Cannes 2017: El amante doble de François Ozon, los Safdie sorprenden y Paulina García vuelve a enamorar

Querido Teo:

Novena jornada en la recta final del certamen que arroja un destacado nivel medio aunque sin películas que apasionen por su rotundidad o por la posibilidad de convertirse en fenómenos tras pasar por Cannes. Es el caso de lo nuevo de François Ozon, “L´amant double", y de los hermasos Safdie, “Good time”, que han refrescado en cierta manera una sección oficial que se está moviendo mucho en terrenos morbosos y opresivos.

Es sólo la tercera participación en sección oficial de uno de los eternos “enfant terrible” del cine francés desde hace dos décadas. Aun así, François Ozon todavía no ha recibido el respaldo de un certamen como el de Cannes; seguramente debido a una irregular carrera que, no obstante, no hace más que crecer desde que ganara la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con “En la casa”. Tras deleitarnos con la profunda y sensible melancolía y giros que contaba en esa historia de heridas de la guerra que era “Frantz”, ahora vuelve en "L´amant double" a terrenos sórdidos que le acercan a Alfred Hitchcock, Brian de Palma o Roman Polanski; por otro lado habituales referentes en su filmografía. Es la historia de una atractiva veintañera con dolores de estómago recurrentes que acude a un terapeuta del que se acabará enamorando introduciéndose en una espiral de deseo, dobles identidades, fantasmas del pasado y juegos de realidad y ficción que acabarán derivando en un triángulo amoroso como ya presume el título de la cinta. Una cinta que juega con el humor negro, una elipsis inicial (una vagina que pasa a ser el lagrimal de un ojo) que se mereció los aplausos del público por su riesgo y por su capacidad de erotizar, y una pulsión sexual a la que se prestan como animales Marine Vacth, a la que ya descubrió el director en “Joven y bonita”, y un sorprendente Jérémie Renier que es el que presenta un papel más arriesgado moviéndose entre el carisma, la atracción y la tortuosidad. Algunos la ven como un telefilm, pero nosotros aplaudimos el riesgo y la capacidad de entretener de un Ozon que se encuentra en uno de los momentos de su carrera más lúcidos y productivos sabiendo exactamente que quiere ofrecer en cada película. En todo caso, un “sexy thriller” europeo y de autor que cubre en cierta manera la huella que dejó el año pasado aquí “Elle” ante su debut mundial antes de convertirse en uno de los títulos de la temporada.

“Good time” es lo nuevo de los hermanos Safdie, en cierta forma renovadores de ciertos códigos del cine USA desde la vertiente más “indie” y rompedora. Tras guardar este proyecto en el cajón ya terminado desde hace un año, con el fin de poder llegar a la cita de Cannes 2017, los Safdie han presentado una cinta criminal de huida hacia adelante del protagonista y su hermano con esa estética de luces de neón y deambular urbanita y fantasmal heredero de los “Taxi driver”, “Collateral”, “Drive” o “Nightcrawler”. Lo más destacado es ese sentimiento de protección del protagonista que, ante la detención de su hermano por un atraco chapucero, inicia un recorrido por los bajos fondos de la ciudad con el fin de conseguir la fianza que le libere. La cinta se mueve en una estética rompedora pero justificada, aunque en verdad la trama termine descarrilando en algún momento. Aun así, posiblemente estemos ante una de las cintas que más utilicen Cannes como una lanzadera a nivel internacional para poner en el mapa el nombre de estos hermanos que crean un conjunto tan atractivo como psicotrópico gracias a fotografía, montaje y música. Eso sí, si por algo se va a recordar es por la brutal interpretación de Robert Pattinson ante su papel de confirmación tras relevarse como un actor a tener en cuenta en el cine de David Cronenberg. La cinta es suya dando vida a un bala perdida que es tanto un protector como un miserable estando respaldado en el reparto por Jennifer Jason Leigh, Barkhad Abdi y uno de los Safdie que interpreta al hermano con cierta discapacidad mental.

Una cierta mirada sigue descubriéndonos historias potentes a pesar de sus pocas ambiciones; aprovechándose además de grandes personajes femeninos. Se une a ellos la Teresa de Paulina García en “La novia del desierto”, cinta en la que la actriz chilena vuelve a llenar de humanidad, honestidad y cercanía la historia de una mujer que, por error, pierde el bolso en el camión de un comerciante ambulante en una noche de tormenta. El recorrido por el desierto de la mujer y de ese hombre, un tipo con un torrencial carisma con el rostro de Claudio Rissi, echando kilómetros en la carretera, sincerándose, conociendo a otros personajes tan solitarios como ellos, y volviendo a reconectarse a las ganas de vivir y de recuperar unas existencias de sacrificio hacia los demás (ella ha perdido el trabajo tras servir y cuidar a una familia durante 30 años), es el vehículo emocional de una cinta que se resuelve en 80 minutos con una apabullante sencillez y verdad. Un nuevo canto a la vida para personajes que se habían olvidado de experimentarla que hace que nos rindamos una vez más al talento de una actriz del que seguimos debiendo mucho a Sebastián Lelio por descubrírnoslo en “Gloria”.

Y se han mostrado los dos primeros capítulos del regreso de "Twin Peaks", recibiendo una de las grandes ovaciones del certamen para David Lynch por ese regreso a un universo icónico.

Nacho Gonzalo