales o el siempre añorado y nunca alcanzado de Benjamín Expósito?. ¿No se habrán sentidos partícipes de un final que denuncia la corrupción policial y que no puede dejarte indiferente?. ¿No se habrán reído, y habrán asentido con la cabeza, con la proclama del personaje de Guillermo Francella de que lo más importante en la vida es la pasión?. A algunos puede haberles sorprendido este Oscar pero en una etapa incierta de nuestra sociedad, y a pesar de que también toca temas muy crudos, “El secreto de sus ojos” tiene cierto anhelo de esperanza que “La cinta blanca” y “Un profeta” no tienen. La primera formalmente elegante, pero fría y desazonadora, la segunda cruda pero con el handicap de ser francesa (algo que ya es una maldición en Hollywood ya que la Academia sigue teniendo cierta tirria al cine del único francés europeo que le come cuota de pantalla de tu a tu).

Juan José Campanella es un hombre que se ha ido haciendo a si mismo con humildad y oficio. No es casualidad que los americanos se hayan dado cuenta de su talento y hayan contado con él para algunos de los mejores capítulos de la serie de “House”. También es un viejo conocido que allá por 2001 ya rozó el Oscar con la emotiva y sencilla “El hijo de la novia”. En ese lapsus de tiempo también dejó una obra para el recuerdo, la serie “Vientos de agua” (maltratada en su emisión española) sobre la historia de la inmigración de España a Argentina en los años 30. Buen artífice de lo que luego ha sido la película que le ha dado el Oscar. Campanella es un hombre que sigue emocionándose con la escena final de “Que bello es vivir”, su película favorita. Un director que ha recibido la herencia del mejor buen cine clásico. La de cuestionarse cosas, la del cuidado de los diálogos y la ambientación, así como la importancia de los actores y la descripción de los personajes. “El secreto de sus ojos” tiene todo eso y más. A Campanella no le han hecho faltas ni premios europeos, ni un respaldo que se merecía por el Festival de San Sebastián y por los Goya. Este Oscar es el triunfo de los sentimientos. Una bocanada de buen cine son sabor a humildad. Campanella ha dicho más de una vez que el mundo lo mueve el amor. Este Oscar es toda una declaración de intenciones. El amor por su cine.

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Nacho Gonzalo (Coronado)