Cine en serie: Las series de mis herederos (II)
Querido Teo:
Aquí voy con la segunda parte de mis series animadas “favoritas”. Intentando hallar mensajes ocultos en los intrincados diálogos de las series infantiles, me sumerjo en el meollo de la cuestión y antes de presentarte los nuevos “sujetos” allá voy con un par de teorías…
1.- ¿Están los equipos de psicólogos que asesoran a las series contratados por el Grupo Bilderberg para dirigir a las nuevas generaciones? O peor, ¿por las grandes multinacionales para el consumo de sus productos?
2.- Dentro de la teoría de la conspiración, ¿controlan los gobiernos nuestros personajes animados para modificar los comportamientos de los ciudadanos?
3.- ¿Por qué aún no existe un "reprise" de "Barrio Sesamo" versión 2.0 con un Espinete holográfico y un Don Pimpón hipster?
Mientras me consumo con estas ideas, estudiemos otros casos dignos de mención:
“Dora, la exploradora”, la Indiana Jones de los niños
Desde hace un tiempo está de moda lo que a mí me parece el batiburrillo idiomático entre los niños de 0 a 5 años. Esto significa coger a una “actriz” (Dora) que parece venir de Miami y que habla mezclando graciosamente el inglés y el español en un caos idiomático que consigue que mi hijo diga “we did it” en vez del castizo “yastá”. Aventurera donde las haya, nuestra heroína mezcla unicornios con peluquerías y pirámides con piratas en un cocido latino que ameniza con banda sonora original en “spanglish”.
“Dinotren”, AVE al Cretácico
En la vorágine de series infantiles ya sabemos que es difícil innovar. Tenemos esponjas cantarinas, cerditas insufribles y futbolistas del futuro, fruto de exprimirse el cerebro queriendo impactar con lo original. En este caso tenemos una solución más sencilla, ¿qué cosas les gustan a los niños? Los dinosaurios, ciertamente. Los trenes, de toda la vida. ¡Tachan!, “Dinotren”. Pero no es tan gratuito como lo quiero hacer parecer, debajo de esto tenemos la búsqueda genealógica de nuestro “prota”, Buddy, acogido por unos pterodáctilos al nacer y sin saber a qué raza pertenece (spoiler: T-Rex). Cancioncitas ferroviaras mediante, nuestro tren viaja a través del tiempo porque, todo el mundo lo sabe, cada raza de dinosaurios vivía en una época diferente y no es plan de liar a nuestros cachorros y perder credibilidad científica.
“Baby Einstein”, haga de su hijo un superdotado
Alguien comentaba en el anterior artículo la aleatoriedad de sonidos e imágenes en una serie con estética de videoclip, “Baby Einstein”. Tengo que decir que sobre todo a la más tierna edad esta serie producía un efecto catártico y de tranquilidad en mi retoño que hacía muy difícil resistirse a ponérselo en todo momento. Y si además mi hijo consigue desentrañar los misterios que encierran las líneas rectas puras y colores primarios de los cuadros de Mondrian, así como las fanfarrias "valhalicas" de Wagner, mejor que mejor. Con pequeños clips de pocos segundos, unos simpáticos calcetines con forma de mano nos explican fácilmente como se desarrolla la vida en la granja McDonald, o bien hacen un repaso por toda la música clásica del viejo continente. Tranquilo, tus hijos seguirán tirando la comida al suelo diciendo "no quiero", pero sabrán la diferencia entre un bemol y un sostenido.
Buf, menudo mes de retos infantiles. Esperando ya ansioso las amadas fiestas y odiando por igual el hilo musical de El Corte Inglés, la semana que viene iremos con otra cosa aunque prometo volver con más animación en el futuro. Por cierto, ¿soy sólo yo o a ti también te dan vergüenza ajena alguna de las bandas sonoras de estas series? Pese a esto, aún lo flipas al oír Campeones a las cuatro de la mañana en tu bareto habitual, no puedes negarlo.
David Volcano