Cannes 2021: "Annette", "Benedetta" y la convivencia con el virus marcan el primer tramo del Festival
Querido Teo:
Este año hemos hecho “pellas” en el Festival de Cannes después de muchos años de estar presente tanto en la vida radiofónica como en la versión web de “El Cine de LoQueYoTeDiga”. Los motivos ya son conocidos aunque se quieran obviar desde la organización y por una parte de la prensa que asiste al espectáculo de manera tan entregada como inconsciente. Una pandemia y un proceso de vacunación en marcha que hace estar en estos momentos a otras cosas después de que todo lo que hemos vivido este año haya puesto nuestro mundo patas arriba. Thierry Frémaux ha conseguido su objetivo, contra viento y marea, que el Festival de Cannes no quedara inédito en su 74ª edición después de la traumática cancelación del año pasado.
El cine ha vuelto a la Croisette pero también hay una sensación de artificio, de halo fantasmal que hace concluir de que en esta ocasión todo es mucho más esquivo de lo habitual sumándose a las colas, el clasismo en las acreditaciones y el trasiego en esos días de hervidero tendentes a la inanición, el hecho de las PCR cada 36 horas (a golpe salivar), el insufrible calor de un mes de Julio y el hecho de la amenaza siempre presente de que estalle algún brote que lleve a más de uno a tener que confinarse en una localidad que vive del postureo y que acoge al cine con los brazos abiertos pero que también es muy cara para prolongar la estancia en el caso de que no se pueda coger un avión de regreso. Las imágenes con aglomeraciones, ausencia de mascarillas y aforos del 100% no invitan al optimismo sobre una organización que está siendo mucho más criticada que la de otros festivales celebrados en pandemia.
Dos de las películas más esperadas de esta edición (las cuales se hubieran visto el año pasado de haber tenido lugar el certamen) han cumplido con las expectativas del primer tramo del Festival. La inaugural “Annette” de Leos Carax se ha convertido en la película más comentada, una tragedia romántica contemporánea sobre el arte y el deseo en clave musical y con Adam Driver y Marion Cotillard como protagonistas en una pieza operística sobre la dependencia de una relación, la maternidad, el duelo, la violencia y los sacrificios y egos profesionales.
Él es un cómico transgresor y polémico, con cadáveres en los armarios que denuncian algunas de las personas que han trabajado con él, y ella una cantante de ópera de éxito que termina quedando minada a él, más cuando tienen una hija en común (representada por un muñeco que añade un tono alucinógeno y tétrico) que les hace encauzar su existencia en base a ese prisma común jugando incluso con la simbología de los cuentos de hadas, diferenciando entre la princesa y el lobo.
Leos Carax propone una cinta sugerente, barroca y con gran valor cromático que se abre con un prodigioso plano secuencia y se centra en una masculinidad herida desencadenante de la violencia que lleva a la otra parte a una negación marcada por el hecho de vivir en una sociedad anclada en la apariencia y que necesita representar éxito frente a los demás. Una propuesta que tiene como baza que el 95% de los diálogos son cantados con guión y música de Ron Mael y Russell Mael (Sparks) destacándose especialmente el trabajo de un Adam Driver que en uno de los números musicales canta mientras practica un cunnilingus en esta ópera rock con los temas interpretados en vivo.
Por su parte "Benedetta" se ha erigido como la película más loca, desmitificadora y polémica del certamen. No se esperaba otra cosa del inclasificable Paul Verhoeven que compite por tercera vez en Cannes tras “Instinto básico” (1992) y “Elle” (2016). La historia real de una monja lesbiana en el siglo XVII cuya existencia fue conocida a través de la historiadora Judith C. Brown. Benedetta Carlini fue una abadesa que a finales del siglo XVII, y con una plaga asolando la Tierra, ingresa en el convento de Pescia (La Toscana) proclamando haber sido testigo de visiones y apariciones marianas que luego se demostraron falsas, saliendo a la luz también sus relaciones sexuales con otra monja (Daphné Patakia), experimentando con la masturbación y el orgasmo, bien a través de lo físico, con una figura santificada o con ensoñaciones divinas, mientras se proclamaba esposa de Dios. Eso le llevó a casi cuatro décadas de prisión y a que en pro de la vergüenza su historia quedara perdida.
El sexo, la violencia, la envidia y la falta de complacencia son los ingredientes en los que Verhoeven se mueve como nadie dando rienda suelta a la lascivia y la irreverencia desmontando los dogmas de la Iglesia Católica en una cinta con mucho de “Narciso negro” (1947) de Michael Powell, "Cartas de amor a una joven portuguesa" (1977) de Jess Franco y también de Dario Argento y Paolo Sorrentino. El deseo, el placer y el pecado prohibido se presentan como arma de poder frente a la opresión y el oscurantismo enarbolando la rebelión frente a un sistema representado por una madre superiora descreída (Charlotte Rampling) y un nuncio pervertido y autoritario (Lambert Wilson). Virginie Efira se convierte en una de las estrellas de esta edición, ya trabajó con el director en su última película, encabezando una de las cintas europeas que más recorrido va a tener este año y que ha levantado con más energía, sabiduría y desprejuicio que nunca un director que está a punto de cumplir 83 años.
Otro de los nombres consagrados que ha presentado película es François Ozon que opta a la Palma de Oro por cuarta vez a la que habría que sumar también la calificación que recibió “Verano del 85” en la edición que no se celebró. En “Todo ha ido bien” pasa de hablar de los abusos de la Iglesia Católica y de una relación homosexual iniciática a poner sobre la mesa el debate de la eutanasia en un país como Francia mucho menos avanzado en este aspecto que en España. Una historia que adapta la novela de Emmanuèle Bernheim, fallecida guionista colaboradora en algunos de los trabajos de Ozon que contaba allí la petición de su padre, un prestigioso galerista de arte, para terminar con su vida tras sufrir un infarto.
Una decisión a la que se enfrenta una familia burguesa que tendrá que confrontar sus diferentes puntos de vista al respecto, si esperar a la muerte dejando a que la providencia marque el rumbo o aprovecharse de su condición social para burlar la ley y cumplir los deseos de un padre dependiente que ha dejado de ser él pero que aún tiene conocimiento para saber cómo quiere encarar lo que el destino le ha puesto en el camino. Un título efectivo pero considerado convencional en el que, sobre todo, se ha destacado el trabajo de Sophie Marceau y André Dussollier estando presentes también Charlotte Rampling, Géraldine Pailhas y Hanna Schygulla.
El director israelí Nadav Lapid se ha convertido en uno de los nombres más deseados por el circuito festivalero. Aunque es su primera participación en la competición de Cannes ya viene con un Oso de Oro en el bolsillo conseguido por “Sinónimos” en 2019. En "Ahed's knee" construye una cinta reivindicativa, política y conceptual en la que un director israelí se encuentra entre dos batallas destinadas al fracaso: una contra la muerte de la libertad, otra contra la muerte de una madre. Lapid habla de sí mismo y de las contradicciones de su pueblo como alter-ego de un realizador que es invitado por el Ministerio de Cultura a un desierto en el que va a ser proyectada su película mientras en su cabeza nace un nuevo proyecto centrado en la figura real de una palestina acusada de rebelión por dar un bofetón a un soldado israelí.
Todo en un lugar en el que no se puede salir de los márgenes marcados por los organismos públicos. Un desierto que es el escenario de la soledad y de una sociedad sin rumbo marcada por la confrontación cuestionando un servicio militar que construye a personas traumatizadas y carentes de humanismo perpetuando el caldo de cultivo del conflicto. Un trabajo irregular, teatral y rabioso bañado de humor negro y que habla de la política a través del arte sin la contundencia de la muy reivindicable “Foxtrot” (2017). Economía narrativa sobre la historia de un pueblo que perpetúa los errores del pasado.
"Lingui. Lazos sagrados" de Mahamat-Saleh Haroun es un drama sobre una serie de mujeres en El Chad que se rebelan por el hecho de querer decidir sobre su cuerpo contando con la opción del aborto frente a un gobierno que lo prohíbe. La historia de una madre que se reencuentra con su pasado cuando su hija de 15 años le dice que está embarazada, reviviendo todo lo que supuso para ella el ser una madre soltera y ser repudiada por los suyos.
Un trabajo que intenta insuflar algo de esperanza hablando de la lucha de seguir adelante y no doblar la rodilla frente a la búsqueda de una solución contando con el apoyo y la complicidad de otras mujeres que se mueven entre las sombras clandestinas que dejan un asunto tabú en una sociedad por evolucionar en este aspecto. Una fábula con un desarrollo de thriller en la que hay mucho de sororidad, espíritu colectivo y de no caer en el victimismo ante los golpes de la vida.
"La peor persona del mundo" de Joachim Trier supone la segunda participación del director en la sección oficial del Festival de Cannes. Compitió con la inclasificable "El amor es más fuerte que las bombas" (2015) y ahora vuelve con una historia que narra cuatro años en la vida de Julie, una joven con una turbulenta vida amorosa que lucha por encontrar su camino profesional, lo que la lleva a descubrir quién es realmente.
Una estupenda Renate Reinsve destaca representando a una juventud “millennial” perdida y estigmatizada que sobrevive sabiendo que año tras año sus sueños en el mundo para el que se prepararon tanto ella como sus compañeros están más lejos de cumplirse. Una mirada crítica, deslavazada e intensa que se fija en una generación aborregada que piensan que todo les vendrá dado mientras dan bandazos en su vida personal y profesional asumiendo su falta de suerte.
Fuera de concurso el plato fuerte del cine usamericano para esta edición. "Cuestión de sangre" de Thomas McCarthy recibiendo una ovación que llevó a su protagonista, Matt Damon, a las lágrimas. La historia, inspirada en el caso de Amanda Knox, de un padre que viaja de Oklahoma a Francia para ayudar a su hija que ha sido arrestada por el asesinato de otra joven, su pareja. Un melodrama familiar que presenta varias capas a pesar de su funcionalidad.
La historia de un tipo de la América profunda, un obrero con botas, tatuajes y camisa a cuadros, que llega a Europa e intenta encontrar cómo ayudar a su hija y ser el padre que nunca fue en una ciudad tan desconocida para él como Marsella mientras reconecta con ella tras un tiempo en el que cada vez han estado más alejados el uno del otro. Una historia de realismo, valores familiares, solidaridad, multiculturalidad, justicia y autodescubrimiento que primero es un drama social de contraste cultural y posteriormente un thriller que busca justicia. Ha sido acusada de quedarse demasiado en la superficie pero en la que se destacan los trabajos de Matt Damon y Abigail Breslin.
También fuera de concurso “Dónde está Anne Frank” de Ari Folman. Una cinta que sigue los pasos de Kitty, la amiga imaginaria de Anne Frank a la que le dedicó su diario. Como una decidida adolescente, Kitty se despierta en el futuro, dentro de la casa de Frank en Amsterdam, y se embarca en una aventura para encontrar a su mejor amiga convencida de que sigue viva en algún lugar de Europa. Folman crea una cinta preciosista en lo visual y con un poder evocador adentrándose en el legado de la niña judía más desde la perspectiva de lo que fue su desenlace que del icono popular en el que se convirtió tras el éxito de su diario. Una cinta para reflexionar sobre el genocidio, los delitos de odio y el drama de los refugiados desde una perspectiva contemporánea. Un trabajo accesible, inspirado y con valor educativo sobre una infancia a la que hay que proteger, todavía hoy, de las sinrazones del mundo.
“The Velvet Underground” es el documental de Todd Haynes presentado fuera de concurso en el que el director ha contado con la colaboración de los miembros supervivientes de la banda a través de una serie de entrevistas rodadas en 2018. Una mirada al grupo y también una revisitación de la escena musical del Nueva York de la década de los 60, un lugar y un tiempo de cambio y explosión creativa.
En la Semana de la Crítica ya se ha proyectado “Libertad” de Clara Roquet, la historia de una niña de 14 años que se encuentra en un limbo entre el universo de los mayores y los juegos más infantiles hasta que conoce a Libertad, de 15 años, la hija de Rosana, la mujer colombiana que cuida a su abuela enferma de Alzheimer. Una de esas historias mínimas, sensibles y cotidianas que tan bien está reflejando el cine español reciente y que habla de muchas cosas con sencillez, entre otras cosas la diferencia de clases y el despertar a la vida. Una de esas cintas españolas que son lanzadas desde las secciones paralelas de Cannes por la prensa como ocurriera con “Carmen y Lola” en 2018 y “Lo que arde” en 2019.
Por su parte “En un muelle de Normandía” ha abierto la Quincena de Realizadores. En la cinta de Emmanuel Carrère se cuenta la historia real de la periodista Florence Aubenas que durante seis meses trabajó como limpiadora en un Ferry con el fin de conocer cómo era vivir en la precariedad de cara a un libro que estaba preparando. En este nuevo rol, experimenta la inestabilidad económica y la invisibilidad social de primera mano. Pero también descubre la ayuda mutua y la solidaridad gracias a los fuertes vínculos creados dentro de este grupo de trabajadoras invisibles. Juliette Binoche, alejada de todo glamour, se ha convertido en el principal aliciente de esta propuesta que habla de la soledad, la precariedad económica y la camaradería de los que se sienten desfavorecidos pero íntegros.
De la sección Cannes Première a destacar “Vaca” de Andrea Arnold, “Jane por Charlotte", un homenaje de Charlotte Gainsbourg a su madre Jane Birkin, el clásico drama romántico "Primavera en Beechwood" de Eva Husson que ha llevado a Cannes a Josh O’Connor causando sensación con sus trajes de Loewe, y “Val” documental sobre la vida cotidiana del actor Val Kilmer, con grabaciones nunca vistas que recorren 40 años de una carrera así como su declive y su viaje de autoconsciencia sobre ello.
Cerramos con la primera foto que dejó el certamen. El reconocimiento por toda su trayectoria a Jodie Foster recibido por parte de los directores Pedro Almodóvar y Bong Joon-ho.
Nacho Gonzalo