Cine en serie: "Mad Men" y su cita con la Historia en los Emmys 2015
Querido Teo:
Casi sin darnos cuenta ya hemos llegado a la noche de los Emmy 2015, una cita siempre imprescindible y que este año se antoja también bastante emocionante. Primero porque se busca nuevo destinatario para el Emmy a la mejor serie de drama, tras la victoria los dos últimos años de “Breaking bad” mientras que por otro en la rama de comedia huelen tiempos de cambio que impedirían el sexto Emmy consecutivo para “Modern family”. Eso sí, nosotros descaradamente hacemos loa y pedimos el voto (si todavía se puede) a la serie de los publicitas de Madison Avenue. ¿Por qué tendría que ser la noche de gran despedida para “Mad Men”?
Ya es conocido como AMC encontró con “Mad Men” su primer gran filón a nivel de premios ganando por sus cuatro primeras temporadas pero también como se fue escandalosamente de vacío por las tres siguiente prorrogando la maldición de que ningún actor de la serie de Weiner se hiciera con el premio a pesar de tener grandes oportunidades para ello con Jon Hamm y Elisabeth Moss el año de “The suitcase” (4x07), Christina Hendricks por “The other woman” (5x11), Jared Harris por el devenir de su personaje en la quinta temporada o, por qué no decirlo, Robert Morse como actor invitado por la ensoñación musical de “Waterloo” (7x07).
A pesar de que parecía que nunca “Mad Men” recuperaría el trono perdido (al haberse roto la inercia ganadora) una serie de factores le han ido ayudando a volver a recuperar el favoritismo. El primero es el factor nostalgia/despedida, que siempre cuenta aunque sea en un reducido porcentaje ya que ahora no está tan mal visto como hace tres años (en el que había cierto hartazgo de que siempre ganara la misma serie) que “Mad Men” se despida como la serie en drama más premiada batiendo el record de los 4 premios cosechados por “Canción triste de Hill Street” y “El ala oeste de la Casa Blanca”. Y es que, aunque no ha sido la mejor temporada de la serie, sí que ha tenido un factor elegiaco y conmovedor que ha sabido cerrar bien las tramas de los personajes; algunas de manera más acertada como las de Betty, Pete o Joan y otras algo más apresuradas como las de Roger y Peggy. Destacable como se ha echado la vista atrás a personajes reconocibles de los inicios de la serie como Rachel Menken, Glen Bishop o Duck Phillips, mientras los fijos han conseguido la añorada independencia profesional (en el caso de Joan), el equilibrio entre el éxito profesional y personal (Pete y Peggy) o por fin la estabilidad (Roger). Todo mientras Don encara su última refundición personal y profesional tras una crisis de identidad que, como bien deja evidente el guiño final, le hará alcanzar techo profesional. A los últimos siete capítulos les faltó la frescura y solidez de, por ejemplo, los de la primera parte de la séptima temporada pero la serie supo cerrar a la altura de su legado dejando a sus seguidores generalmente satisfechos, algo que no se puede decir de la mayoría de series, con un resultado conmovedor que hace especial hincapié en el desenlace del personaje de Betty, uno de los personajes emblema de la serie que, tras varias temporadas siendo un juguete roto de los guionistas, renació cual Ave Fenix gracias al trabajo de January Jones y de ese descubrimiento de Sally que hemos visto crecer como personaje y actriz capítulo a capítulo.
Hay que tener fe en el triunfo final y merecido para “Mad Men” por varios motivos. El principal es esa sensación de deuda que existe; especialmente con un Jon Hamm que de esta manera sería reconocido por todo el viaje que ha llevado a cabo su personaje con sus picos y valles y por, al fin y al cabo, haber creado un icono televisivo de la era moderna. Merecería estar acompañado, al menos, por una Christina Hendricks que ha presentado el antepenúltimo capítulo de la temporada en el que se rebela ante el sometimiento personal y profesional que se vislumbra en un futuro que todavía puede virar. Por otro lado, la serie ha vuelto a ser nominada en el apartado de guión; algo que no ocurría desde al año 2011. Además, ninguna otra serie parece haber estado a la altura no habiendo sido las mejores temporadas ni de “House of cards” ni de “Juego de tronos”, sus máximos rivales (a priori) para el triunfo.
Esperemos que esta noche la Academia televisiva brinde a “Mad Men” el reconocimiento final, la guinda del pastel para una serie que no sólo nos ha marcado a muchos (reducidos fieles devotos) sino que ha creado escuela y que ha contribuido a que eso de que el trasvase de calidad entre cine y televisión se ha producido mirándose ambos ya sin complejos. “Mad Men” ya es Historia pero sólo queda por ver si la serie también se convierte en leyenda.
Nacho Gonzalo