Cine en serie: “Revenge”, me ponga cuarto y mitad de culebrón, por favor
Querido Teo:
Puede sorprender que en mi calendario semanal de series aparezca “Revenge”, ya que a simple vista no soy lo que se dice el “target” ideal de público al que va dirigida. Podría decir que lo veo como medio para ampliar mis horizontes televisivos y bla, bla, bla... la cuestión es que me gusta. Pero bueno, también los episodios de “Mi pequeño Pony” están pensados para un público más bien femenino y ahí tenemos el reciente fenómeno “Brony” (del que no formo parte pero que respeto profundamente) como prueba de que el público es soberano y no se le puede encasillar fácilmente.
No importa que esta serie se defina como drama o como una versión modernizada de “El conde de Montecristo”, todos sabemos que “Revenge” en el fondo es un culebrón, tal vez con algo más de presupuesto y un poco menos sobreactuado que sus parientes sudamericanos, pero culebrón al fin y al cabo. Y es que detrás del glamour de los Hamptons, y de las protagonistas enfundadas en vestidos de Chanel, tenemos una historia clásica de cuernos, venganza y de parientes que todo el mundo daba por muertos pero que estaban de parranda.
La historia es la siguiente. La protagonista, Amanda, es la hija de David Clarke, un hombre de negocios traicionado por sus socios y que acaba en la cárcel acusado falsamente de terrorismo. Desgraciadamente acaba muriendo en prisión, no sin antes hacer llegar a su hija un diario explicando los detalles del engaño y una lista con las personas responsables. Junto con el diario, David se encarga de dejar a su hija una pequeña fortuna que había conseguido ocultar a las autoridades, y le ruega que coja el dinero y se aleje de esa gente sin mirar atrás. Pero claro, si Amanda hubiese hecho caso a su padre no tendríamos serie, así que ya podemos imaginar que años después Amanda vuelve a los Hamptons después de pasar un tiempo en un correccional (y en otros sitios que se irán descubriendo), con una identidad nueva para evitar que la reconozcan, y con un plan para vengarse de los que provocaron la muerte de su padre. Nótese cómo he obviado el tema de la madre de la criatura.
La primera temporada es un "tour de force" de las venganzas maquiavélicas. Emily Thorne (la nueva identidad de Amanda) se dedica a despachar uno a uno los integrantes de la lista de su padre, uno por episodio, de manera que les hace perder lo que más les importa: su estatus social. Para ello decide adentrarse en el círculo más exclusivo de la sociedad local, y encuentra la excusa perfecta en el hijo de su vecina Victoria Grayson, la cabecilla de ese nido de víboras y una de esas malas estupendas que nos da la televisión de vez en cuando. Poco a poco Victoria verá cómo el círculo se cierra sobre ella y, aunque sospecha de Emily, no parece llegar a encontrar nada sólido contra ella.
En la segunda temporada, que es la que se está emitiendo actualmente, el ritmo cambia y la venganza se orienta en ganar la guerra a largo plazo en lugar de las victorias en pequeñas batallas. El estar cada vez más cerca del meollo de la traición a su padre, hace que por otra parte Emily deba prestar atención a su propia protección. Unido a los cambios de bando de algunos de los personajes, un recurso habitual del género, hace que la serie mantenga el interés, aunque corre el peligro de estirar demasiado la trama.
En el apartado de actores, Emily VanCamp (“Everwood”, “Cinco hermanos”) interpreta a la protagonista, Madeleine Stowe (“12 monos”, “El último mohicano”) es la mala malísima Victoria Grayson. Gabriel Mann (“El caso Bourne”) es Nolan Ross, el genio informático colaborador de Emily y uno de los pocos que conoce su secreto, y Josh Bowman (“Make it or break it”) interpreta al hijo de Victoria, Daniel Grayson.
En resumen, “Revenge” es una serie que consigue lo que se propone, que es darnos 45 minutos de entretenimiento semanal mientras vemos lo dura que es la vida de los muchimillonarios y lo bien que estamos los demás con nuestras vidas sencillas y recogidas. Seguro que si me lo repito muchas veces sonará casi de verdad.
P.D.: "Revolution" ha pasado oficialmente a la lista de “series que veo mientras plancho”, que es el paso previo a “series que ya no veo”. Al final va a ser cierto lo que leí hace un par de semanas, que a día de hoy una buena señal para el posible éxito de una serie es que J.J. Abrams no participe en ella.
P.P.D.: Momento guiño en el episodio de “Castle” de esta semana (y hubo muchos). Rick hablando con Beckett: “Soy fan de la buena ciencia ficción: Star Trek, Battlestar, esa serie de Joss Whedon…”
Atentamente.
Profesor Falken