“Apolo 13”, la épica y emoción del mejor cine usamericano
Querido Teo:
Se cumplen 25 años del estreno de “Apolo 13”, una de las películas que puso en boga el cine en el espacio, ese lugar tan desconocido como apasionante, y que ha tenido posteriormente cintas palomiteras y emocionales como "Armageddon", sátiras geriátricas y entrañables como "Space cowboys", historias sobre la soledad del hombre frente a la inmensidad en "Moon", "Gravity" o "Marte", y apuestas reflexivas con subtextos freudianos como "High life" o "Ad Astra". “Apolo 13” fue la demostración del mejor Hollywood en una cinta de Ron Howard que consolidó a Tom Hanks como el actor del momento, acababa de ganar sus 2 Oscar como protagonista, y que rendía tributo a una de las misiones espaciales más trascendentales de la Historia.
James Lovell, Jack Swigert y Fred Haise son los seleccionados por la NASA para acudir a la siguiente misión lunar estadounidense, Apolo 13. Cuando una explosión inesperada afecta al diminuto vehículo espacial a miles de millas de la Tierra, el mundo entero estará pendiente de los tres astronautas y de su lucha para regresar a la Tierra. La historia se cuenta desde el punto de vista de James A. Lovell, relatando los esfuerzos de él y de los otros dos astronautas perdidos en el espacio, mientras cientos de personas en la NASA (especialmente el jefe de misión, Gene Kranz) y en el gobierno se mueven a contrarreloj para intentar que los tres astronautas consigan llegar sanos a la Tierra.
En 1994 el astronauta James Lovell y el periodista Jeffrey Kluger narraban la fallida misión de 1970 del Apolo XIII en un libro y, antes de terminar el mismo, ya habían vendido los derechos de adaptación al cine. John Travolta fue el primero al que se le propuso interpretar al astronauta protagonista, pero lo rechazó. Tom Hanks empezó a interesarse por la historia y, teniendo en cuenta que Howard fue el director que le dio su primer papel importante, el papel fue suyo.
Ron Howard decidió no utilizar ningún tipo de grabaciones de archivo, que todo el contenido fuera original, construyendo convincentes réplicas así como restaurando el módulo de pilotaje del Apolo 13, aunque modificado para que las distintas partes que lo componen fueran móviles y resultara más fácil situar la cámara. Howard se anticipó al problema que sería rodar la ingravidez de forma convincente y consultó a Spielberg cual podría ser el mejor método. Éste sugirió el uso de un avión Boeing KC-135 que es el mismo que utiliza la NASA para entrenar a sus futuros astronautas y que permite crear unos segundos de ingravidez. Hanks explicaría que esta idea convirtió un penoso rodaje por culpa de los incómodos arneses para estas tomas en una experiencia magnífica.
Kevin Bacon y Bill Paxton fueron los otros actores elegidos para interpretar a los astronautas de la misión y, junto al protagonista de “Forrest Gump”, se formaron en el campamento de entrenamiento de Alabama donde se preparan los astronautas siguiendo las instrucciones de Lovell y de David Scott, comandante del Apolo 15. Siguieron la misma formación física que los astronautas reales e incluso aprendieron la utilidad de los cerca de 500 botones, palancas y otros dispositivos utilizados para manejar una nave. Después se trasladaron al Centro Espacial Lyndon B. Johnson en Houston donde continuaron con su entrenamiento incluyendo vuelos probando la ingravidez en los KC-135.
Dado que la ingravidez duraba unos 25 segundos debieron realizarse 612 tomas para crear las casi 4 horas de metraje. Mientras tanto, Ed Harris y los demás actores encargados de retratar los controles de vuelo se apuntaron a una escuela de control de vuelo dirigida por Gerry Griffin, uno de los directores de vuelo del Apolo 13. También estudiaron un buen número de cintas con grabaciones y transcripciones de la NASA narrando lo sucedido.
Apolo 13 fue la séptima misión tripulada del programa Apolo de la NASA y la tercera destinada a aterrizar en la Luna. La nave despegó desde el Centro espacial John F. Kennedy el 11 de Abril de 1970, pero tuvo que abortarse el alunizaje debido a un incendio en un tanque de oxígeno del módulo de servicio tras dos días de misión. En lugar de alunizar la tripulación dio la vuelta a la Luna y regresó a salvo a la Tierra el 17 de Abril. El comandante de la misión fue Jim Lovell, con Jack Swigert como piloto del módulo de mando y Fred Haise como piloto del módulo lunar. Swigert había sustituido a última hora a Ken Mattingly, que quedó en tierra como consecuencia de haber estado expuesto a la rubeola. Lowell, el personaje que interpreta Hanks, es el único astronauta que, a pesar de viajar dos veces a la luna, nunca logró pisar su superficie.
Casi 56 horas después del lanzamiento, cuando la nave se encontraba a unos 330.000 kilómetros de la Tierra, los tripulantes del Apolo 13 escucharon un potente estruendo. Durante un encendido rutinario del sistema de removido del oxígeno líquido de uno de los tanques, la ignición accidental del aislamiento de un cable deteriorado en el interior del tanque provocó un cortocircuito que causó una explosión que hizo salir su contenido al vacío. Sin oxígeno, necesario tanto para respirar como para generar energía eléctrica, los sistemas de propulsión y de soporte vital del módulo de servicio quedaron inoperativos. Se desconectaron los sistemas del módulo de mando para preservar los recursos restantes para el reingreso, obligando a la tripulación a trasladarse al módulo lunar para poder mantenerse en esa situación.
Cancelado el alunizaje, los controladores de la misión se dedicaron a ayudar a la tripulación a volver a casa con vida. El fracaso no era una opción teniendo en cuenta los fantasmas de la misión del Apolo 1 en la que tres astronautas murieron asfixiados durante una prueba en Tierra. Aunque el módulo lunar estaba diseñado para mantener a dos hombres en la superficie lunar durante dos días, el centro de control de misión en Houston improvisó unos procedimientos para que tres hombres pudieran subsistir más tiempo. La tripulación sufrió numerosas dificultades a causa de la falta de energía, una cabina fría y húmeda y la escasez de agua potable. Decenas de millones de americanos estuvieron en vilo y vieron por televisión el aterrizaje de la nave en el océano Pacífico.
La inmortal frase de “Houston, tenemos un problema” sólo es una muestra del afinado trabajo en equipo y de ingeniería con mucha sangre fría que definió a esta misión para muchos como un “fracaso glorioso”. El final feliz no impidió que Jerry Woodfill, ingeniero de los sistemas de alerta del Apolo 13, y el resto de los especialistas se pusieran manos a la obra para corregir las deficiencias que casi habían acabado en tragedia. Entre otros muchos cambios, se actualizaron los termostatos, se retiraron los ventiladores y se añadió un tercer tanque de oxígeno. Cuatro misiones más volaron con éxito a la Luna en los años siguientes y es que todas las misiones del plan Apolo se beneficiaron de lo que había ocurrido en el Apolo 13 con el fin de evitar que algo parecido pudiera volver a suceder.
“Apolo 13” se convirtió en uno de los grandes éxitos de 1995 y llegó a los Oscar con 9 nominaciones, entre ellas la de mejor película, aunque siempre ha sorprendido que Ron Howard no lograra estar entre los cinco candidatos a mejor director. No fue la mejor señal para una película que es, hasta el momento, la única película que ha perdido el Oscar a pesar de haber ganado en el Gremio de Productores, Directores y Actores. Se hizo con los premios de mejor montaje y sonido y la taquilla sí que estuvo de su lado con 353 millones de dólares en todo el mundo convirtiéndose la segunda película más taquillera de 1995 en Estados Unidos sólo por detrás de “Batman forever”. A día de hoy es una perfecta combinación de épica, emoción y logro histórico que demuestra el músculo del que es capaz sacar el mejor cine de Hollywood a la hora de homenajear a sus héroes.
Nacho Gonzalo