Cine en serie: "Sherlock", ¡elemental, querido Moffat!

Querido Teo:

Cada vez que leo que Steven Moffat se ha puesto al frente de un nuevo proyecto, no puedo evitar que mis expectativas se disparen como si fueran balas seriéfilas en busca de carnaza televisiva de calidad. No es para menos. Todo lo que toca este señor, tipo, maestro, ¿genio?, es pura imaginación y excelencia, y cuando ya va, y le da por ponerse delante de su máquina de escribir (o mejor dicho de su ordenador), para crear algún episodio en concreto, el resultado siempre suele ser sencillamente mágico, o como poco, y en palabras de nuestro querido Doctor “Who”…… ¡Brillante!. En esta ocasión Moffat se ha lanzado a la misma piscina en la que ya buceó anteriormente para reciclar a otro notable personaje literario como es “Jekyll” (visionado altamente recomendado), llevando esta vez hasta a la pequeña pantalla, ni más ni menos, que al famoso detective de ficción Sherlock Holmes. Para hacerlo más accesible, y sobre todo más reconocible para el público de nuestros días,  Moffat lo ha situado en nuestro “aquí, y ahora” de tal manera que, sin perder ni un ápice de su esencia literaria, pudiera ser igualmente disfrutado por las nuevas y viejas generaciones como algo puramente genuino. El resultado final, son tres episodios de hora y media de duración que, aunque en su conjunto puedan parecer un poco desequilibrados (no todos son de la misma calidad), no dejan de ser por ello tres grandes piezas de suspense y misterio a la altura de los mejores libros de su autor original, Sir Arthur Conan Doyle.

Aunque este Sherlock haya cambiado su famosa lupa, y sus ropajes característicos, por las nuevas tecnologías, ya sean móviles de última generación, ordenadores portátiles, etc., continúa siendo la misma persona ególatra, egoísta, y antisocial de siempre, que tanto nos ha enamorado en anteriores ocasiones. Su fuerte personalidad, y su  innata y atractiva antipatía siguen siendo marca de la casa, contrarrestadas como siempre por su gran capacidad para la observación detectivesca, su desorbitada confianza en sí mismo y carisma, y una inteligencia tan afilada que deslumbra, porque siempre suele dar con la solución correcta en el momento menos inesperado, y de la forma más ortodoxa. Puede que este Sherlock no se dé a las drogas (todavía) como hacía en los libros, pero continúa aburriéndose hasta la desesperación, como ya hicieran sus otros “yos” en casi todas sus versiones anteriores, en aquellos momentos en que no hay ningún gran caso que resolver que esté a la altura de su gran intelecto.

Pero ¿cómo sería el Watson de nuestros tiempos?, se preguntó Moffat. Pues de apariencia igualito que Martin Freeman, el actor que lo interpreta. Dotado con una cojera psicológica proveniente de una situación de estrés adquirida en la guerra de Irak,  Watson vuelve a ser el único personaje capaz de convivir con Holmes sin volverse loco o querer matarlo de inmediato. Su brillante capacidad para rellenar aquellos huecos que se va dejando por el camino el no siempre genial Holmes, lo convierte en un personaje muy importante en cada una de las historias, y lo hace ser imprescindible a la hora de contrarrestar con su calma y calidez la desmesurada (y muchas veces cargante) personalidad de su agotador compañero.

En cuanto a los casos en sí, el primero (el mejor, y único escrito por Moffat), es una auténtico prodigio de presentación, nudo, y desenlace, capaz de hipnotizar al espectador, ya sea con sus giros de guion ingeniosos y resolutivos, o con cualquiera de sus brillantes diálogos, rápidos y mordaces, como salidos directamente de la mente de su protagonista. En cambio el segundo episodio es algo previsible y falto de chispa, convirtiéndose así en un entretenimiento digno  pero poco cautivador (muy en la línea de “El mentalista”), y desde luego para nada un producto original y trascendente. Que nadie se alarme. El tercer capítulo vuelve a levantar la serie, y nuestro interés, con fuerza e inteligencia, dejando una historia auto conclusiva bien construida y rematada, y de paso abriendo al final una puerta trasera a la historia general, (como no podía ser de otra manera) donde poder presentarnos al conocido archi-enemigo de Sherlock Holmes, el siempre misterioso y maquiavélico Moriarty. ¡Elemental, querido Moffat!.

"Sherlock" se estrenó este verano en la BBC. En España se ha podido ver en TNT y desde hoy se encuentra editada en DVD en nuestro país.

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Watanabe