Cine en serie: "King & Maxwell", detectives sin pretensiones
Querido Teo:
Ya hemos repasado en alguna ocasión esas series ligeras que se emiten con la única pretensión de entretenernos un rato sin más. Me gustan “Mad Men”, “Juego de tronos” y “Homeland” como al que más, pero hay días en los que no estoy para mucho pensar, y series como “King & Maxwell” sirven para desconectar un poco y también para llenar en parte ese vacío veraniego del que ya hemos hablado antes. Esta serie es un procedimental que no pretende innovar, y en el que su mayor interés se encuentra en la relación de los dos protagonistas.
Michelle Maxwell y Sean King son dos ex agentes del servicio secreto reconvertidos en detectives privados. Aunque el episodio piloto se centra más en la dinámica entre ambos que en su historia (algo más en el caso de Sean), se da a entender que su salida del cuerpo se debió a una misión fallida en la que debían proteger a una persona que en el caso de King resultó asesinada y en el de Maxwell fue secuestrada. Como es habitual en este tipo de series con protagonistas de ambos sexos, la relación entre ambos es un constante tira y afloja verbal, aunque con menos tensión sexual que en la mayoría. La escena con la que abre la serie es toda una declaración de intenciones acerca de cómo trabajan juntos estos detectives.
Basada en una serie de libros escritos por David Baldacci, por lo que comentan los que los han leído este piloto comprime uno de sus libros en 50 minutos, lo que explica lo atropellado del final y la resolución del caso. De todas formas, del mismo modo que cuando veíamos “Luz de luna” lo de menos eran los casos y lo de más era ver a los protagonistas lanzándose puyas a diestro y siniestro, el interés de esta serie no es ver una resolución genial de un caso, para eso ya tenemos otras series que se centran precisamente en eso.
Eso sí, aunque la investigación no sea el punto fuerte de la serie esperemos que mejore, ya que cuentan con Shane Brennan al guión, productor ejecutivo de “Navy: Investigación criminal” y creador de su spin-off ambientado en Los Angeles, y que además ha trabajado en “CSI: Miami”, de modo que le podemos exigir algo más de nivel.
A cargo de los protagonistas, Jon Tenney (que tiene experiencia en procedimentales como “The closer”) interpreta a Sean King, mientras que la siempre estupenda Rebecca Romijn da vida a Michelle Maxwell. Para los fans de “Sons of anarchy”, Ryan Hurst interpreta a Edgar Roy, un autista funcional con un don para los números que les ayudará en sus casos.
Echando un vistazo a las críticas la cosa está bastante repartida, los hay que aceptan la serie por lo que es, un esfuerzo que da para un notable y poco más, pero que puede sustentarse en la química que haya entre los protagonistas (y volviendo a “Luz de luna” esperemos que en este caso la cosa no llegue a mayores, porque ya sabemos cómo acabó aquello). Otros hacen una lectura parecida, pero no les parece lo suficientemente original como para ganar una audiencia decente.
Por mi parte aplicaré la estrategia del “esperar y ver” durante unos cuantos episodios. No viene mal tener alguna serie como ésta en el calendario, para que después de ciertos episodios con bodas traumáticas (guiño, guiño) tengamos un poco de alivio.
Atentamente.
Profesor Falken