Cine en serie: "El Ministerio del Tiempo", ciencia ficción española
Querido Teo:
Estas últimas semanas habrás podido leer y oír bastantes cosas sobre la nueva serie de TVE1, tanto de fondo como de forma. No sólo la historia de su creación e ingenio es singular sino que también trama y realización son, como poco, curiosas teniendo en cuenta dónde se suele mover la ficción española.
En cuanto a la creación, detrás de ella están Pablo y Javier Olivares, el primero afectado de ELA que tristemente no llego a ver el primer episodio. Entre los dos se puede escribir la historia de la televisión en nuestro país de las últimas décadas, participando en "Doctor Mateo", "Los Serrano", "Isabel", la más reciente "Víctor Ros", "Los hombres de Paco", "Ventdelplà", bagaje suficiente para enfrentarse a lo desconocido; la ciencia ficción "made in Spain".
Y es que de eso trata uno de los puntos fuertes de la serie, intentar convencer en un ámbito comandado por lo yanqui y que en España nos despierta siempre el escepticismo de lo cutre y las comparaciones injustamente hollywoodienses. Pero es que esto no es aquello y el presupuesto tampoco, ¿y qué?
No hace falta que los viajes en el tiempo (de esos trata "El Ministerio del Tiempo" por si aún no te habías dado cuenta) tengan una máquina futurística (o un Delorean venido al caso) o salgan rayos laser o el hiperespacio, basta apañarlo con buen gusto, inteligencia y gracia. Y es que lo más importante para que nos creamos que estamos en 1800 es ver que la escenografía y fotografía acompañan y de eso si sabemos mucho en España (¿acaso no lo hemos vivido ya?).
Y aquí viene la difícil y absurda discusión que leo y escucho las últimas semanas: ¿Es "El Ministerio del Tiempo" la mejor serie española (de ciencia ficción... del momento... de la Historia...)? o ¿es "El Ministerio del Tiempo" una buena serie al compararla con la factoría USA?
¿Acaso importa? Creo que últimamente intentamos monetizar o cuantificar la televisión como si en un futuro cercano "House of cards" fuese a aparecer en el IBEX. Aquí de lo que se trata es de entretener, reír, llorar, hacer pensar, pasar el rato, etc… los rankings mejor dejarlos para Forbes. Y todo ello (lo de reír y emocionar) se cumple.
Julián Martínez (Rodolfo Sancho) es un médico del SAMUR que no consigue superar la muerte de su mujer y que ha perdido en parte la noción del riesgo y las ganas de vivir, cosa que complica su trabajo debido a decisiones disparatadas. Esto le lleva un buen día a adentrarse en un edificio en llamas sin ni siquiera esperar a los bomberos y encontrarse allí con dos personajes que claramente no pertenecen a nuestra época. La viva imagen del ingenio español, capaz de encontrar soluciones poco comunes a los problemas más complicados, más preocupados en principio de él mismo que de los demás, con mucho de Lazarillo y atormentado (por el momento) hasta que se le presenta esta oportunidad.
Reclutado tras salir del hospital (casi chantajeado), cambiará su trabajo por el de funcionario. Si, funcionario, porque el Ministerio del Tiempo es eso, un Ministerio. Como el de Exteriores, el de Sanidad, etc. pero en este caso uno que se encarga de gestionar que las diferentes "puertas" que comunican presente y pasado se utilicen correctamente y no se desvirtúe el pasado afectando al presente. No vamos a ponernos aquí hablar de planos temporales, de si cualquier actuación en el pasado afectaría al presente o qué pasa si te encuentras con tu propio yo en el pasado ya que podríamos llenar páginas sin llegar a ningún lado y la erie no tiene esa vocación por el momento (te remito a un episodio de "Los Simpson" donde se hace un resumen muy acertado, S06E06 "Treehouse of horror V: Time and punishment").
En su tarea le acompañarán Amelia Folch (Aura Garrido), mujer adelantada a su tiempo y con gran inteligencia, el cerebro de su particular "comando de operaciones" aunque ingenua para los tiempos que corren, y Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), el soldado "tipo" del XVI dispuesto a todo por su patria, aun cuando descubre que ésta ya no domina el mundo.
Dirigidos por Irene Larra (Cayetana Guillén Cuervo), una persona funcional y fría a la que sólo parece importarle la resolución de los casos, Salvador Martí (Jaime Blanch), el típico jefe que quiere el trabajo bien hecho y sin complicaciones, y Ernesto Jiménez (Juan Gea), un misterioso "John Smith" muy resolutivo, nuestro trío de protagonista se encargará de transportarse a diferentes épocas de la historia española para descubrir entre otras cosas que no parece del todo clara la labor del Ministerio o la imagen que se quiere dar del trabajo que allí hacen. De esto se encargará Lola Mendieta (Natalia Millán), ex agente del Ministerio y semilla de que se cuestionen la veracidad de su misión.
Todo ello, y es que nos gusta mucho (muchísimo) el ombliguismo, salpicado con continuos guiños a la Historia de España, los personajes (reales o no) de la misma y el carácter español, forjado arduamente siglo tras siglo. Por supuesto es éste uno de los puntos más fuertes de la serie y explota lo que ya hemos visto en otras producciones, lo que nos gusta vernos a nosotros mismos ("Cuéntame cómo pasó", "Isabel", los infames telefilmes sobre la monarquía y los políticos de la más moderna España de la transición, etc…) pero con mucho humor, eso sí. Ni que decir tiene que toda gracia vinculada con el Estado, presidentes, funcionarios, impuestos, etc… será de obligada mención.
Parece que lo tendrá complicado al menos las primeras semanas ya que la contraprogramación se va a cebar con ella. Pese a todo, sin duda es de lo mejor que hemos visto en los últimos años (tanto de aquí como de allí).
David Volcano