Cine en serie: "Boardwalk Empire", la joya infravalorada de HBO
Querido Teo:
Mi relación con "Boardwalk Empire" no ha podido ser más errática y dos años después de su finalización fue ahora cuando por fin pude terminarla. Ese “por fin” podría tener la connotación de suplicio y más de uno pensará que por qué no abandonar una serie si el visionado se convierte en eso. En este caso la fe y algún comentario suelto leído con la precaución antispoiler me hizo seguir constante a pesar de que la había dejado en "stand by" ver sus dos primeras temporadas. Ha sido estas últimas semanas cuando he encadenado la tercera, cuarta y quinta temporada. La experiencia no ha podido ser más satisfactoria y ahora (sé que tarde y mal) intento reivindicar a la serie que aspiraba a sacar matrícula en HBO pero que por las circunstancias y las particularidades de una audiencia cada vez más segmentada ha sacado aprobado raspado en relevancia y sensación generalizada cuando merece estar en el hueco de las grandes.
“Boardwalk Empire” nació claramente como el intento de HBO por recuperar el trono perdido de la ficción televisiva tras “Los Soprano” y con la irrupción televisiva, social y estética de “Mad Men”, torrente que arramblaba en premios y en el listado de los críticos televisivos allá por 2009, momento en el que Terence Winter, Martin Scorsese y Mark Wahlberg se unieron como productores con el fin de sacar adelante una ambiciosa propuesta que dejó el capítulo con más presupuesto hasta aquel momento de la televisión, un lucidor y apabullante piloto que nos sumergía en la Atlantic City de la aprobación de la Ley Seca entre mafias, corruptelas y negocios turbios comandadas por el tesorero de la ciudad, Nucky Thompson. Una serie que, basándose en personajes reales, creó su propia historia de poder, ambición, venganza y traiciones en unos años en los que se formaba el popular sistema gangsteril de la primera mitad del siglo XX con personajes como Arnold Rothstein, Johnny Torrio, Al Capone o Lucky Luciano. Dos temporadas realmente impecables en su estética pero que principalmente pivotaban en la relación de maestro y alumno de Nucky Thompson (Steve Buscemi) con Jimmy Darmody (Michael Pitt) en una ciudad que vivía los últimos coletazos del férreo poder del Comodoro Louis Kaestner (Dabney Coleman) que para colmo fue el que permitió que Nucky ascendiera a ocupar esa posición. A su alrededor una serie de personajes como el fiel y siempre a la sombra hermano de Nucky, el sheriff Eli Thomspon (Shea Whigham), el agente federal Nelson Van Alden (Michael Shannon), el francotirador con máscara Richard Harrow (Jack Huston), o Chalky White (Michael K. Williams), el representante de la voz afroamericana que poco a poco va tejiendo su poder también en Harlem.
Mención aparte merecen las mujeres de esta serie en un reparto eminentemente masculino. El mayor protagonismo lo tienen Margaret Thompson (Kelly Macdonald), segunda mujer de Nucky y que, como si fuera una Peggy Olson, termina abrazando lo oscuro para aprovecharse de ello y luego desprenderse de ello y conseguir su propia autonomía, así como Gillian Darmody (Gretchen Mol) que cae en desgracia temporada tras temporada después de usar su poder de seducción contra los hombres tocando el cielo y el infierno con la figura de Nucky sobrevolando tanto para bien como para mal. En la serie también encontramos a otros personajes como la pintora y ambigua mujer de Jimmy (Aleksa Palladino) o la dicharachera y futura socia de Nucky, Sally (Patricia Arquette).
Una serie fría y hermética que en sus dos primeras temporadas se cocinaba a fuego lento para ir explotando hacia el final; sobre todo en una segunda temporada que nadie esperaba que desembocara en lo ocurrido ya que implicaba un nuevo punto de partida para la serie a pesar de cimentar definitivamente el estatus de Nucky en su poder. La serie se reinventaba (¡y de qué manera!) con una tercera temporada que volvía a poner las cartas sobre la mesa con un villano de antología, el Gyp Rosetti de Bobby Cannavale. Un torturado salvajemente animal que fue uno de los pocos personajes que permitió la unión de gran parte de los criminales de la serie contra él en ese enfrentamiento entre Nucky y Rosetti. Puro fuego interpretativo que permitió a Cannavale ser el único actor de la serie galardonado con el Emmy.
Las dos últimas temporadas de la serie fueron el salto definitivo de la misma acercándose más que nunca al contexto histórico en el que se movía. En ellas vemos el salto definitivo de el megalómano y excesivo Al Capone, que sólo tiene un punto de flaco de humanismo representado en la sordera de su hijo, o como se había minusvalorado a un personaje como Lucky Luciano que termina derivando un malcarado segundo de Torrio, Rothstein, Masseria o Maranzano al ejemplo más caro de la ambición; así como por otro lado el FBI va estrechando el cerco en Thompson mientras el mismísimo J. Edgar Hoover empieza también a escalar en la organización y seguimos asistiendo a los altibajos de la doble identidad del personaje de Michael Shannon, quizás el personaje que más bandazos da en la historia dando la impresión de que no sabían muy bien donde colocarlo en el puzzle.
Dos subtramas ganan peso en estas temporadas como es la importancia que cobra el sobrino de Nucky; con un incidente universitario que acaba teniendo una onda de expansión clave en la historia, así como la aparición del mesiánico doctor Valentin Narcisse (Jeffrey Wright) que sinuosamente busca hacerse con el poder de Harlem provocando el descarrilamiento del personaje de Chalky White; auspiciado por una cantante de soul sacada del arroyo por Narcisse y que termina siendo el cebo para White en una de las premisas mejor cuidadas de la serie.
Es una quinta temporada de ocho episodios (el alto presupuesto y la poca relevancia de la serie hizo que se anunciara una última tanda de menos capítulos para cerrar la historia) la que ata los cabos sueltos combinando el presente de la acción (un salto temporal de siete años en los meses previos a la derogación de la Ley Seca) con el pasado en el que vemos realmente lo que faltaba por contar para que todo encajara con un Nucky cada vez más melancólico, agotado y que hace lo que nunca se había podido permitir; echar la vista atrás sobrevolando la muerte a su alrededor desde el principio de la temporada. La infancia y juventud de Nucky, sus intentos por impresionar al Comodoro, la relación con su primera mujer, la construcción de sus propios códigos morales y su encuentro con una adolescente Gillian Darmody como forja para un tipo tan criminal como víctima de un sistema en el que hay que delinquir para sobrevivir.
Un final memorable que demuestra que el pasado siempre vuelve, y en forma de la persona más imprevisible, pone el broche de oro a una serie que finalmente dio lo que prometía aunque nosotros (cegatos muchos) no supimos, ni quisimos, esperar a comprenderla o valorarla como se merece.
Nacho Gonzalo
es una obra maestra con todas las palabras y en mayusculas !! increible los personajes,guion ,escenografia ...caviar del cine negro ..historica !!!
Series cine negro por este orden :
1.-Los Soprano
2.-Peaky Blnders
3.-Broadwalk Empire
4.-The Wire
5.-El resto-...jejejej