Cannes 2013: Farhadi vuelve a indagar en los conflictos familiares y las desigualdades económicas en China
Querido Teo:
El Festival de Cannes encara el fin de semana y lo hace con el buen sabor de boca que ha dejado "El pasado", lo nuevo de Asghar Farhadi tras ya ganar el Oso de Oro a la mejor película en Berlín y el Oscar con su anterior trabajo, “Nader y Simin, una separación”. Por eso había mucha expectación por ver como se movía el director iraní en una película rodada en Francia con actores como Bérénice Bejo (sustituyendo a la inicialmente prevista Marion Cotillard), Ali Mossafa y Tahar Rahim, el chico de “Un profeta”.
Con la sombra del divorcio nuevamente sobrevolando la historia de su película, Farhadi presenta un sólido y potente drama que, para la mayoría de las críticas, es un gran trabajo que, quedando un escalón por debajo de su oscarizada cinta, por lo menos sí que demuestra que el talento de Farhadi no se circunscribe a un par de títulos sino que es uno de los realizadores más interesantes de la cinematografía mundial sobre todo a la hora de retratar núcleos familiares en crisis. En este caso, nuevamente, un gran arranque que termina derivando en demasiados vericuetos que la enrevesan y que, para algunos, le impiden alcanzar ese gran rematado final que tenía la historia de Nader y Simin. Una mujer ha rehecho su vida en Francia y vive con su pareja y sus dos hijos. Al país llega desde Irán su marido dispuesto a firmar los papeles del divorcio. Se ha vuelto a alabar del director su buen tino a la hora de retratar emociones tan humanas, a través de miradas, silencios y secretos del pasado que vuelven a llamar a la puerta. Todo sin abandonar ese tono de intriga que hizo que algunos le compararan con Hitchcock, sobre todo en el caso de “A propósito de Elly”. El ambientar prácticamente toda la película en una casa modesta pero representativa, cercana a una estación, le da ese aire de fragilidad y de inestabilidad ante la presencia exterior, en este caso la del marido que no puede evitar el choque. Bejo, que se luce en una vertiente dramática alejada de su pizpireto papel en “The artist” podría tener presencia en el palmarés, al igual que la película.
“Tian zhu ding (A touch of sin)” de Jia Zhangke es una de las propuestas orientales de esta edición, en este caso retratando, a través de cuatro personajes, la situación económica de China y las desigualdades imperantes. Una cinta que retrata personajes normales y cotidianos desbordados por las circunstancias y que reaccionan, incluso, de manera violenta, ante las paupérrimas condiciones en las que subsisten. Intensa y sin renunciar a mostrar sin cortapisas el fruto de la desesperación, la película no ha sido mal recibida.
El detalle curioso es el robo en un hotel de joyas valoradas en un millón de euros y cedidas por la joyería Choppard para que los lucieran las actrices que desfilen por la alfombra roja. A las chicas de "The bling ring"… ¡qué las registren! Y también disparos durante la emisión de un programa televisivo desde Cannes que terminó siendo fruto de una pistola de un fogueo que disparó un "iluminado" cerca del plató y que fue detenido inmediatamente obligando a desalojar a los asistentes al programa estableciendo un perímetro de seguridad.
Nacho Gonzalo