Cine en serie: Emmys 2015, cuando lo normal es la sorpresa

Querido Teo:

Hemos hablado muchas veces de lo difícil que resulta complacer a todo el mundo en el caprichoso mundo de los premios en la televisión. Parece que nuestros hábitos de mártir nos acompañan en estas ocasiones y nos ciegan de lo que realmente acontece, no dejándonos disfrutar y ser felices con los ganadores y perdedores en cada categoría. Incluso llegaré un poco más lejos, aún cuando se cumplen los designios y las quinielas conseguimos discutir sobre el significado de los mismos o el motivo. Y es que no nos resulta suficiente muchas veces una buena actuación o una carrera sólida, siempre vemos la teoría de la conspiración cual Mel Gibson y "El guardián entre el centeno" y justificamos a unos y otros con favores o compensaciones que se aleja de sus buenas temporadas artísticas.

Llevado a la práctica, ¿era el año de Jon Hamm? ¿Es acaso una compensación, un premio por ir "el cántaro a la fuente"? ¿Es mejor que Kevin Spacey, obligado a repetir la historia de Don Draper? Podríamos decir que éste año tenía menos competencia que en años anteriores pero también es cierto que su papel empezaba a sentirse "agotado" y que la presencia de Spacey era intimidante. Nadie dudará que es merecido pero, ¿la sorpresa es que se lo den porque lleva ocho años intentándolo con aciaga suerte o la sorpresa hubiese sido que no se lo hubiesen dado después de todos estos años? Resulta inquietante leer los comentarios y no saber si alegrarse por el pobre chico o sentir lástima pensando que se lo dan por pena.

En el caso de actor de comedia, ¿es una sorpresa que no esté Jim Parsons ni siquiera nominado? Más bien para mi la sorpresa es que lo haya estado tantos años después de la caída en barrena que sufre su serie (pese a los buenos números). Y es que ser lo mejor de una serie no te convierte en bueno ni a la serie tampoco. Pocas sorpresas de todas maneras con Tambor y su Emmy que estaba cantadísimo.

¿Y las féminas? No ha sido el mejor año de "Veep" pero Julia ha vuelto a desbancar a sus competidoras (no sabemos si por su peso hollywoodiense o por que el "hype" de Amy Schumer se ha quedado en un efecto publicitario solamente). ¿Es una sorpresa que lo vuelva a ganar este año? No lo creo. En drama quizá había más competición con Taraji P. Henson y Viola Davis (aquí la sorpresa hubiese sido la vuelta al ruedo de Claire Danes, ¿cierto?) aunque la balanza siempre se inclinó un poco más hacia la segunda como al final ha resultado.

En cuanto a mejores series, el año más flojo de "Juego de tronos", sin bodas rojas, le ha dado el Emmy a la mejor serie dramática, toda una sorpresa para una serie que parece estar peleada con la crítica y que sólo recibía premios técnicos a parte del señor Dinklage, ganador este año también del premio al actor de reparto, pasando por encima de "Homeland" (esta visto que es la serie a resucitar este año), "Breaking bad 2.0" ("Better call Saul") y la serie exótica para los americanos, "Downton Abbey". En el caso de las comedias lo mismo de antes, "Veep" vuelve a pasar por encima de las novedades ("Transparent") pero, sobre todo, de grandes pesos pesados de la TV en una categoría muy reñida ("Modern family", "Unbreakable Kimmy Schmidt", "Louie" y "Parks and recreation") quizá sorprendiendo por que no es su mejor temporada tampoco.

Tony Hale volvió a ganar y Allison Janney también. Christina Hendricks volvió a perder y Michael J. Fox también. La verdad es que no me atrevería a decir que han sido unos premios muy originales ni en definitiva que ha habido alguna opción desconcertante a la hora de elegir ganadores. Es más, diría que es un año de transición, despedir a las series que se van (con una palmadita en la espalda), recibir a las nuevas y sus nuevas cadenas (con un pan debajo del brazo) y esperar que el año que viene se renueven los nombres de los nominados y se vayan ajustando las reglas del juego (como ya pasó este año) para que la competición tenga un poco más de gracia y no sea tan obvia.

David Volcano