"2001: Una odisea del espacio", puro Kubrick
Querido diario:
Arthur C. Clarke siguió adelante con la historia desde su casa en Sry Lanka, y el cine lo intentó seguir, pero falló. "2001" ha quedado como la peli de SF de su generación.
Una de esas que se estrenó y no gustó a los críticos ni al público habitual, hasta que empezó a verse de otra manera y ¡zas!, obra maestra…. ¿O no?
Con cada una de las películas de Stanley Kubrick se han formado dos bandos, y nadie, en ninguno de los dos bandos, nunca ha podido llegar a imaginar lo que veía el otro. Mucha gente se indignó (y así sigue) con "2001" y lo que consideraron ofuscaciones de la época hippie.
Stanley tampoco es que ayudara mucho. El caso es que nunca hablaba de sus películas mientras las hacía, y cuando las había acabado tampoco hablaba mucho, ni siquiera a sus amigos, como no fuera para mencionar la recaudación. Más que nada, no quería hablar del "significado", porque creía que hablar de él sólo podía echarlo a perder. Podía decirte cómo lo hizo, pero nunca por qué.
Por eso nunca habló de la imagen espiritual más inspirada de toda la historia del cine, el niño-feto de "2001", que contempla las galaxias intemporales de la existencia, disponiéndose a volver a nacer. Cuando alguien le preguntó cómo se le ocurrió el final de 2001. "No lo sé", contestó. " ¿Cómo se le ocurren a la gente las cosas?"
Aquí puedes escuchar sobre la peli...