Venecia 2009: Nicolas Cage invadido por los tics y la ambigüedad de un milagro
Querido Teo:
Tras un pico llega un valle y ese ha sido gracias a Nicolas Cage que sufre en “Bad Lieutenant: Port of call New Orleáns” uno de sus momentos más bajos como actor. Así coincide toda la crítica que prácticamente se han reído en su cara en una película delirante en la que Cage está lleno de tics y más sobreactuado que nunca y donde se pretende hacer una especie de revisión de la película de Abel Ferrara “Teniente corrupto” que allí contaba con Harvey Keitel como protagonista. Cage es su versión paródica, ya se no se sabe si intencionadamente o no porque tanto el director Werner Herzog como Cage y Eva Mendes, la chica del film, parecían tomárselo muy en serio. El policía drogadicto de Cage pierde en la película literalmente los dientes y los papeles y las risas de cachondeo han sido protagonistas en una cinta acusada de ser un mero producto de encargo a años luz del original. Ferrara, que debía olerse el descalabro, declaró cuando conoció que Herzog haría el remake que éste debería arder en los infiernos y que todo el equipo de la película debería ir en un coche y que éste explotara, mientras que Herzog se hace el sueco incluso afirmando en el lido que nunca ha oído hablar de ese nombre, aunque le gustaría discutir con él con una botella de whisky al lado.
Herzog tiene una segunda oportunidad mañana, la revalida de Septiembre. Y es que se ha anunciado que “My son, my son, what have ye done?”, también de Herzog, es la película sorpresa del certamen, ese as en la manga que pasa a competir en la sección oficial una vez que ya ha comenzado el Festival. Esa cabriola convierte a Herzog en el primer director que compite en Venecia con dos películas.
Mejor le ha ido a “Lourdes”, película emocionante y sentida que tiene como protagonista a una enferma de esclerosis múltiple llamada Christine que lleva a cabo el peregrinaje al santuario de Lourdes en busca del milagro para su enfermedad. Aplausos en positivo para ella y, en especial, para su protagonista Sylvie Testud. Una película que, según su directora, pretende cuestionar ha ambigüedad de los milagros.
También cine oriental con “Prince of tears”, película ambientada en el Taiwán de los 50 en el que se llevaba a cabo la persecución a los seguidores del comunismo de Mao. El realizador Yonfan se ha basado en sus recuerdos de infancia para una película a la que se ha catalogado como entretenida y bien rodada pero que no parece que vaya a contar mucho en el palmarés final.
Nacho Gonzalo (Coronado)