Cannes 2015: Ira adolescente para inaugurar y la deliciosa fábula grotesca de Matteo Garrone

Querido Teo:

Ya aterrizados en Cannes estamos listo para vivir la 68ª edición del Festival de Cannes. La organización ya se ha llevado las primeras críticas cuestionando unas acreditaciones divididas en colores que priorizan la entrada en la sala dejando a un gran grupo de corresponsales sin poder entrar tras la espera por interminables colas y con la tentación de tomarse el vermut o directamente irse a la placentera playa. Algo en lo que poco puede hacer un Jurado que se ha presentado hoy con los Coen al frente y que bastante tendrá para decidir qué película se lleva el gato al agua. Hemos abierto fuego con dos cintas, “La tête haute”, una propuesta inaugural realmente atípica para Cannes, y la primera presencia italiana, “Tale of tales” de Matteo Garrone, que se mete en el terreno de la fantasía de una manera especialmente grotesca pero muy satisfactoria.

Como decimos "La tête haute" es una inusual película para abrir un certamen con tanto lujo y glamour que ha estado acostumbrado a abrir en su jornada inaugural con un gran reclamo. Esta vez no ha sido así y le ha correspondido a un áspero drama social de Emmanuelle Bercot que lleva al máximo de la sordidez las habituales cintas de Ken Loach o los Dardenne. En este caso la cinta se centra en un adolescente llamado Malony, un asalvajado joven que no encuentra su lugar en el mundo tras el abandono por su madre en los servicios sociales y que se mueve entre detenciones, embistes, embustes y ramalazos de violencia extrema tanto a la hora de relacionarse con su familia, con sus tutores, las personas que le aparecen en el camino y un embrionario primer amor que es lo único que parece que puede purificarlo o expiarlo de alguna manera. La cinta trata un tema universal pero desde un aspecto cotidiano centrado en este chico que, sorprendentemente, a pesar de lo “mala hierba” que acaba siendo causando mucho daño a los demás provoca una gran condescendía en ellos defendiendo la reinserción siempre en todo momento. En la película encontramos a un joven protagonista Rod Paradot que está perfecto y convincente en el papel ante esos furibundos ataques de ira que se muestra incapaz de controlar secundado por la presencia de la veterana juez encarnada por Catherine Deneuve, su madre Sara Forestier (con unos dientes que pretenden ser definitorios de su condición social) y el confidente/tutor Benoît Magimel. Una película solvente, molesta de ver incluso en algunas escenas protagonizadas por los ataques del chico, pero que se antoja como una apuesta meramente correcta para lo que se podría esperar de toda una apertura de Cannes.

Llegamos la primera película en competición y el encargado de ostentar esa etiqueta es Matteo Garrone que es el primero de los italianos en presentar película este año. En "Tale of tales" sorprende sobremanera abandonando por completo el realismo social de “Gomorra” y abrazando de lleno la fantasía con la que experimentó en “Reality”, que queda como un híbrido de ambas. Como si fuera un mix entre “La princesa prometida”, el cine de Tarsem Singh, “Into the woods” y algunas propuestas más gores o sádicas que conectan incluso con Tarantino, presenta una intrigante fábula palaciega altamente entretenida dividida en tres historias, todas ellas marcadas por la insatisfacción del poder, el peso de la mujer y centrada en figuras monarcales. En la primera tenemos a una Salma Hayek que no puede tener descendencia y que, tras la aparición y consejo de una inquietante figura, envía a su conyuge a luchar contra una singular criatura marina. Por otro lado, encontramos las consecuencias que tiene la lascivia de un rey interpretado por Vincent Cassel en dos hermanas ancianas mugrientas y deseosas de poder y volver a sentirse jóvenes, y por último en la figura de un monarca encarnado con maestría por Toby Jones que reparte su interés entre la inusitada pasión por los bichos y por casar a su hija con la persona que resuelva una prueba olfativa, en principio, insalvable. Precisamente es esta historia, aunque en todas ellas queda enclavada esa premisa, el factor mitológico representado en el laberinto en el que Salma Hayek busca a su hijo albino, con referencias también al cuento de “El príncipe y el mendigo”, o el enfrentamiento de la hija del personaje de Toby Jones con un ogro. Una auténtica delicia que podría patinar por el riesgo que acomete pero con el que Garrone se nota que ha disfrutado dando una oxigenada vuelta de tuerca al género de los cuentos bañándolo de lirismo, sordidez, humor negro y con un empaque técnico que deja escenas tan potentes como la lucha marina, el manjar que acaba consumiendo Salma Hayek tras la misión resuelta por su marido, la huida de las montañas, la orgía en el carruaje o las escenas en el bosque, todo confluyendo en un clímax en el que como buena historia coral todas acaban confluyendo haciendo que el tirabuzón fílmico no se rompa. Sin duda, una de las apuestas más sugerentes que veremos durante todo el certamen y que bien se merecería alguna presencia en el palmarés, aunque sea muy temprano decirlo. Teniendo en cuenta que con “Gomorra” y “Reality” ya ganó el Gran Premio del Jurado, perfectamente podría volver a tener recompensa.

Por lo demás, nos hemos encontrado a una geisha que iba como un circo pero teniendo en cuenta la miopía con la que todos los orientales nos parecen iguales, no hemos podido distinguir a Gong Li que protagonizaba una sesión fotográfica. Cosas que se pierden con las prisas de Cannes y las interminables colas entre película y película.

Nacho Gonzalo