Cannes 2015: El top 10 de lo visto en el Festival

Querido Teo:

Tras las crónicas de lo visto en el Festival a lo largo de estas intensas casi dos semanas vamos a clasificarlas en un top 10. Podríamos hacer otro listado de decepciones y bodrios soporíferos pero aquí siempre hemos defendido lo que se merece destacar y tener notoriedad así que nos centraremos en lo mejor de lo mejor, la mayoría de ellas encuadradas en la sección oficial pero también por ahí alguna sorpresa que hemos encontrado en las secciones paralelas. Todo en una edición marcada por el resurgir del cine italiano, el fracaso del cine francés, el papel predominante de la mujer en la mayoría de las películas, en la internacionalización acometida por algunos directores europeos y en el necesario cobijo que nos ha dado el cine de animación.

1º "Inside out" de Pete Docter

Ha sido la película acontecimiento que todos esperábamos encontrar en el Festival. La vuelta de Pixar por todo lo alto con una cinta fresca, con personajes dinámicos y encantadores, un sólido y enérgico guión que combina aventura y emoción con unos golpes de humor en estado de gracia, y todo un disfrute en apenas hora y media. La cinta va a ser posiblemente una de las que tengan más largo recorrido de todas las que se han visto en este certamen, primero en éxito de crítica y público este verano y después dominando sin duda la próxima temporada de premios en el apartado animado y, quién sabe, si volviendo a aspirar una cinta de dibujos en la categoría reina. Pete Docter ha logrado no sólo que Pixar se quite los fantasmas del agotamiento de ideas y de la secuelitis sino también en demostrar modélicamente como llevar a buen puerto una idea tan genuina como arriesgada, como es hacer accesible para todos los públicos una cinta sobre las emociones humanas, desde su vertiente más psicológica, y en lograr algo que muchos dramas sociales intentan y no logran, un perfecto retrato de la escala de prioridades y la transición que lleva de la infancia a la pubertad. Obra maestra.

2º “Mia madre” de Nanni Moretti

Mucho miedo había con lo nuevo de Nanni Moretti pero “Mia madre” se coloca en lo más alto de una representación italiana que este año ha sido abundante y exitosa en la sección oficial. El ya ganador de la Palma de Oro por “La habitación del hijo” ha vuelto a lo que mejor sabe hacer, el drama familiar de verdad, desgarro y emoción a través de una portentosa Margherita Buy, una de las favoritas al premio a mejor actriz. Y es que, aunque algunos hayan señalado que esa es una tara de la película, desde aquí creemos que la grandeza de lo nuevo de Moretti es haber sabido combinar el dolor de la protagonista ante la enfermedad irreparable de su madre y el rodaje que acomete como directora de cine, un guiño metacinematográfico en el que el director se permite exorcizar los típicos problemas de los rodajes de cine, aquí representados en un magnífico John Turturro con una vis cómica impagable y que es de lo más destacado de esta edición. Tras unos años algo perdido, entre cintas sobre crisis políticas y papales, Moretti ha vuelto con uno de sus mejores trabajos.

3º “Shan he gu ren (Mountains may depart)” de Jiang Zhang-ke

Hay que reconocerlo. Salimos muy descolocados del pase de esta película que, además, no estuvo exento de algún problema técnico que hizo que tuviera que empezar de nuevo (algo que no agradeceremos lo suficiente) y es que la sensación de cinta deslavazada y terminada de montar a prisa nos dejó más que perplejos. Pero no, en su imperfección radica su grandeza. Y es que, como la vida, hay cosas que no pueden calcularse y que cuando surgen sobre la marcha son mejores, por la forma inesperada e imprevista en que nos llegan. Una perfecta radiografía de los cambios culturales, sociales, políticos y psicológicamente aperturistas de una nación como China movida entre la tradición más extrema y las ganas de abrazar los cantos de sirena del modelo de vida usamericano. Todo a través de tres actos que nos adentran en un padre, una madre y su hijo y en cómo viven este proceso entre la añoranza, la pérdida, la frustración, la incomunicación y la sensación de no estar en el sitio que les corresponden. La magia y vida que desprende, la tierna interpretación de Tao Zhao y el himno musical de la cinta a ritmo de Pet Shop Boys hacen el resto. Maravillosa.

4º “La giovinezza (Youth)” de Paolo Sorrentino

Paolo Sorrentino tenía difícil superar el listón de “La gran belleza”, su barroca y pluscuamperfecta película sobre el arribismo, la jet set y la insatisfacción vital dentro del entorno cosmopolita y atractivo de una gran ciudad, aunque viva su particular decadencia viviendo de las rentas del pasado. El enfrentamiento con ese mismo pasado es también a lo que se enfrentan los residentes de un hotel/balneario en la zona de los Alpes suizos en el que coinciden un director de orquesta que ha decidido poner fin a su creatividad ante un problema personal, su hija, que ejerce como su asistente, un director de cine que no se ha enterado todavía de que sus películas ya no interesan a nadie, un joven actor de método que prepara su siguiente papel y hasta los mismísimos Miss Universo y Maradona. Un sugerente microcosmos de personajes en una cinta que nos habla, de una manera mucho más accesible y humorística que en el oscarizado trabajo del italiano, en cómo para mirar hacia adelante tienes que poner en paz tu pasado y liberarte de él. A pesar de la división de opiniones, algo habitual en Sorrentino, la cinta es una de las imprescindibles de un Festival tanto por el poso melancólico (pero a la vez esperanzador que deja) apoyado en un reparto en el que sobresale un Michael Caine que superados los 80 demuestra que resuelve con total maestría sin aparente esfuerzo todo papel que se le presente.

5º “Tale of tales” de Matteo Garrone

Fue una de las primeras películas que vimos en esta edición y pasados los días ha terminado aguantando en el top 5. Tras su descarnada “Gomorra” y su singular “Reality”, Garrone se adentra en la fábula palaciega en un mix entre “La princesa prometida”, el cine de Tarsem Singh, “Into the woods” y algunas propuestas más gores o sádicas que conectan incluso con Tarantino, presentando una intrigante fábula palaciega altamente entretenida dividida en tres historias, todas ellas marcadas por la insatisfacción del poder, el peso de la mujer y centrada en figuras monarcales; que van desde una reina que no puede tener descendencia, la lascivia de un monarca que acaba condenando a un par de hermanas ancianas y un rey algo inmaduro fascinado por los bichos que intenta casar a su hija al mejor postor tras un curioso acertijo. Todo con un apartado técnico exquisito en un triple salto mortal argumental que podría haberlo convertido en una patochada. Garrone se reinventa, disfruta con ello y homenajea al exotismo de los cuentos de toda la vida, historias de príncipes, princesas y ogros pero con la transgresión y humor de los nuevos tiempos. Toda una gozada.

6º “The lobster” de Yorgos Lanthimos

Una subyugante historia de gran atmósfera y que presenta un mundo distópico, hedonista y estigmático en el que ser soltero merece ser erradicado sufriendo en un bosque la peor de las condenas teniendo que quedar transformado en un animal (a elección, eso sí, lo que provoca que el que protagonista elija una langosta sea bien visto ante el gran número de perros ya existentes). Y es que ya sorprende desde el primer momento en el que un barrigón y bigotudo Colin Farrell con pinta de oficinista gris contesta un cuestionario sobre su vida amorosa, lo que provoca que ante su ruptura sea internado en un hotel de solteros con cuenta atrás para terminar encontrando pareja mientras se producen descolocantes incursiones en el temido bosque así como actos violentos y restriegos en partes nobles. Es verdad que la primera mitad de la película es muy potente y realmente genuina, con una atmósfera que va desde lo enfermizo a lo orgiástico, clásica pero vanguardista, marcando su tono propio pero también recordando a secuencias y ambientes que bien podrían ser recreados por Paul Thomas Anderson o James Gray. Aunque la segunda parte ya genera más división de opiniones, “The lobster” tiene toda la personalidad del griego Lanthimos que salta a ligas mayores extrayendo lo de mejor de su reparto y contribuyendo a que entre ese hotel y ese bosque hayamos vivido una de las sensaciones más estimulantes de todo el festival.

7º “El principito” de Mark Osborne

El cuento más leído y que está entre los favoritos de muchos ha alumbrado en Cannes una versión cinematográfica que mantiene la fascinación que han sentido al leerlo millones de lectores. Es verdad que la cinta tarda un poco en situarse, y que algunos golpes pretendidamente divertidos no llegan a explotar pero, reconozcámoslo, la sensación que deja es más que satisfactoria y desde aquí alabamos el riesgo de un director que ha concebido la historia de una manera nada timorata, lo fácil hubiera sido adaptar el libro y punto, sino sabiendo que la trama es muy reconocible y que las ilustraciones originales que han sobrevivido a lo largo del tiempo provocan que tengamos una imagen muy iconográfica y reconocible del personaje, se ha creado una nueva historia (contemporánea y de gran calado) que sirve para vertebrar las evocaciones de la fábula de Exupéry. Un gran alarde técnico, musical y que sabe tocar la fibra en el punto exacto ayuda a que esta aventura, que perfectamente podría haber sido una adaptación fallida como la que sufren tantos libros, haya servido para revitalizarla y cobrar vida propia más allá de las páginas impresas. Todo un éxito y posiblemente una cinta que con el tiempo también será recordada dentro del género.

8º “Carol” de Todd Haynes

Era la película por la que muchos de los oscarólogos venían a este Cannes. El nuevo proyecto de Todd Haynes, adaptación de una novela de Patricia Higshmith y con dos estupendas actrices como Cate Blanchett y Rooney Mara en una historia de pasión lésbica, convertía a la cinta en una propuesta más que apetecible y a marcar en rojo. Así lo fue, a pesar de que durante el mismo festival se pasó como en una montaña rusa a encontrar críticas que hablaban de ella como decepción a otras, poco tiempo más tarde, que la encumbraban en el término de “masterpiece” incontestable. Para el que esto escribe una de las películas del festival pero también con una cierta decepción, ya que todo está tan calculado en la cinta que la pasión y la química de ambas no se percibe, generando una frialdad que no favorece en nada a una propuesta de gran atmósfera y que trata temas ya tratados en el cine de Haynes sobre ese modo de vida de la sociedad USA de los 50 marcado en el clasismo y la apariencia. Incluso Blanchett y Mara, estando bien, no ofrecen un registro especialmente llamativo que nos haga concluir que en “Carol” llevan a cabo una de las interpretaciones de su vida. Casi ha sido un complemento al final de temporada de “Mad Men” y, aunque hablaremos mucho de ella en la carrera de premios, tengo serias dudas de que acabe llegando muy lejos más allá de las 4-5 categorías más obvias de actrices y apartados técnicos.

9º “Taklub” de Brillante Mendoza

Brillante Mendoza se ha convertido en uno de los habituales del panorama festivalero y, aunque esta vez no ha competido en la sección oficial, perfectamente lo hubiera merecido por su conmovedora “Taklub”. La historia de los personajes de un pueblo filipino que subsisten como pueden mientras las piedras en el camino (también climatológicas y divinas) les impide salir del umbral de la miseria y la frustración de la llegada de lo imprevisible. Con gran humanidad y bordeando el docudrama, Mendoza va alternando las historias de tres o cuatro personajes que confluyen ante el desastre de un poderoso tifón apocalíptico. Aun así, siempre sorprende la entereza y resignación de una gente condenada a vivir con lo que tiene y sin quejarse de ello. Una colleja para el mundo occidental preocupado por nimiedades y una película que termina siendo un torrente emocional que va de menos a más. Toda una sorpresa.

10º “Amy” de Asif Kapadia

El género documental ha estado representado por “Amy”, un proyecto sustentado en un potente material de archivo familiar que contribuye a que, a pesar de que lo sepamos todo sobre la desaparecida estrella, al estar su trayectoria y excesos todavía muy cercana en el tiempo, ayuda a comprender las causas, sus inseguridades y el que fuera un imán para los hombres destructivos y también una piedra preciada para un padre y una industria del espectáculo que sacó de ella hasta la última gota, tanto de talento como de droga consumida. Con la objetividad y el ritmo que caracteriza al director de “Senna”, “Amy” es imprescindible para los fans de la artista y para los que no lo son tanto también una apuesta interesante sobre los claroscuros y amarguras del éxito para los artistas de alma sensible que nos caen del cielo y que ni el mundo ni ellos se acaban entendiendo.

Nacho Gonzalo