Cine en serie: "Misfits", superhéroes de barrio

Querido Teo:

La primera temporada de "Misfits", sacudió los cimientos de las series de superhéroes con unos recursos bien sencillos en la superficie, pero bastante novedosos en lo formal, y sobre todo en la lectura entre líneas. Esos cinco chavales socialmente inadaptados, y condenados a purgar sus delitos con interminables, y muchas veces innecesarios, servicios sociales a la comunidad, se convertían así en cinco vehículos perfectamente diseñados para mostrar los defectos y las virtudes de una juventud inglesa que, en estos momentos que les ha tocado vivir, no parecen saber muy bien con que referentes éticos y morales quedarse. Tras el cinismo y la sátira que hicieron que la serie fuera tan divertidamente accesible, también se escondía en sus entrañas una gran carga de crítica social que, eso sí, nunca interfirió demasiado con unas tramas cuyo único objetivo siempre fue el de hacérnoslo pasar lo mejor posible en los cuarenta minutos que duraba cada episodio. Si en la primera temporada, “Misfits” demostró ser un soplo de aire fresco para la ciencia ficción de nuestros tiempos, con esta segunda ha acabado siendo todo un huracán de imaginación y perspicacia televisiva, convirtiéndose finalmente en uno de los mayores referentes actuales del género. Veamos qué tal les ha ido en esta nueva tanda de episodios a Nathan, Simon, Alisha, Kelly, y Curtis…    

Dado que Nathan era el personaje que más atraía la atención del espectador en la primera temporada, era lógico pensar que sus responsables le darían más protagonismo en las diferentes tramas de esta nueva tanda de episodios. Su poder especial (más divertido que funcional) ha sido un constante golpe de efecto, que ha servido para poder llevar al personaje a las mejores situaciones posibles desde donde poder hacerle brillar con todo su esplendor. Su magnetismo y encanto ya no resultan para nada forzados, y es ahora cuando se ve claramente que éstos se comen con patatas a cualquier defecto del personaje que pueda hacernos pensar que este tipo es un autentico “gilipollas”. Evidentemente lo es, pero ahora ya nos importa un carajo,  e incluso muchas veces lo agradecemos enormemente, pues entre tanta tontería y arrogancia desatada se esconde siempre un ser humano tan divertido como endiabladamente complejo y fascinante. Da igual si algunas de sus escenas son algo endebles, o no encajan demasiado con el resto del argumento, porque cualquier momento es bueno para hacernos reír con cualquiera de sus muchas (y disparatadamente vulgares) ocurrencias. El episodio donde conoce a su hermano (2x02), además de ser mi favorito, posiblemente sea el que mejor ha sabido explotar las muchas cualidades, tanto del personaje, como las del propio actor que lo interpreta (Robert Sheehan).

Si los spoilers es para ti como Kriptonita para Superman, ten mucho cuidado a partir de aquí.

Continuando con el resto de compañeros de Nathan, diré que el protagonista de “Misfits” que más ha crecido, y con él, gran parte de la mitología de la serie, ha sido Simon. Su “Yo” del futuro ha sabido dotar a su personaje actual de una aureola de misticismo y grandeza que, no sólo nos ha dejado con la boca abierta en alguna que otra ocasión, sino que también ha sido capaz  de arrastrarnos con él hasta los lugares más inhóspitos del corazón de la serie, haciéndolo parecer mucho más misterioso y fascinante de lo que era antes. Su doble personalidad y persona, ha sido una de las grandes revelaciones y bazas de esta temporada, catapultando al personaje y a la trama hacia un futuro lleno de interesantes e inesperadas posibilidades. Junto a éste, la sexy y algo desconcertada Alisha, también ha sido uno de los protagonistas de la serie que más y mejor ha evolucionado en estos siete episodios. Aunque su poder apenas sea ya una simple anécdota, su historia de amor furtivo con el Simon del futuro ha dado una mayor profundidad y emotividad a la serie, y al mismo tiempo ha servido para despojar al personaje de todo ese aire de superficialidad que traía consigo. 

En cuanto a Kelly, su poder no le ha servido de demasiado en esta temporada (siendo más una carga para ella que un don), pero si lo ha hecho una vez más su gran capacidad para meterse en líos sin apenas haberlos buscado. Su historia de “llámalo amor, llámalo sexo” con un misterio personaje excesivamente rudo y posesivo, acabó por ser uno de los más divertidos y maravillosos homenajes a King Kong que yo haya visto en televisión o cine. Por su parte, Curtis, de nuevo se ha llevado la peor parte del pastel argumental de la serie. Aunque su poder sea el más atractivo de los cinco (visualmente es el más espectacular), también es cierto que es el más manoseado de todos, y evidentemente el más complicado de explorar sin caer en la excesiva incoherencia o la radicalidad argumental. Su personaje poco o nada ha evolucionado, y sigue siendo el talón de Aquiles de la serie, pero sí ha servido como golpe de efecto para dar una vuelta de tuerca más a alguna que otra situación complicada de solucionar. Curtis además ha permitido dar paso a una nueva protagonista (Nikki) que, aunque ha durado poco, también ha sido un estupendo complemento para el resto de protagonistas, dejándonos de paso multitud de escenas visualmente de lo más atractivas.

Hasta aquí este pequeño repaso a los cinco protagonistas de “Misfits”, en lo que ha sido una segunda temporada realmente fantástica y muy divertida. Veremos hasta donde nos lleva esta historia de superhéroes de barrio, y si es capaz de superarse a sí misma en la ya confirmada tercera temporada.

Watanabe