Cannes 2016: Jeff Nichols lleva al cine la causa de los Loving y Olivier Assayas fracasa convirtiendo a Kristen Stewart en personal shopper
Querido Teo:
El cine USA está dominando esta parte del certamen aunque sufra el hándicap que siempre tiene que sufrir este cine en el panorama festivalero. Parece que el prejuicio al dominio de la industria americana impide que se pueda reconocer y premiar como se merece a una película usamericana sólo por el hecho de serlo, teniendo que superar críticas que muchas veces se quedan en la superficie y, por otro lado, el hecho de que tengan que ser doblemente buenas para convencer. Eso provoca que en los últimos años sólo se reconociera a una película USA con la Palma de Oro y esa no fue otra que “El árbol de la vida” en 2011. De todas maneras, y al margen de esta perolata, “Paterson” y “Loving” han dejado un sabor dulce dejando tanto a Jim Jarmusch como a Jeff Nichols en buena posición de cara al palmarés.
Tras la película sobre el #OscarSoWhite hay mucha curiosidad por ver cómo trata la Academia el año que viene películas como “The birth of a nation”, “Fences” o la que nos ocupa. “Loving” es lo nuevo de Jeff Nichols, uno de los directores más interesantes del panorama actual gracias a películas como “Take shelter” o “Mud”. En su nueva cinta no es tan rompedor como en aquellas, pero tampoco le hace falta, ya que va destinado a ir contando cada vez con más peso en la industria y “Loving” es un modelo de gran cine USA bien hecho y contado con la austeridad y sobriedad del mejor cine independiente nacido con sabor a America profunda. Una vez más, Nichols nos sumerge en un entorno rural para contarnos la historia real de Richard y Mildred Loving, un matrimonio interracial que se casó en Virginia en 1958 pero que, no obstante, en un país en el que en muchos Estados no se permitía este tipo de matrimonio sufrieron el arresto, el rechazo y el exilio peleando durante una década por sus derechos y por la posibilidad de volver a casa. Una de esas cintas, como la reciente “Selma”, que alza la voz ante la injusticia y enarbola la bandera del amor y el resto ante todo. El matrimonio Loving fue clave en la lucha por conseguir este derecho como lo fue la marcha de Alabama en 1968 encabezada por Martin Luther King, o la aprobación de la 13ª enmienda durante la presidencia de Lincoln. Hechos claves para el avance y progreso de la raza negra en un siglo (el XX) que, a pesar de todo, ha dado un paso de gigante en el avance de estos derechos. La cinta destaca por su sobriedad y luminosidad ante todo, ya que lo que destaca es la relación de devoción y sacrificio de una pareja que no duda en ponerlo en riesgo todo con tal de preservar su amor y también a su familia compuesta por tres hijos; solamente para conseguir el fin de vivir y ser tratado como cualquier familia de las que nos intentan vender desde Estados Unidos rodeadas ante el pavo en Acción de Gracias.
Nichols resuelve con elegancia, solidez, sobriedad y sutilidad la historia extrayendo de sus actores unas interpretaciones muy veristas y nada afectadas, primando antes la contención y unas miradas entre ellos que se dicen todo que cualquier “Oscar clip” que haga lucir la interpretación. No obstante, la película llega a grandes cotas actorales gracias a un Joel Edgerton, que borda su papel de hombre simiesco y de campo de pocas palabras pero grandes valores y empeño, y a la revelación que supone Ruth Negga en el papel de su mujer. El habitual Michael Shannon tiene un brevísimo papel como periodista de LIFE y a destacar también la música de David Wingo. Asistimos a su lucha durante toda la película y al final, como buena película basada en hechos reales, conoceremos de manera enciclopédica el destino que les deparó la vida a ambos personajes en su vida en común. La cinta, con aura de clásico moderno como prácticamente toda la filmografía de Nichols, y siempre sacando épica humanista de sus historias, ha sido recibida con aplausos y especialmente se han incrementado cuando han aparecido en pantalla los nombres de Jeff Nichols y Joel Edgerton, ambos cada vez más al alza en el panorama cinematográfico. De momento “Loving”, y al margen de cómo la trate el palmarés, por narración de gran relato americano, emoción contenida e interpretaciones acertadas tiene todas las papeletas para ser una de las cintas con posibilidades de estar presente de alguna manera u otra en la próxima carrera de premios, aunque es verdad que Nichols todavía parece estar a la espera de encontrar su gran título para que las puertas de la industria se le abran de par en par y, de momento, a pesar de que la historia nos ha convencido ante su calidad y corrección, no tenemos claro (al no ser que la efervescencia de la temática la impulse) que vaya a ser esta película.
También a concurso se ha visto “Personal shopper” de Olivier Assayas. El director francés compite por quinta vez para la Palma de Oro y no parece que esta vez vaya a ser la buena ya que la cinta, en su reencuentro con Kristen Stewart tras el éxito de “Viaje a Sils Maria”, que le valió un César a la actriz de “Crepúsculo”, ha sido un fiasco generalizado. La cinta es tan pija y pretenciosa como podría presumir su título y en ella Stewart interpreta a una estudiante que se hace personal shopper de una celebrity, lo que puede ser una oportunidad termina siendo una condena entre la realidad y la ficción, la obsesión y la locura en el que no se sabe realmente quién es la persona que está poniendo las cartas de la baraja, más cuando empieza a tener imágenes de todo tipo en su cabeza tanto con esa mujer como con su hermano gemelo fallecido por una enfermedad congénita del corazón recibiendo señales por parte de él desde el más allá lo que le hace creer que puede seguir el mismo camino. Assayas le brinda en esta ocasión a Stewart todo el protagonismo pero ella parece pérdida en todo momento ante las fallas del guión que la convierten en una parodia involuntaria de sobremesa que derrapa y se convierte en lo que sería una cinta mala y tramposa de Brian De Palma o Roman Polanski con mensajes de WhatsApp amenazantes y golpes efectistas. Los abucheos no han escatimado en que fuera el nombre de Assayas el que estuviera en juego y se mete en las cloacas de las preferencias de la sección oficial.
En Una cierta mirada se ha podido ver “Apprentice” de Boo Junfeng, una historia de dolor, trauma y venganza en un entorno presidiario. Todo se centra en un joven funcionario de prisiones que acaba ejerciendo de aprendiz del responsable de ejecutar a los condenados a muerte de la prisión de Malasia en la que trabaja. Mientras su hermana y él sufrieron la ausencia del padre, precisamente ejecutado por el tipo que se convertirá en el jefe e instructor del protagonista, éste vivirá una dualidad entre la fascinación por ese ritual de condena y muerte, de manera mecánica y sin ninguna diatriba moral, y el peso de lo sucedido a su padre. Una cinta dura, sobre todo por el punto de vista psicológico, y áspera de ver dejando siempre en el aire una interesante reflexión sobre la reprobación de los actos y en como el peso del pasado nos aleja de ellos o, aunque sea involuntariamente, nos termina irremediablemente atrayendo. Una cinta y correcta pero que se queda lejos de muchas de las películas que hemos visto tanto en ejecución como en resultado.
Y atención al reecuentro de Susan Sarandon y Geena Davis celebrando los 25 años de "Thelma & Louise" en una charla sobre el feminismo en el cine donde Sarandon no ha dudado en cargar tintas contra Woody Allen al acusarlo de haber abusado de su hija lo que para ella le desacredita en cualquier faceta.
Nacho Gonzalo