“Asia” y “La decisión”, dos películas sobre el derecho a la muerte digna
Querido Teo:
A la espera de ser ratificado por el Senado, el pasado 17 de Diciembre el Congreso de España aprobó la proposición de Ley Orgánica para regular la eutanasia convirtiéndose en el sexto país del mundo en contemplar el llamado derecho a la muerte digna junto a Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia. El cine, como fiel reflejo de la vida, ha mostrado también este debate que siempre encuentra encendidas divergencias éticas suponiendo dos referencias evidentes la de "Million dollar baby" y "Mar adentro", ambas de 2004. La casualidad ha hecho que hayan llegado directamente a Movistar+ dos películas que tratan este tema.
“Asia” es la candidata de Israel para los Oscar 2021 y en ella se nos presenta a la protagonista que da nombre al título de la película. Una enfermera de 35 años que tiene una hija adolescente y que, entre ellas, conviven más como amigas despreocupadas que como madre e hija, primero por la poca diferencia de edad y segundo por la falta de responsabilidades que quiere asumir tanto la una como la otra. Las dos tienen sus escapadas por la noche, y sus líos amorosos, pero para Asia el haber sido madre adolescente le ha hecho marcar siempre las distancias con su hija. Dos personas que se quieren pero con una grieta en su relación. Asia sigue saliendo por la noche, y teniendo una relación puramente sexual con un médico del hospital, mientras su hija, Vika, está en edad de quedar con las amigas en las pistas de skate, tener atracción por los chicos y excederse con el alcohol a pesar de que no lo tolera bien.
Todo cambiará cuando a Vika le diagnostiquen ELA y sea la enfermedad la que provoque que madre e hija se sientan más cerca que nunca y definan de nuevo su orden de prioridades. Ruthy Pribar dirige y escribe una cinta que es su ópera prima sorprendiendo tanto por su claridad de ideas como por narrar sin efectismos esta relación, respirando verdad y, sobre todo, llevándonos con intimismo y poco sentimentalismo a los miedos, dudas y momentos de desesperación que, aun así, se bañan de la complicidad entre ambas y del hecho de querer aprovechar la vida hasta su última gota y antes de que hasta respirar duela.
Una apuesta sobria, de pequeños detalles y miradas en la que no hay reproches sino el reflejo de dos luchadoras que han aprendido a jugar siempre con las cartas que les ha tocado en suerte, sin lamentarse por ello por muy mal que vengan las cosas. Alena Yiv y Shira Haas, la revelación de la serie “Unorthodox”, se aprovechan de su sorprendente parecido para llenar de autenticidad y alma a esta película sencilla y auténtica.
En el Festival de San Sebastián 2019 pudo verse "La decisión", cinta que inauguró el certamen siendo el remake de la película danesa que ya se proyectó en 2014, "Corazón silencioso", y que incluso se llevó el premio a la mejor actriz para Paprika Steen. Roger Michell se encarga del remake anglosajón que no sorprende argumentalmente pero que está rodado con la misma sobriedad, humor negro y frescura a la hora de centrarse en el núcleo familiar y en la mezcla de desconcierto, comprensión y sacrificio con el que el marido, las hijas y las parejas de éstas asisten a la decisión de la madre, que sufre una esclerosis múltiple degenerativa, de poner fin a su vida cuando pase el fin de semana en el que les ha reunido por última vez.
Sutilidad y buen trazo a la hora de definir a unos personajes que no salen durante la película de esa casa en la que, en cierta manera, se pondrán en paz con ellos mismos, con la vida y se conocerán como nunca lo habían hecho anteriormente entre las manías perfeccionistas, las dudas frutos de la fragilidad emocional o la insistencia cansina para intentar llamar la atención y hacerse de querer unos y otros. La clave para levantar esta historia es contar con un gran reparto en el que destaca especialmente una Susan Sarandon que se pone como coraza la satisfacción de la libertad de decidir cuando su cuerpo ya no da más de sí a la hora de vivir como ella quiere y el poder darse el gusto contar con la presencia de todos sus seres queridos una última vez, cuando ella todavía es consciente de ello y puede disfrutarlos con todas sus fuerzas.
Kate Winslet, Mia Wasikowska, Sam Neill, Rainn Wilson y Lindsay Duncan redondean una propuesta que, se haya visto o no el original, merece ser valorada por ella misma manteniendo los mismos atributos positivos que nos gustaron de aquella aunque, a pesar del reparto, no ha sido suficiente para pasar por salas como sí ocurrió con la danesa. Quizás ese sea su principal hándicap y es que el hecho de contar con un reparto plagado de estrellas quita algo de impacto emocional a una historia teniendo en cuenta que es un guión que busca el lucimiento de todos ellos, entre sus cuitas y frustraciones personales, en vez de adentrarse más en el debate familiar y las consecuencias de esa decisión. Una propuesta que es más complaciente, plana y evidente en el conflicto que su referente pero que también mantiene el equilibrio entre el drama y los momentos de humor negro arrojando, a pesar de todo, cierto mensaje esperanzador sobre ser capaz de que la lucidez de uno le pueda hacer consciente hasta el último momento de lo que es mejor para él y evitar ser un lastre para los suyos.
Nacho Gonzalo