Cine en serie: "Creedme", me han violado
Querido Teo:
Pornhub, uno de los sitios pornográficos más grandes de internet, brindó acceso a todos sus datos sobre los visionados y búsquedas de personas anónimas del mundo entero al reconocido investigador Seth Stephens, que ha volcado en un capítulo de su último libro "Todo el mundo miente". Stephens se zambulle en lo más profundo de lo que hoy se llama Big Data, inteligencia de datos o macrodatos. Extraigo de ese capítulo estos datos: "Entre las principales búsquedas hechas por mujeres en Pornhub hay un género de pornografía que, vaya por delante una advertencia, será perturbador para muchos lectores: el sexo con violencia contra las mujeres. El 25% de las mujeres que buscan pornografía heterosexual recalcan el dolor y/o la humillación de la mujer: por ejemplo, "llanto por dolor anal", "humillación pública" y "gangbang brutal". El 5% busca sexo sin consentimiento («violación» o sexo «forzado»), a pesar de que esos vídeos están prohibidos en Pornhub. Y las tasas de búsqueda de todos esos términos son al menos el doble de veces más altas entre las mujeres que entre los hombres. Cualquiera que sea el género del porno en el que se perpetre violencia contra la mujer, mi análisis de los datos muestra que casi siempre atrae mucho más a las mujeres".
Continúa el autor: "Por supuesto, cuando se trata de procesar eso, es muy importante recordar la gran diferencia entre la fantasía y la realidad. Es cierto que, de la minoría femenina que visita Pornhub, un subconjunto busca —sin éxito— imágenes de violación". El autor añade que: "Ni que decir tiene, eso no significa que las mujeres quieran ser violadas en la vida real, ni minimiza el hecho de que la violación es un crimen horrendo. Lo que nos dicen estos macrodatos es que hay personas que tienen fantasías que tal vez nunca mencionen a los demás".
Esta es la investigación más reciente que he encontrado sobre el crimen de violación y en realidad los macrodatos dicen poco; y desconociendo el móvil de la búsqueda, son apenas nada más que la certificación de un problema educativo y mental sin solución en este momento.
Lo que tampoco dicen los datos es la profundidad y la duración de la herida producida por una violación, y por eso "Creedme" merece nuestro tiempo. Es una aproximación al hecho de una sensibilidad poco corriente, y una investigación policial que progresa con un ritmo realista y una pareja de mujeres policía que tienen secuencias excelentes. Más despacio de lo que querríamos, en las comisarías mejora la comprensión, pero el territorio puede ser resbaladizo y esta serie lo subraya sin el menor sensacionalismo.
La trama se mueve en dos periodos cercanos, el año 2008 y el 2011. Fluye con naturalidad de uno a otro. La investigación comienza en el tercer capítulo y progresa en paralelo con la vida de la primera víctima de esta historia.
Netflix presenta la serie como "basada en hechos reales", pero además de que hay pocas cosas más inútiles que ésta para distinguir ficción de hechos, era innecesario. El caso que se presenta es reproducible con los matices adecuados en medio mundo. Esto hace de "Creedme" una serie muy recomendable. De esas que provocan la idea: "Esto deberían ponerlo en los colegios".
Carlos López-Tapia