Cine en serie: “La Biblia”, mucha audiencia... y poco más
Querido Teo:
Los proyectos directamente relacionados con la religión, sea cual sea, suelen ser complejos. El motivo principal es que es muy fácil soliviantar a los fieles con un tratamiento que no refleje el material original o que lo haga en un tono muy crítico. Tal vez eso es lo que hizo que los creadores de "La Biblia" optasen por una versión que ellos mismos describen como “fiel al espíritu del libro” y que abarcase tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. El problema con un planteamiento así es que el material es muy abundante y complejo, resultando la serie en una especie de sinopsis sin casi contexto en el que situar la historia.
Las cifras de audiencia, por supuesto, la han acompañado en Estados Unidos, donde estas producciones tienen asegurado un público muy numeroso. El problema viene cuando empezamos a leer las críticas, y vemos que “inconexa” y “esterilizada” son dos palabras que se repiten en muchos de los comentarios acerca de la serie. El problema, desde mi punto de vista, es querer gustar a todos, lo que al final sólo consigue un producto mediocre y que no termina por contentar del todo a nadie.
En primer lugar, la enorme cantidad de material obliga a recortar en muchos casos la historia y a dar enormes saltos en el tiempo en un abrir y cerrar de ojos. Es por este motivo que la mayoría de producciones de cine y televisión suelen centrarse en hechos concretos (como “Los diez mandamientos” o “La Pasión de Cristo”), porque aunque se cuente con diez horas de emisión la historia es tan monumental que es obvio que habrá que hacer recortes.
A esto se suma el nulo contexto que se le da a los hechos, que hubiese cumplido en este caso dos objetivos: por una parte habría dado más profundidad narrativa a los que ya conocen bien la historia, y por otra habría dado más interés a los que no están interesados en el aspecto espiritual, pero sí podrían estarlo por una buena narración y una nueva perspectiva sobre este periodo. En lugar de eso, nos encontramos con fragmentos de historias que parecen suceder sin ninguna relación entre ellas y que, al no estar suficientemente explicadas, pueden chocar a los espectadores que no conozcan el material original.
Los primeros minutos de la serie intentan explicar el objetivo de la serie, que es el de narrar una de las historias más conocidas e influyentes de la humanidad, pero durante los episodios no tenemos en ningún momento una explicación de cómo esas historias han influido en la Historia, independientemente de que el espectador crea o no en que sucedieran realmente. Si se confiaba en que el espectador conocería las historias previamente, no se le ha ofrecido nada que no haya podido ver o leer con anterioridad. Y si lo que se pretendía era acerca el material a los que no lo conociesen, no creo que muchos vean la serie completa.
Desgraciadamente, nos quedamos con una serie que no aporta nada nuevo al género y que no despertará el interés de los que no conozcan la historia, por lo que en este caso tiraré del clásico tópico de “mejor te lees el libro”.
Atentamente.
Profesor Falken