Cine en serie: "Empire", culebrón hip-hop
Querido Teo:
El éxito de series como "Nashville", con un importante elemento musical, ha allanado el camino para otras series como la que te comento hoy, aunque en este caso el género musical cambia por completo. Con una segunda temporada ya confirmada tras la emisión de sus primeros episodios, parece que Fox puede tener entre manos algo interesante.
En las críticas acerca de esta serie he llegado a leer que se trata de una especie de “Dinastía” con todos sus protagonistas negros, y algo de eso puede que haya si echamos un vistazo a su premisa. Lucius es uno de esos hombres de negocios que empezó de la nada en un barrio pobre, y gracias a su talento como rapero ha conseguido amasar una fortuna y levantar una discográfica de éxito. El plan de Lucius es sacar la empresa a bolsa, ahora que está en un buen momento, y ceder su puesto a uno de sus tres hijos. Este último punto coge a todos un poco por sorpresa por parecer algo precipitado, pero pronto descubriremos por qué Lucius tiene algo de prisa en dejar su legado bien atado.
De sus tres hijos, el mayor es el único que no ha heredado su talento musical pero sí el sentido de los negocios. Graduado en una prestigiosa universidad, y siempre apoyando a su padre, deberá ganarse el puesto ante la preferencia de su padre porque su sucesor sea alguien con inclinaciones artísticas. Sus otros dos hijos sí que han seguido los pasos musicales de su padre, aunque tienen sus propios obstáculos que superar. El mediano es gay, algo que su padre no acepta y que es una fuente constante de conflicto entre ambos. El pequeño, por su parte, cumple el estereotipo del rapero que tanto hemos visto, rodeado de mujeres, alcohol y derrochando dinero a pesar de ser casi un chaval.
Por si esta competición no fuese suficiente problema, su madre acaba de salir de prisión tras 17 años encerrada, y está dispuesta a todo con tal de llevarse la parte del pastel que cree que le corresponde. Si eso supone usar a sus hijos contra su padre, que así sea. Lucius no sale mejor parado en sus dotes como padre, dejando clara una y otra vez su desaprobación al estilo de vida de su hijo mediano.
Sólo con estos elementos ya tendríamos para elaborar un buen guión (no es casual la referencia a “El rey Lear” por parte de uno de los hijos de Lucius), pero es que además el pasado de Lucius y su ahora ex mujer está a la vuelta de la esquina esperando. Resulta que el dinero con el que se fundó la empresa procede del negocio de tráfico de drogas que ambos llevaron a cabo de jóvenes, y si algo nos han enseñado las películas de mafiosos es que salir de ese mundo no es fácil, siempre queda algún cabo suelto en forma de testigo que te puede meter en un serio problema.
Y todo esto sin olvidar el propio mundillo musical, en el que hoy en día cualquier comentario de un famoso acaba en portada del telediario, y en el que la propia guerra entre discográficas reales puede ser igual o más intensa que las guerras de las bandas callejeras en que militan algunos de sus artistas.
Con Terrence Howard y Taraji P. Henson a la cabeza, Fox ha hecho una importante inversión en actores para esta serie. Personalmente me gusta más cómo lo hace ella, a la que tras su papel en “Vigilados: Person of interest” echaba de menos en la pequeña pantalla. Su cambio de registro a una madre curtida en la calle y en la cárcel no tiene desperdicio. Tampoco se ha escatimado en los secundarios, con apariciones de Naomi Campbell, Cuba Gooding Jr. y Gabourey Sidibe, además de la próxima incorporación de Courtney Love.
El apartado musical está especialmente cuidado gracias a la colaboración de Timbaland, productor habitual de Justin Timberlake, y que consigue darle el punto correcto de autenticidad a la música que suena en los episodios, sin caer en los tópicos de siempre acerca de los artistas de hip-hop.
El principal problema que le veo es que abarca muchas tramas, por una parte tenemos el drama familiar, luego la intriga empresarial y por último el negocio musical, con un bonus en forma de investigación del FBI que de momento sólo se nos ha insinuado. Con únicamente cuatro episodios emitidos es difícil entrar en profundidad en todas ellas, aunque consuela saber que con la noticia de su renovación habrá tiempo para desarrollar algunas de ellas.
No sé si tengo hueco para un culebrón del estilo de “Empire”, ya abandoné “Revenge” hace tiempo porque me mareaban tantos giros de trama y esta serie tiene pinta de auténtica montaña rusa. Pero si te gusta este género de series y/o el mundillo musical en el que se desarrolla la historia, al menos dale una oportunidad.
Atentamente.
Profesor Falken