"Batman v Superman: El amanecer de la justicia"

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El argumento: Ante el temor de las acciones que pueda llevar a cabo Superman, el vigilante de Gotham City aparece para poner a raya al superhéroe de Metrópolis, mientras que la opinión pública debate cuál es realmente el héroe que necesitan. El hombre de acero y Batman se sumergen en una contienda territorial, pero las cosas se complican cuando una nueva y peligrosa amenaza surge rápidamente, poniendo en jaque la existencia de la humanidad.

Conviene ver: “Batman v Superman: El amanecer de la justicia” es una película que nace de las expectativas y también de una división polarizada que marcará su recorrido, algo que ya se produjo desde el mismo momento en que se anunció que Ben Affleck sería el nuevo Batman. Lo que nació como una secuela de la decepcionante "El hombre de acero" ha pasado a ser un nuevo punto de inflexión en la trayectoria cinematográfica de Batman ya que es el personaje con mayor desarrollo narrativo e interés. Ben Affleck se adapta bien a ese Bruce Wayne cuarentón, descuidado y de vuelta de todo mientras que Henry Cavill demuestra que tiene mucho tono físico pero el mismo registro actoral y carisma que una ameba. Gal Gadot ya empieza a mostrar el juego que puede dar su personaje en futuras películas (aunque lo suyo no deje de ser otra película) mientras que Jesse Einseberg no puede hacerse con el villano de Lex Luthor y queda sencillamente ridículo como friki megalómano demostrando que este es su único registro dramático y protagonizando una escena eliminada. Los demás son meros pegotes; especialmente personajes como el de Amy Adams, aunque Diane Lane y, sobre todo,  Holly Hunter puedan lucirse algo más al igual que Jeremy Irons como nuevo Alfred. La película es densa, poco sorprendente, larga y pomposa, airadamente pretenciosa en su existencialismo sobre la sociedad paranoica en la que vivimos, sin ninguna concesión a la ligereza o al chascarrillo que combina mejor Marvel. Una película que se mueve entre el punto lúgubre y filosófico marca Nolan y el espectáculo que manda el género. Eso sí, donde mejor funciona es en el inicio de la destrucción de Metrópolis así como en la parte política y judicial en la que se ve la mano del guionista Chris Terrio con un Batman y una sociedad que pone en entredicho a Superman (de ahí la "v" acusadora del título). El problema es que la película se hace larga e innecesaria al no tener un conflicto que justifique esa duración. Vacía y poco consistente es mejor que el último Superman pero es una triste sombra de “El caballero oscuro” con un Zack Snyder que se queda en la superficie (lo mismo que le pasaba con “Watchmen” en el que su pasión y devoción por el cómic no le hacía llegar a buen puerto) y en el ruido que genera un ejercicio apabullante de ver (aunque técnicamente la trilogía de Nolan tenía más empaque) pero que deja dudas sobre si es el momento de que ambos personajes, y de paso también este tipo de películas, se tomen un descanso. Quiere ser demasiadas cosas y le puede el exceso y la confusión intentando ser una secuela de Superman, un reboot de Batman y la creación de un nuevo universo cinematográfico.

Conviene saber: Ben Affleck inicia aquí su recorrido como Batman siendo el quinto actor que lo interpreta en cine tras Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney y Christian Bale.

La crítica le da un CINCO