Cine en serie: “You”, el amor (tóxico) en tiempos de redes sociales
Querido Teo:
"You" se ha convertido en una de esas series de Netflix de consumo fugaz, maratón adictivo y olvido rápido. Y es que, en sus tres meses de vida en la plataforma, después de haber pasado por Lifetime previamente, cuando aparece en el menú principal ya nos parece ser un vestigio de otros tiempos. Uno tiene la costumbre de ir dosificando las series, y es que lo de maratonear es meter droga en vena pero también quemar las naves demasiado pronto, y ahora que la hemos terminado podemos decir que “You” reinventa el thriller de acoso de finales de los 80 y primeros 90 dándole el valor añadido del continuo guiño a la generación “millennial” a través del enganche que generan las redes sociales.
La serie nos lleva a una raída, decadente y oscura librería de Nueva York que, a pesar de contar con una voz en off jovial y carismática, perteneciente al (en apariencia) inocente y aplicado librero que la regenta, ya nos mete en un escenario que favorece la opresión sobre todo por qué a lo largo del primer capítulo, aunque no se tarda en acertar en la impresión correcta, no sabemos muy bien si estamos ante un devoto enamoradizo algo pardillo o bien un psicópata de manual. El leve flirteo y fascinación que le provoca una joven y atractiva clienta, una rubia aspirante a escritora y con sonrisa perenne y juguetona, le desmonta todos los esquemas obsesionándose con ella, investigando sobre su vida, sus contactos en redes sociales y haciendo todo lo posible por volver a encontrársela intentando hacer pasar ello por algo fortuito.
No conviene mucho hablar del desarrollo de “You” para no destripar a nadie pero, si bien es verdad que la premisa de la serie no daría para mantener el interés de los 10 capítulos, termina enganchando e incluso en los capítulos más prescindibles y reiterativos logra que sea imposible no quedarse expectante ante lo que puede pasar. Entendiendo la fascinación, y siendo una serie que en términos de calidad palidece tanto por su poco lucida puesta en escena, como en unas interpretaciones que se sostienen en personajes algo arquetípicos, diré que los dos últimos capítulos de la serie (en los que todos los giros, idas y venidas, mentiras, enredos y secretos se ponen sobre la mesa) bien valen todo el recorrido por haber llegado hasta allí con un cierre que, incluso, se permite dejar un final abierto de cara a futuras temporadas a pesar de que este Dexter cultivador de libros, y que se cree un Quijote romántico, protector y soñador, piensa que no quedan cabos sueltos.
“You” es un retrato sobre la soledad y el artificio de las relaciones románticas de hoy en día, supeditadas al hedonismo de unas redes sociales que potencian reflejar una visión dervirtuadamente feliz y positiva. Esa es la principal condena de todos los personajes, primero por el hecho de que estemos al alcance de un click de cualquier persona, que puede recabar datos de una manera fácilmente pasmosa, y que (precisamente por eso) al basarlo todo en perfiles de Instagram, mensajes de Twitter y conversaciones de WhatsApp uno pueda desaparecer, o incluso que alguien se haga pasar por él, sin levantar sospechas frente a los demás no percatándose nadie de su ausencia o de que está en peligro.
La serie pivota en la relación entre Joe y Beck, una pareja que podría tenerlo todo. Jóvenes, guapos, amantes de la literatura y encantados de conocerse (también a ellos mismos) pero deseosos de una estabilidad sentimental en sus vidas. Él para cumplir su rol de galán romántico, y cómo descubriremos para dejar atrás las paranoias y misterios que le han dejado tormentosas relaciones pasadas, y ella porque considera que ese será el primer paso para que su intento de ser escritora se asiente y no sea la díscola amiga que está siempre dispuesta a irse de juerga.
Nos creemos a Penn Badgley (conocido por la serie “Gossip girl”) y a Elizabeth Lail (vista hasta ahora en personajes secundarios en series como “Érase una vez” o “Dead of summer”) en su tonteo romántico teñido cada vez más de negro y rojo como en la cabecera de la serie ante la perturbación desmedida de él y la poca claridad de ideas de ella, siendo una persona que, si bien viene lastrada por el abandono de su padre que formó otra familia al margen de ella, cumple el canon de voluble energía sociable que es presa fácil para amigas clasistas y frívolas y tipos enfermizos que no quieren más que una buena noche de sexo. Como se puede esperar la trama va enredándose entre ex parejas, sospechas, traumas del pasado, jaulas de cristal (no sólo metafóricamente), vecinos cómplices que también llevan su propia mochila de problemas, suplantaciones de personalidad y charlas con el terapeuta generando una intriga de evasión para el espectador que desconecta la neurona teniendo su dosis de enganche seriéfilo que incluso, para tener algo de poso, se permite ser el reflejo de un tiempo de unas relaciones demasiado condicionadas por lo que queremos aparentar frente a los demás siendo, junto a la mentira que ello implica en mayor o menor medida, lo que imposibilita todo colchón de confianza y transparencia.
“You” es una serie con pocas pretensiones más allá de su visionado en maratón durante un fin de semana llegando incluso a implicarte en la historia ante las decisiones de algunos personajes y el desesperarse por el hecho de que no se den cuenta los demás de la verdadera cara de cada uno de los personajes. Y es que el mensaje más inquietante no es sólo el no conocer realmente a la persona con la que convives o con la que tienes una relación de amistad, sino el que nunca sabrás cuál es la información que en verdad tiene de ti, cómo la ha conseguido, qué va a hacer con ella, y cuáles son sus fines. Mejor no pensarlo y dejarse llevar en la comodidad del hogar por este “Atracción fatal” del siglo XXI entre libros, smartphones, complejos y obsesiones.
Nacho Gonzalo