Cannes 2016: Llegó "Julieta", el recital de Sonia Braga, abuso policial por Brillante Mendoza y la fresca "Captain Fantastic"

Querido Teo:

Hoy el día ha comenzado con sabor a Almodóvar y es que siempre es un acontecimiento cuando el director manchego llega a Cannes con película a concurso, no sólo por la relación de desencuentros con el palmarés en los años de “Todo sobre mi madre” y “Volver”, quedándose tan cerca de la Palma de Oro, sino sobre todo por la gran expectación y cálida acogida que tienen sus títulos en el Festival. Hoy desde las 8:30h dos salas proyectaban en pase de prensa "Julieta", dos meses después de llegar a España justo en la semana en la que también llegará a los cines franceses. No obstante, aunque la cinta haya sido bien recibida ha obtenidos bastante opiniones tibias para ponerse en la pomada hacia la Palma de Oro. También se le ponen las cosas complicadas a sus actrices tras el recital que hemos visto hoy de Sonia Braga en “Aquarius” de Kleber Mendonça Filho completando la sección oficial junto a “Ma´Rosa” de Brillante Mendoza. También hemos visto en la jornada dos cintas de Una cierta mirada (“Voir du pays” y "Captain Fantastic" ) que han redondeado una más que digna jornada.

“Aquarius” de Kleber Mendonça Filho llegaba con la credencial de ser una película de 2h y 20 minutos, algo que en estos momentos de festival ya comienza a ser una losa teniendo en cuenta la tralla que llevamos acumulada. Cuando llegamos al Gran Teatro Lumière para asistir a la proyección nos encontramos una concurrida alfombra roja con el equipo de la película enarbolando una serie de carteles lanzando un mensaje al mundo sobre la convulsa situación política en Brasil ante destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, calificado de Golpe de Estado. Finalmente, de manera improvisada o no, el acto preliminar se convirtió en un homenaje a toda una diva (recibida como tal) del cine brasileño y mito erótico hace tres décadas. Acompañada del director, Sonia Braga hizo el paseíllo en la entrada recibiendo el calor del público y los asistentes. En esos momentos ya conocíamos que los que habían podido ver la película concluían en el brutal trabajo de la actriz, pero sólo quedaba confirmarlo. Dicho y hecho. En su papel de Clara Sonia Braga logra, sin despeinarse, una de las mejores interpretaciones femeninas que este firmante considera haber visto. La película empieza reflejando la realidad de Brasil presentándonos a su personaje de joven en el cumpleaños de la tía Julia, para el caso una mujer tan fuerte, valiente, determinada y volcánica como en la que se convertirá su sobrina años después. Peso de la estirpe y la genética. Años después nos encontramos a una Clara sesentona, jubilada, viuda hace ya varios años atrás y con sus hijos criados y asentados, además de con las secuelas de un cáncer que hizo que le extirparan el pecho, presumiblemente, ya en su juventud como descubrimos en la escena inicial de la película. A pesar de ello no renunciará a su energía característica, ganas de vivir e inquietudes tanto culturales y musicales como relaciones personales, familiares e, incluso, sexuales en un momento de su vida en el que se le agolpan los recuerdos, no sólo los de su mente sino lo que le evocan objetos a su alrededor. Una mujer que a pesar del paso del tiempo y de parecer haber cumplido ya todo en su vida, ni por carácter ni por espíritu se resigna a ver la vida pasar, sobre todo cuando el piso en el que vive, perteneciente a un edificio llamado Aquarius situado en plena costa de la playa de Recife, es amenazado cuando un promotor se hace con todos los apartamentos menos el suyo. Esa lucha por defender lo que es suyo, y seguir siempre adelante sintiéndose viva bajo cualquier circunstancia brindan a Sonia Braga un papel que ella eleva a la máxima potencia en una interpretación que lo tiene todo y que brilla tanto en los momentos dramáticos como en los más ligeros y desenfadados que van de la mirada sincera, el sacrificio sin pedir nada a cambio, la lágrima amarga, la sonrisa contagiosa y la clase de una actriz que nos recuerda en físico a Geraldine Chaplin y a Audrey Hepburn en porte. Braga lo da todo y no se puede pedir más a una interpretación.

Un personaje que nos remite al de su compatriota Fernanda Montenegro en “Estación central de Brasil” así como a la chilena Paulina García de “Gloria”. La actriz nominada al Globo de Oro por “El beso de la mujer araña” consigue a los 65 años el que puede definirse el papel de su vida y seguramente la película tendrá un importante recorrido, no sólo por esta interpretación sino por el tono efectivo de la cinta que cuenta cosas muy importantes (tanto de la vida cotidiana como del abuso de las corporaciones sectoriales truncando los sueños y los recuerdos de toda una vida). No se nos ocurre otro escenario que no sea el que el próximo domingo Sonia Braga se alce de manera incontestable con el premio a mejor actriz. Al finalizar la proyección, 15 minutos de la ovación generalizada han ido para ella pudiendo decirse que, tanto por el calor del público como de las críticas, el premio ya lo ha conseguido pase lo que pase.

Brillante Mendoza vuelve a Cannes con “Ma´Rosa” justo un año después de que se llevara una mención especial del Jurado de Una cierta mirada por “Taklub”. En su nuevo trabajo nos lleva a una Filipina sucia, peligrosa y áspera en el que un matrimonio propietario de un pequeño comercio es detenido por revender pequeñas cantidades de droga. Son detenidos y desde su perspectiva veremos las putrefacciones y abusos de un sistema policial corrupto tanto de cara a ellos como a otros personajes que confluyen en esa comisaria. Una película correcta que vale más por la denuncia que por sus logros y que nos lleva a un país en el que esta reclusión de los padres de familia de una familia pobre provocará que los hijos tengan que llevar a cabo una serie de medidas, algunas más indecentes que otras, para que estos puedan ser liberados pagando la alta suma de fianza que se pide.

“Captain Fantastic” de Matt Ross ha sido la joyita indie que se esperaba en la sección de Una cierta mirada y procedente directamente desde Sundance donde obtuvo muy buenas críticas. La cinta ha cumplido esa relación que se le veía a priori con “Pequeña Miss Sunshine” manteniendo ese tono de road trip a pesar de que la película parte de un funeral al que tendrá que asistir a una familia numerosa que, queriendo alejarse de los vicios de la sociedad de consumo y capitalista, ha decidido disfrutar del modo de vida humanista y naturista en un bosque del interior de Estados Unidos y en una caravana sin necesidad de contacto con el mundo exterior ni para estudiar, comer, establecer vínculos afectivos o saber cuál es la última canción de moda. Un ecosistema basada en lecciones culturales, técnicas de protección personal o culto a Noam Chonsky impartido por un padre que los protege de la banalidad y de esa doble moral que coarta a una sociedad incapaz de hablar de sexo o de la muerte con total naturalidad. Una cinta refrescante que maneja muy bien el tono del cine “indie” USA y que se hace preguntas sobre la paternidad, la protección mal entendida, las rutinas de la sociedad, los peligros de quedar incomunicados no a nivel de conocimiento teórico pero sí de inteligencia emocional con el mundo o, sobre todo, la ruptura de prejuicios y dogmas y más cuando no es sólo la vida de una persona que está en juego. Unos personajes de gran conocimiento cultural e histórico pero sin ningún anclaje a la hora de comunicar con los demás. Una película muy disfrutable con un reparto bien conjuntado y entregado encabezado por un pletórico Viggo Mortensen en un guión tendente a la réplica logrando que, aunque navegue por algunos patrones establecidos como el inevitable enfrentamiento con la familia de la mujer del protagonista por ver cuál es el mejor futuro para los críos, no dé en ningún momento sensación de repetición con alguna otra película. El público lo ha agradecido con una cálida ovación y más de una risa y aplausos en determinadas secuencias de la película. Una cinta que puede funcionar muy bien ante el público.

También hemos visto en la misma sección “Voir du pays” de Delphine y Muriel Coulin sobre un grupo de militares que ha batallado en Afganistán y que tienen tres días de descanso mental en Chipre tras batallar en Afganistán, un lugar en el que en una situación aparente de calma y en contraste con los habitantes de aquel lugar no estarán exentos de amenazas y de una violencia latente con la que están acostumbrados ya a vivir en su vida ante la rutina del campo de batalla. La cinta se centra particularmente en dos mujeres del grupo lo que da mayor dimensión a la película en el hecho de verlas desenvolviéndose en un mundo de hombres sin renunciar a su feminidad. Interesante.

Nacho Gonzalo