50 películas que hay que ver antes de morir: "Gangs of New York" (2002), un origen violento
Querido diario:
Martin Scorsese llevaba esta historia dentro desde que devoró en un solo día el libro escrito en los años veinte por Herbert Asbury, y en el que ya se había inspirado una película en los años 30. Scorsese leyó “Gansters de Nueva York” en 1970 y, tres años después, con “Malas calles” se identificaba por primera vez con Nueva York, sus rincones y lugares, personajes solitarios, excéntricos y luchadores, entre los que estalla en cualquier momento la violencia implacable y catártica. "Gangs of New York" le había convertido en uno más de los neoyorquinos que rinden culto al libro y a la época de formación de su ciudad, una versión usamericana de las leyendas épicas euroasiáticas.
En 1977 el director incluso la anunció como su próxima película, interpretada por miembros del grupo The Clash. Scorsese quería recrear y recordar a sus compatriotas que los orígenes de la capital financiera del país no habían sido menos violentos e injustos que los del Oeste, y entre las cintas que le inspirarían estaba "Winchester 73” de Anthony Mann, y "Érase una vez en América” de Sergio Leone. Pero en los setenta no lo logró y cada vez que sacaba el proyecto del cajón no podía superar los dos problemas principales: el dinero y el protagonista.
Bill El Carnicero era un personaje “histórico”, pero para el personaje de Ámsterdam la inspiración salió de una frase de una canción de Bruce Springsteen sobre esperar "a un Salvador que surgirá de entre estas calles", y tenía que ser un héroe popular joven, no aparentar más de veintiún años. No se encontraba a nadie de esa edad en quien confiaran los Estudios para atraer los espectadores que compensaran un proyecto de cien millones de dólares… pero a principios del siglo todo el mundo quería trabajar con DiCaprio. Le había llegado su momento épico a la capital del capitalismo moderno, por lo general sólo protagonista como escenario para comedias románticas y objetivo a destruir en cine fantástico.
El rodaje de las escenas principales comenzó a principios del otoño del 2000, con Harvey Weinstein de productor y alucinando durante dieciséis semanas viendo la meticulosidad de “su” director. Scorsese trabajaba a paso de tortuga, filmando menos de una página al día porque sólo la iluminación era un trabajo ímprobo ya que las fuentes de luz de la película se inspiraban en Rembrandt y significaba fuentes muy indirectas como una vela, una antorcha, o la luz reflejada de los incendios. Discutieron por el pelo y la prótesis en la cara de Day-Lewis. Su aspecto impedía una campaña de marketing con los protagonistas guapos porque Daniel no estaba sexy y DiCaprio había engordado diez kilos. Por si el retraso fuera poco, Lewis entró con su intensidad habitual en el personaje, hizo un curso de carnicero y se negó a usar el abrigo de invierno que le habían dado para escenas exteriores en la nieve, según él ese abrigo no existía en el siglo XIX, y tuvo que ser tratado tras sufrir una bronquitis y una afonía considerable. Daniel se paseaba escuchando en cascos a todo volumen al rapero Eminem, para potenciar la hostilidad de su personaje, pero fue DiCaprio quien se entusiasmó en una escena de pelea y le rompió la nariz, aunque Lewis estaba tan relleno de su propia adrenalina que siguió interpretando como si no hubiera ocurrido nada, y el resultado está en el realismo que conserva la secuencia.
El desencuentro entre productor y director llegó al punto en que Scorsese mandó colocar espejos retrovisores en el monitor de cámaras para detectar cuando Weinstein se acercaba.
A medida que avanzaba la filmación, todos iban comprendiendo la dimensión y alcance de la película: más de 100 personajes con diálogos y más de 22.000 extras. Terminó de filmarse el 13 de abril del 2001, siete meses después de iniciado el rodaje y ocho semanas más tarde de la fecha prevista. El montaje de Scorsese, sobre el que pretendía recortar, duraba más de tres horas y media, lo que hizo que Weinstein se pusiera fuera de si y amenazara con no estrenar la película a menos que la acortara radicalmente. No sólo le había parecido innecesario emplear tantos términos del habla del siglo XIX, sino que le sobraban peleas y de las tres grandes batallas entre bandas, quería eliminar la primera que para Scorsese es la mejor porque es larga, angustiosa y violenta. El productor no entendía “la necesidad artística” de mostrar orejas cortadas, los souvenir de la batalla, expuestos en un bar. Detestaba tanto esa parte como una breve escena en la que un perro se zampa unas ratas. El enfrentamiento llegó a un punto irreparable cuando incluso quiso eliminar toda la secuencia del tumulto.
Esta noche puedes verla a las 22:00 en TCM (dial 46 de Digital +).
da vergüenza q de verdad alguien diga qesta pelicula debe estar entre las 50 q hay qver antes de morir porq esta hay q verla si loq kieres es morir fuerte mierda de pelicula, decepcion de martinscorsese, pero no todas pueden ser buenas esta claro