Querido diario:
Un pequeño grupo de jóvenes profesionales se enfrascan estos días ante sus ordenadores, en la postproducción de la película de Alejandro Amenábar. La música también espera aún para integrarse en
"Ágora", de la que algunas personas han visto fragmentos y transmiten una buena impresión, que ya apreciamos en el trailer lanzado hace unos días.
Cuando Amenábar y su productor Bovaira pudieron terminar el esfuerzo de todo tipo que supuso
"Mar adentro", el director se fue de vacaciones. En la mesa de trabajo quedaba un proyecto para la vuelta. Cuando regresó le hizo a su productor una petición: busquemos algo relacionado con las estrellas. El encargo no era sencillo.
Amenábar había pasado unos días navegando y se había visto cara a cara con las estrellas, que cuando no son ensuciadas por la contaminación, difuminadas por la luz de las ciudades, en alta mar, se exponen ciento ochenta grados sobre nosotros, y suelen proyectarnos muy lejos.
Buscaron historias, ojearon libros y tropezaron con una astróloga y pensadora poco conocida, de nombre Hipatia, que vivió en el siglo IV, y una ciudad, Alejandría.
“Ágora” nos proyecta a este siglo del que se habla poco, y que sin embargo tiene rasgos comparables con nuestra época. Este aspecto ha querido subrayarlo Amenábar en el guión y en el aire de la historia. Es el siglo en que Constantino se llevó la capitalidad del Imperio Romano a Constantinopla, la organización cristiana ocupó el vacío de la imperial en Occidente, y comenzaron las persecuciones de los cristianos a los paganos. Resultó una masacre fanática de personas y de ideas.
El concilio de Elvira en España en ese siglo IV prohibió incluso el matrimonio de cristianos con actores de teatro. Si un actor se convertía al cristianismo debía abandonar su profesión. El teatro fue extinguiéndose, a falta de actores y de espectadores, y en menos de un siglo había muerto.
Los Juegos Olímpicos, que tanto habían contribuido a la unión del mundo griego, fueron prohibidos y el odio contra la ciencia y la cultura alcanzó también a los filósofos que representaban el mundo antiguo. En Atenas apenas quedaban por entonces unos pocos maestros y alumnos, organizados en la decrépita Academia fundada por Platón, y la ciencia se había refugiado en Alejandría. Hipatia, hija del último director del museo de Alejandría y reconocida en todo el mundo mediterráneo, llamó la atención de Amenábar por ser astrónoma, y la ha convertido en la protagonista de “Ágora”, bajo la piel de Rachel Weisz.
Para Hipatia era evidente que la tierra era redonda porque hacía ya seiscientos años que Eratóstenes había calculado la circunferencia del planeta con un margen de error del uno por ciento. Y hacía más de trescientos años que Posidonio había construido una maqueta giratoria del sistema solar con los planetas conocidos entonces y la representación exacta de sus órbitas. Pero a partir del siglo IV fue un auténtico sacrilegio oponerse a la imagen divulgada por San Agustín, basándose en los escasos conocimientos que tenía sobre astrología, de que Dios colocaba las estrellas todas las noches en el cielo y que la Tierra era plana.
“Ágora” recrea con sus cincuenta millones de euros de producción la Alejandría en la que se concentraba la cultura en una biblioteca con miles de volumina y rollos, tantos que no volvería a reunirse cantidad semejante hasta el siglo XVII. en sus escaleras se organizaban charlas y en el templo adjunto dedicado a las Musas , Qvlouseion en griego, Museum en latín, los sabios podían trabajar en paz y sin molestias, libres de impuestos y mantenidos por el Estado. En su apogeo, se dice, el Museo hospedaba a 14.000 estudiantes por lo que el establecimiento era como una gran universidad, aún para las medidas de hoy.
Hipatia vive en los años en que comienzan los siglos oscuros, la ciencia se irá con judíos y árabes para no regresar hasta siglos más tarde por Toledo. El gobernador imperial, Orestes, estaba a favor de la científica, pero tanto su neoplatonismo como su belleza la convirtieron en enemiga del hombre más poderoso de su tiempo: el patriarca Cirilo.
El patriarca de Alejandría era el sucesor de los faraones. Estaba naciendo una Iglesia al calor del nacionalismo egipcio, y las ambiciones de los obispos de Alejandría fueron estimuladas por los papas, deseosos de humillar a los patriarcas de Constantinopla.
Cirilo se convirtió en el campeón de la ortodoxia, el Papa de Oriente. Confiscó todas las sinagogas de Egipto, haciendo de ellas iglesias cristianas. Por decisión propia dirigió una muchedumbre para destruir la sinagoga de Alejandría, saqueando las propiedades de los judíos como si se estuviera en situación de guerra, y los desterró, incluidos mujeres y niños, sin poder llevarse ni bienes ni comida. Se calcula que afectó entre cien mil y doscientos mil personas. La expulsión fue total y la comunidad judía alejandrina, la más numerosa de la diáspora y con más de setecientos años de existencia, fue erradicada: la primera «solución final» en la historia de la Iglesia.
Cuando Orestes se quejó ante Constantino, Cirilo lo convirtió en su enemigo y una horda de monjes fanáticos llegados del desierto se presentó ante él, le insultaron y hasta le hirieron de una pedrada en la cabeza y lo habrían matado si el pueblo no se hubiera puesto de su lado. El atacante fue condenado a muerte y Cirilo le rindió honores de mártir, y poco después elevó a 600 los miembros de su tropa de choque, que ya había sido reducida a 500 por un decreto imperial. Se sintió fuerte y entonces fijó su atención en Hipatia.
La “revancha” de Hipatia tardó más de mil años en llegar. Voltaire valoró su vida como expresión de la irracionalidad del fanatismo religioso, y el Romanticismo como encarnación del espíritu de Platón que ella defendía. También se convirtió en icono del feminismo.
Con estos mimbres Amenábar parece haber conseguido una película de altos vuelos, tantos como para andar pensando si llegará a tiempo para Cannes, esperará a Venecia o se elegirá otra estrategia de presentación para que sea una de las grandes producciones internacionales del año.
Aunque en la antigüedad la diferencia entre astrología y la astronomía no era tan evidente, hoy en día Hipatia es considerada una astrónoma. Corregid el error, por favor, a los que nos dedicamos a la ciencia nos duelen estas confusiones.
Corregido Pablo. Muchas gracias.
Qué artículo más interesante. Ojalá Amenábar llegue a estar a la altura de la historia.
Maravilloso arguemento, como maravilloso es el trailer. No puedo esperar a verla.
He visto el trailer y me parece maravilloso, es de las peliculas que se esperan con ansias. Espero que de verdad este a la altura de las expectativas y no nos defraude