Cine en serie: "Halt and catch fire", el ordenador personal nació en los 80
Querido Teo:
El mantra del regreso de los ochenta es habitual en el mundo de la música y de la moda, de vez en cuando al directivo de turno le parece que es un buen momento para recuperar las hombreras, los cardados y los sintetizadores. Algo así se les debió pasar por la cabeza a los creadores de "Halt and catch fire", ofreciéndonos una mirada al mundo de la informática en la década de los ochenta, la que marcó el inicio de la era del ordenador personal.
Eso sí, no esperes un “The Big Bang Theory” ambientado hace treinta años o un “The IT crowd” americanizado, porque esta producción va muy en serio. La historia que nos cuentan sus guionistas no habla de frikis inadaptados que nos resultan graciosos, sino de un grupo de visionarios capaces de arriesgarlo todo por una idea que puede cambiar el mundo, y de paso hacerles ricos y famosos. Piensa que ahora damos por hecho la informática que nos rodea, que empieza por nuestro ordenador pero que también incluye nuestros teléfonos e incluso nuestros televisores.
Pero a principios de los ochenta un ordenador era una máquina pensada para los negocios, no en vano las siglas del gigante IBM significan International Business Machines. Sugerir entonces que llegaría el día en que tendríamos en el bolsillo un equipo más potente que aquellos que ocupaban plantas enteras de edificios, y que los usaríamos para hacer volar pajarillos entre tuberías, era cosa de locos. A pesar de todo, algunos veían el potencial de democratizar esa tecnología, de poner un ordenador en cada casa y de convertir un mercado de unos cientos de miles de empresas en otro de miles de millones de hogares. Sólo había un problema, que el diseño de IBM estaba patentado y protegido por su ejército de abogados.
Y aquí es donde entra en juego nuestro primer protagonista, Joe MacMillan, un joven y arrogante comercial que precisamente abandona IBM porque tiene una idea genial, copiar el diseño de IBM para fabricar su propio ordenador personal, uno que sea compatible con los programas del gigante azul pero que cualquier empresa pueda fabricar y vender. Su problema es que, a pesar de su evidente ambición, carece de los conocimientos técnicos para llevarlo a cabo. Y por eso busca la ayuda de Gordon Clark, un ingeniero que vive una vida gris pero que comparte esa idea de que se puede hacer mucho más en el mundo de la informática. Juntos consiguen descifrar parte del código del ordenador, pero van a necesitar una tercera persona para ayudarles, alguien a quien Joe conoce de antes. Entra en escena Cameron Howe, una chica con aspecto punk que esconde una experta en el diseño de ordenadores.
Es precisamente este grupo de protagonistas lo que más cuesta digerir del piloto, que en general resulta muy interesante y promete una gran serie si sus creadores son capaces de mantener el nivel. Los personajes por separado son creíbles, pero cuesta creer que les resulte tan fácil salvar sus enormes diferencias por mucho que todos crean en su proyecto. También parece un equipo escaso para una tarea tan grande, pero como la cosa acaba de empezar les podemos dar un poco de tiempo para que busquen un grupo que les ayude.
Por lo demás la serie lo hace todo bien, desde la ropa hasta la música, pasando por los coches. Desde el punto de vista de la tecnología la serie también es muy fiel al periodo, algo que puede echar un poco atrás a los espectadores que no estén metidos en el mundillo informático, pero que a los que lo conocemos nos añade un punto más de interés. Los guionistas no hacen concesiones a la hora de que sus personajes destripen el ordenador de IBM, pero tampoco aburren con detalles innecesarios. La serie cuenta también con unos buenísimos créditos de inicio, tanto por estética como por su banda sonora.
En cuanto a los actores, Lee Pace interpreta a Joe MacMillan, que después de su papel en “Criando malvas” cambia de registro y se pone en la piel del prototipo de yuppie ochentero, con su traje italiano y su Porsche. Al parecer a Scoot McNairy le gustó el periodo de principios de los ochenta en “Argo” y repite haciendo del ingeniero Gordon Clark. Y por último, al personaje de Cameron le da vida Mackenzie Davis, a la que hemos visto últimamente en “That awkward moment”.
En resumen, no podía empezar mejor el parón veraniego, y espero con ganas el próximo episodio de “Halt and catch fire” para ver cómo Joe, Gordon y Cameron se enfrentan a los abogados de IBM. La batalla promete ser épica.
Atentamente.
Profesor Falken