Cine en serie: “Torchwood”, algo más que un spin-off
Querido Teo:
Para los no iniciados aclaremos que “Torchwood” es uno de los varios spin-off de la longeva serie británica de ciencia ficción "Doctor Who". El Capitán Jack Harknes es el principal punto en común entre ambas series y el verdadero motor de la historia, siendo Gwen Cooper la otra gran protagonista y, digámoslo también, el corazón y alma de todo este nuevo tinglado. Si en principio “Doctor Who” es una serie “ligera” (cada vez menos) y de aventuras, enfocada principalmente para el placer y disfrute de toda la familia, “Torchwood” se podría decir que es la otra cara (adulta) de la moneda, donde indudablemente advertimos que el tono es mucho más dramático y las historias mucho menos luminosas. En principio con esto basta para que uno se pueda poner a ver la serie con un poco de conocimiento de causa sin meterse demasiado en detalles innecesarios, y advertido de las principales diferencias entre ambas series. Lo demás es pura declaración de intenciones, y mil y una vueltas de tuerca que no siempre encajan en su sitio pero que nunca dejan indiferente a nadie ya sea para lo bueno, para lo malo, o incluso para lo peor. Conozcamos todas y cada una de ellas…
Para ser justos habría que dividir mi opinión sobre “Torchwood” en dos partes: Las primeras dos temporadas y la tercera (la actual cuarta no la he visto aún), pues cada una de ellas deja sensaciones y percepciones muy distintas según se va avanzando en la historia y se van quemando las diferentes etapas de la serie.
Tengo que reconocer que me puse a ver “Torchwood” en serio visto una vez el piloto (por cierto un capítulo de pura ciencia-ficción mucho más que recomendable), y continuando después con la serie a partir de cierto episodio de la primera temporada (por recomendación expresa), afrontando casi directamente su recta final sin apenas haber disfrutado, o más bien sufrido, lo que me aseguraron serían un montón de capítulos bastante mediocres y prescindibles. Como no los he visto no sé si realmente llevaban razón mis amables consejeros, pero lo que sí puedo asegurar es que una vez visto el resto de la temporada intuyo que, muy posiblemente, no me perdí nada digno de haberse visto y comentado.
Si ya hemos dicho en la introducción que el tono general de “Torchwood” es bastante más serio que el de “Doctor Who”, habría que aclarar que, desde luego, la serie también es mucho más espesa e irregular (en cuanto a calidad se refiere) que su serie madre. Para empezar, y como gran handicap, en mi humilde opinión, a “Torchwood” le falta sentido del humor y le sobran cientos de litros de empalagoso calado emocional. Sus capítulos autoconclusivos (la mayoría), abarcan desde grandes historias con vueltas de tuercas muy inteligentes y perspicaces, a tramas muy manoseadas pero con algunos puntos de vistas bastante originales, pasando por muchos otros episodios de lo más cutres y fuera de toda lógica argumental, que dejarían avergonzado hasta al mayor fan de la serie Z que se pusiera por delante.
Y es que, en líneas generales (y siempre hablando de sus dos primeras temporadas), así es “Torchwood”. Capaz de clavarte a la pantalla y no soltarte, con episodios maravillosamente bien construidos, ejecutados, excitantes e incluso imposiblemente coherentes, para acto seguido escupirte a la cara algún que otro capítulo de esos que vomitarías al instante si tuvieras tripas en los ojos. Capaz de lo mejor, lo peor, y lo inclasificable, sus dos primeras temporadas no dejan de ser una amalgama de clichés, tonterías varias, grandes e inteligentes reflexiones sobre el universo y el ser humano, e indudablemente múltiples ráfagas de genialidad absoluta, que además de dejarte descolocado, desorientado, e incluso indignado a veces, también te dejan siempre listo y ansioso por consumir más y más capítulos en busca de una regularidad que, por fin, acaba llegando en su tercera temporada.
Es ahí donde todo el potencial de “Torchwood” hace acto de presencia. Apoyada en un relato mucho más corto, sólido y serializado, “Children of Earth”, que así se llama este tercer acto, funciona a las mil maravillas, ya no sólo como un paso más y necesario para que la serie dé ese salto de calidad que tanto necesitaba, sino también como parte de un historia independiente que bien podría haber sido en sí misma una excelente miniserie de ciencia ficción. Una vez dejado a tras a actores, tramas, y personajes bastante prescindibles (nunca me gustó un pelo Owen), la serie se busca y se gusta a sí misma, contándonos una de las más intrigantes historias de ciencia ficción jamás contadas en la pequeña pantalla en los últimos años. Un relato absorbente, apasionante, y sobre todo muy coherente en su presentación, nudo y desenlace, que nos hace creer que “Torchwood” pueda llegar a ser en el futuro una de las mejores series del género.
Actualmente están echando su cuarta temporada con más presupuesto y mejores intenciones. Sin duda se agradecerán comentarios al respecto para ir saliendo de dudas.
Watanabe
La cuarta de torchwood sigue la estela de la tercera, planteando un gran escenario: ¿Que ocurriría con el planeta si todo el mundo dejase de morir? Fantástico ver como lo que comienza siendo un milagro se va convirtiendo poco a poco en un infierno y maravilloso volver a ver a Lauren Ambrose.
La mejor serie de los últimos tiempos, Torchwood es más que una serie... es totalmente asombrosa!
A pesar de que para mi los papeles más importante eran los de Jack (obvio), Gwen, Ianto y Rhys... El final de la 2da. temporada fue tremendo... creo que ese final marcó el gran cambio. La tercera temporada fue asombrosa, memorable y, ya habiendo terminado de ver la cuarta puedo asegurar que fue shockeante, impresionante dejando un vacío en espera por una 5ta. Por Dios... qué Monumental!!