Berlín 2016: La comuna de Thomas Vinterberg, virus informático belicoso y ocho horas de rebelión filipina

Querido Teo:

Thomas Vinterberg será siempre uno de los padres fundacionales del movimiento Dogma, del cual ya poco queda teniendo en cuenta que tanto él como Lars Von Trier han intentado apostar por un cine más ambicioso y accesible ya que no sólo se rarezas y originalidades se vive y se come. En “La comuna” se basa en una experiencia autobiográfica ambientándose en los años 70 cuando un matrimonio hastiado invita a una serie de amigos a ocupar una amplia casa heredada. La idílica y comunitaria situación pasará a ser algo mucho menos bonito y fraternal de lo que pareciera. Comparada con “Celebración”, la cinta mantiene a los actores de aquella cinta (Trine Dyrholm y Ulrich Thomsen) siendo además uno de los aspectos más destacados del film.

Por otro lado, el prolífico documentalista Alex Gibney (ganador del Oscar por “Taxi al lado oscuro” en 2008 y nominado dos años antes por “Enron: Los tipos que estafaron a América”) se centra en “Zero days” en el poder y los peligros de la liberalidad de los sistemas red, utilizados como un nuevo poder para desequilibrar en esta guerra latente y perpetua que vivimos entre el miedo, el fanatismo y la incertidumbre. En este caso como arma de poder con el virus Stuxnet creado por Estados Unidos. A pesar de su interés se le ha acusado de demasiado denso y lleno de datos que alteran el buen ritmo cinematográfico.

Y por otro lado la anécdota de “A lullaby to the sorrowful mistery” de Lav Díaz, una cinta que rompe todos los registros festivaleros con un metraje de 485 minutos (ocho horas y un descanso de una hora). La cinta se centra en la búsqueda del cuerpo de Andres Bonifacio, baluarte de las revueltas sobre el colonialismo español en la zona.

Nacho Gonzalo