Cine en serie: “The fall”, cara y cruz

Querido Teo:

Antes de que alguien salga con eso de “por Dios, otra de asesinos en serie no”, vale la pena mencionar el término que más se repite en las críticas de esta producción, “diferente”. Que sí, que tenemos a una oficial de policía intentando detener a un asesino en serie que no deja pistas y vive una vida casi normal, pero con un detalle que la distingue de otras series parecidas, y es que desde el minuto uno sabemos quién es el asesino.

No sólo eso, sino que la serie da la misma importancia (y tiempo en pantalla) al día a día del asesino y el de la oficial. Esto diferencia esta producción de otros procedimentales en los que el trabajo de investigación es el centro de la trama como sucede en “Sherlock”, o de series como “Dexter” en las que el protagonista indiscutible es el asesino, hasta el punto de que el espectador quiere que se salga con la suya a pesar de todo.

La historia es la siguiente: La detective Stella Gibson es enviada a Belfast para un procedimiento de rutina, una investigación interna acerca de un crimen no resuelto tras 28 días de trabajo policial. Su tarea es determinar si ha habido algún error u omisión, o si realmente el crimen tenía tan pocas pistas para seguir que no podía ser resuelto. Poco después de iniciar la investigación, verá una relación con otro crimen reciente, una relación que sus superiores se empeñan en negar a pesar de las aparentes similitudes entre ambos.

Por otro lado tenemos a Paul Spector, que abre la primera escena de la serie colándose en una casa de la que únicamente se llevará algunas prendas de ropa interior de la propietaria, pero que ya transmite un mal rollo importante. También descubriremos su otro yo diurno, el de padre de familia responsable y de consejero de duelo, encargado de ayudar a quien acude a él a asumir la pérdida de un ser querido. No tardaremos mucho en descubrir que su hobby no se limita a entrar en casas ajenas, sino que es algo mucho peor.

La decisión de mostrarnos por igual a Stella y Paul sirve no sólo para dar un mejor perfil del asesino, que no se nos presenta como un personaje unidimensional, sino también para hacernos ver que tanto asesino como policía comparten algunos rasgos. Ambos son personas metódicas, calculadoras, reservadas pero no tímidas, centradas en su tarea. Es probablemente esta similitud la que hace tan sencillo para Stella reconocer la mano de Paul (aunque aún no conoce su identidad) en los dos crímenes.

Esta decisión hace que también el ritmo y el tono de la serie cambie respecto a otras con una temática parecida, ni persecuciones en el centro de la ciudad ni sofisticada tecnología para descubrir al culpable. Oscura, con un ritmo pausado y un punto inquietante que hará que más de uno se levante para comprobar si ha dejado bien cerradas las puertas y ventanas de su casa antes de irse a dormir.

Gillian Anderson interpreta a Stella, y se ha ganado el favor de la crítica con su papel. Curiosamente, después de mucho tiempo apartada de la primera fila, la podemos ver en "Hannibal", ahora en esta serie, y dentro de poco en “Crisis”, una serie que se estrenará el próximo otoño si se cumplen los plazos actuales. El personaje de Paul lo interpreta Jamie Dornan, al que vimos en “Once upon a time” y que igualmente ha cosechado críticas muy favorables por su papel, muy creíble tanto en la faceta de padre de familia como en el de asesino.

No sólo el papel de los actores, sino el conjunto de la serie ha impresionado a los críticos, así que no sorprende que hoy mismo se haya confirmado una segunda temporada. Mientras tanto nos conformaremos con estos cinco episodios, y ahora si me disculpas voy a comprobar si he echado el cerrojo de la puerta.

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Atentamente.
Profesor Falken