Cine en serie: Pilotos 2011/12... “American horror story” y “Homeland”, la fiabilidad del cable
Querido Teo:
Tanto Showtime como FX, son dos cadenas que andan siempre a la caza de los otros dos grandes canales de pago del momento, que no son otros que HBO y AMC. Con sus dos nuevos estrenos, y de momento, bien podrán acercarse un poquito más a ellas, si saben jugar sus bien cartas, y si saben también mantener el tipo (tipazo diría) que nos han mostrado hasta ahora. Y es que lo nuevo de FX, “American horror story”, podría haber sido una nueva aproximación de la HBO a otro de esos géneros en los que se maneja tan bien, esta vez el del terror puro y duro, y la nueva apuesta de Showtime un nuevo intento de AMC por maravillarnos con otra de esas historias complejas e hipnotizadoras de cocción lenta pero segura. Dos series con temática e intenciones muy diferentes a las que acostumbran a ofrecernos sus respectivas cadenas, pero que, de momento, han acertado de lleno, tanto en audiencia como en calidad, siendo los dos estrenos mejor valorados de lo que llevamos de temporada 2011/12…
Jugando con los clichés propios del genero (casas encantadas, sótanos oscuros, vecinos siniestros, fantasmas, etc.), “American horror story” saca petróleo de una historia y unos personajes que, a simple vista, parece lo mismo de siempre pero que en el fondo (y en la forma) no lo es tanto. Los temidos excesos de Ryan Murphy (creador de “Nip/Tuck”, o la reciente "Glee"), se encuentran de los más cómodos en una historia de este tipo, donde la perturbada imaginación de su creador, que en otras series suele ser tachada de poco realista o directamente de “paja mental”, puede ser desatada al máximo, siempre que sea con la finalidad de sorprendernos y asustarnos lo máximo posible, y siempre y cuando se mantenga dentro de sus propios márgenes autoimpuestos.
Una de las grandes virtudes de Murphy es su gran capacidad para afilar los diálogos y crear personajes con carisma, siendo esta virtud nuevamente uno de los mayores baluartes de la serie. Porque si en algo se diferencia este producto oscuro, sexy e incómodo de cualquier otro de terror adolescente al uso, es precisamente por estas tres características, y por lo bien escrita y dirigida que está, desmarcándose completamente de todos sus referentes, y haciéndose fuerte y original en lo que en otras series podríamos tachar de “ida de pinza”. Un producto arriesgado, morboso y sobre todo profundamente adictivo que, mientras aguante el tirón, seguirá siendo uno de los que mejor nos lo hará pasar en los próximos meses.
En cuanto a “Homeland”, aquí tenemos uno de esos relatos intensos y muy bien presentados, en los que a simple vista nada es lo que parece (o eso creemos nosotros). Totalmente apoyada en las excelentes interpretaciones de todo su elenco de actores (sorprende lo bien que está la antes lagarta Morena Baccarin), la historia nos cuenta el regreso y adaptación a la vida civil y militar, de un soldado americano supuestamente secuestrado y torturado por Al Qaeda durante años. Por un lado nos encontramos con una trama de muy sutil calado emocional, en la que vemos (y sentimos) como afecta a su familia el regreso del protagonista. Y por el otro se nos invita, de manera trepidante y detallada, a jugar al escondite con las verdaderas y no muy claras intenciones del militar rescatado. Es esta segunda trama la que, posiblemente, enganchará más al telespectador, donde lo más interesante será comprobar hasta qué punto será capaz de llegar la agente de la CIA (una estupenda y un poco psicótica Claire Danes) en su afán de descubrir la verdadera cara (si la hay) de lo que para el resto de americanos, es por ahora, todo un sufrido héroe de guerra.
Aunque suene un poco precipitado (más bien una osadía), siendo, por el momento, “Homeland” una estupenda y perfecta mezcla entre el thriller de espías de los setenta y el drama familiar del siglo XXI, me atreveré a decir que, si sabe mantener el equilibrio entre ambos géneros, y además se va reinventando un poco cada cierto tiempo, seguro estará entre las máximas candidatas a los Emmys en los próximos años. El único inconveniente que le veo, tanto a esta serie como a la de FX, es que sus respectivos misterios no den de sí lo suficiente como para crear unas historias sólidas de largo recorrido. Sea este el caso o no, no adelantemos acontecimientos, y disfrutemos mientras tanto de estas dos grandes series nuevas que nos acaban de regalar que, visto como ha sido el resto de estrenos, bien podemos darnos con un buen canto en los dientes.
Watanabe