Cine en serie: "Hierro", la isla como castigo

Querido primo Teo:

Movistar + se ha convertido en un excelente contenedor de series de producción propia. Al igual que Netflix ha apostado por la diversificación de sus contenidos para llegar a un mayor número de espectadores posible y también para enriquecer a una industria audiovisual que intenta sacar cabeza para poder sobrevivir. A lo largo de estos años nos hemos ido encontrando con todo tipo de propuestas (algunas han calado más que otras y no se ha asegurado la continuidad de muchas de ellas) que vienen en su mayoría avaladas por los nombres de sus responsables: Alberto Rodríguez, Mariano Barroso, Paco León, Cesc Gay, Enrique Urbizu o Leticia Dolera (próximamente). Poco a poco entre los abonados de Movistar + se está convirtiendo en una costumbre devorar una de sus series y comentarla en las redes sociales. La última en llegar a la plataforma ha sido “Hierro” que ha supuesto una de las sorpresas más agradables de esta temporada.

“Hierro” pudo haber sido una producción de Atresmedia. En el 2015 la división de televisión del grupo Planeta anunció este proyecto para La Sexta que llegó a ser premiado en el mercado televisivo de la Berlinale de ese mismo año pero en el 2016 se tomó la decisión de descartarlo. Afortunadamente Movistar + terminó rescatándolo en el 2017. Detrás de “Hierro” están los hermanos gallegos Pepe y Jorge Coira, este último fue uno de los directores de “Padre Casares” que se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia de la televisión gallega y que tuvo además su reconocimiento internacional. 

La isla canaria de El Hierro ha sido el escenario elegido para ambientar una serie de misterio, un sitio en el que no suceden muchas cosas y en donde encaja perfectamente la sensación de “estar en el culo del mundo”. De hecho a inicios de la década de los 2000 la sociedad herreña quedaba sobrecogida por la disputa entre los lindes de dos terrenos que terminó convirtiéndose en el primer asesinato cometido en la isla en varios lustros. Algo que refleja muy bien esta producción de Portocabo y Atlantique Productions es que un lugar tan hermoso se puede convertir en una zona de castigo, tanto para el funcionario que cumple con su obligación como para los lugareños que no han aceptado las condiciones de vida de una isla con una población que apenas supera los 10.000 habitantes y en donde las opciones de prosperidad son más remotas que en cualquier otro lugar. 

Ante este panorama El Hierro no es la primera opción para un funcionario especialmente de la Administración de Justicia. La plaza de Valverde es ocupada por los novatos que están asumiendo su primer destino o por aquellos que han sido sancionados y trasladados. Candela Montes, la jueza protagonista de “Hierro”, se ajusta al segundo grupo. Acaba de llegar a la isla y tiene que asumir la instrucción de un caso que, a priori, no parece tener mayores complicaciones. En las profundidades del mar se ha encontrado el cadáver de un joven cuya muerte se ha producido de una manera violenta. Se trata de Fran, un chico muy conocido en la isla que se iba a casar ese mismo día con Pilar, la hija de Díaz, un adinerado productor platanero para quien trabajaba la víctima. El suegro se convierte en el principal sospechoso de este crimen, primero porque la relación mantenida con el fallecido no era nada buena y segundo porque este argentino no es trigo limpio y se estableció en la isla después de haber cumplido condena por un asesinato. 

“Hierro” es una producción que está llena de virtudes. Sabe captar la esencia de la serie negra nórdica y la traslada a un lugar con una actividad criminal tan reducida como El Hierro y en el que el mayor conflicto tiene que ver con un entorno canibalizante. La jueza Candela trata de adaptarse a un lugar regido por unas costumbres, la instrucción amenaza con paralizar las fiestas de la bajada de la Virgen de los Reyes (celebrada cada 4 años) y eso la convierte en la enemiga número 1 de la isla incluido para sus más estrechos colaboradores que entienden que la tradición debe estar por encima de cuestiones tan banales como un asesinato. Por el otro lado, Fran (la víctima) y su grupo de amigos, representado principalmente por Daniel, están completamente desesperanzados por las nulas opciones que ofrece la isla para poder llevar una vida mejor de la que tienen y saben que o cogen un barco para comenzar de cero en otra parte o se dedican al trapicheo.

Es de agradecer que la ficción nacional se haya dado cuenta de que hay vida más allá de la capital del reino, en ese sentido “Hierro” sigue la estela de otras producciones como las exitosas “Allí abajo” y “Fariña”. Se nota que los responsables de “Hierro” se han empapado de la cultura y del lenguaje canario y que lo han hecho desde el respeto y no desde la condescendencia porque esa mirada al folclore y el uso de expresiones no resultan impostados sino muy orgánicos. Para el recuerdo quedará ese juicio protagonizado por unos vecinos de dos pueblos enfrentados por uno de los rituales de la bajada de la patrona que es puramente berlanguiano. 

Candela Peña asume con “Hierro” su primer proyecto para la pequeña pantalla. La ganadora de 3 premios Goya encaja como un guante en la piel de una mujer que, al igual que cualquier protagonista de un western, es una forastera en un terreno que le es hostil. Lucha para adaptarse al lugar y poder desempeñar su profesión y también se desvive por sacar adelante y en las mejores condiciones posibles a su hijo con una parálisis cerebral. Lleva años enfrentándose a la adversidad que le ha forjado un traje de hierro pero bajo el metal hay una mujer a la que le quedan muy pocas fuerzas para seguir luchando. 

Si Candela Peña está sensacional Darío Grandinetti está descomunal. Su presencia es impagable para encarnar a un tipo que no es de fiar. Díaz también es un forastero que llegó a El Hierro huyendo de un pasado conflictivo, que se casó con una lugareña y que hizo fortuna de manera oficial gracias a la industria platanera y de manera extraoficial por el contrabando. Es acusado de haber matado a su yerno y él trata de demostrar su inocencia mientras cae en desgracia. Entre los grandes aciertos del trabajo de Grandinetti está su inmersión en el lenguaje local porque resulta muy creíble cuando utiliza algunas expresiones tan propias de la zona.

También es muy loable el trabajo de Mónica López. La actriz grancanaria, que fue nominada al Goya por “En la ciudad”, es una intérprete sumamente elegante que no necesita agarrarse a ningún artificio para bordar un trabajo. En “Hierro” encarna a Reyes Baute, una guardia civil canaria que se gana la confianza de la jueza Montes y que pasa a formar parte de la unidad de la policía judicial durante la instrucción del asesinato de Fran a pesar de que ella es una agente curtida en otra área y de que tiene implicación personal en la causa. López está perfecta en la piel de esta mujer que trata de desempeñar su función de la mejor manera posible.

El resto del reparto está por lo general a favor de obra destacando especialmente a Juan Carlos Vellido, eficaz como uno de los agentes de la guardia civil que también proceden de fuera y que han logrado adaptarse, a Saulo Trujillo que interpreta a Daniel, un joven panadero completamente desbordado y que tiene una presencia que recuerda vagamente a la de un inicial Gael García Bernal, y Marga Arnau, maravillosa como la secretaria judicial tan pegada a la isla que ve como una ofensa cualquier cosa que pueda alterar a la costumbre del lugar. 

“Hierro” es una producción muy cuidada y que forma parte de lo mejor que nos ha dado Movistar + desde que la plataforma se ha sumergido en la producción de series. Aún no se ha garantizado su continuidad y es que, aunque su final pueda ser un digno cierre, necesitamos más de la jueza Candela Montes lidiando con los lugareños y sobre todo con su secretaria judicial. 

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Mary Carmen Rodríguez