"Beginning"
La web oficial.
El argumento: En un tranquilo pueblo de provincias, una comunidad de Testigos de Jehová es atacada por un grupo extremista. En pleno conflicto, el mundo de Yana, la esposa del líder de la comunidad, se desmorona lentamente. La insatisfacción interior de Yana crece mientras lucha por encontrar sentido a sus deseos.
Conviene ver: “Beginning” es uno de los títulos de la temporada, no sólo por su rotundo éxito en el Festival de San Sebastián, sino por ser una de esas cintas que interpela al espectador y le obliga a posicionarse en un bando a otro. Con una carrera promocional sustentada en las hirientes opiniones que recibió en España por el crítico más mediático, se sabe que es una película difícil, esquiva, áspera y se juega con esa faceta ya que estamos ante una apuesta de autor que busca la conexión con un espectador muy de nicho abandonando cualquier tipo de complacencia con el público. En todo caso lo que sí que estamos es ante el nacimiento de una directora con voz propia, Dea Kulumbegashvili, que nunca olvidará el trampolín para su carrera que ha sido el triunfo incontestable en el certamen donostiarra. Una ópera prima que, a pesar de ello, navega con brío por lo que quiere contar con una solidez y un dominio de la cámara que sigue un estilo nórdico y existencialista con suma madurez. Una cinta ambigua que transita por el papel de una mujer y su relación con la fe y sus creencias en un entorno machista y retrógrado en el que incluso la desesperación y la vejación en forma de abuso físico intenta ser presentado con simbolismo esteta. Una crisis existencial en el que el espectador asiste a su aletargada rutina y a su sentimiento de culpa por no ser feliz con lo que tiene. Entre la elegancia formal y lo controvertido de algunas de sus escenas, la película es lenta y juega con claroscuros, planos turbadores y un mensaje sobre las miserias humanas que golpea y hiere nuestra sensibilidad. Lo mejor es ese retrato de una mujer atrapada por el convencionalismo, la tradición y la asfixia del fanatismo religioso sobre una atmósfera malsana que se traslada al espectador sufriendo ese hedor moral. Una experiencia turbadora y tediosa sobre la rabia de una mujer alineada y cuya identidad es prisionera de una sociedad patriarcal. Es en un plano de seis minutos tumbada en las hojas y con los ojos cerrados cuando algo se acciona y la violencia irrumpe frente a lo establecido. Tiene cosas interesantes y valiosas, con una dirección impecable y rotunda que transmite e impacta, pero se regodea en lo más criticado del cine de autor con su minimalismo pictórico y sensorial que abandona cualquier intención narrativa y explayándose en silencios, fueras de campo y planos eternos. Aun así supone toda una experiencia para bien o para mal y es interesante verla aunque sólo sea para tomar partido y ver uno de los títulos destacados de la temporada, por todo lo que tiene de polémico y discutible entre una postura y otra y por el surgimiento de una directora que seguirá dando que hablar.
Conviene saber: Triunfadora en el Festival de San Sebastián 2020 con la Concha de Oro a la mejor película y los premios a mejor dirección (Dea Kulumbegashvili), actriz (Ia Sukhitashvili) y guión. Es la representante de Georgia para el Oscar 2021 a la mejor película internacional.
La crítica le da un CINCO