La ficción ya tenía presidentes negros
Querido diario:
Hay un toque psicópata en el entusiasmo benevolente por subrayar la negritud del nuevo emperador de Occidente. Pero no es lo bastante negro para cumplir con el cuento de la igualdad.
Según Toni Morrison, la nobelista con b de Nobel, Clinton fue nuestro primer emperador negro, por ser el primero que procede de ¡un hogar desestructurado, con madre alcohólica, de un mundo al margen!. También fue el primero que tiene un trato más relajado y menos afectado con los negros, de cuya compañía y cultura disfruta claramente.
Es posible que su cercanía a los negros contribuyera a la armonía racial de la que han gozado en los últimos años los usamericanos, pero sigue siendo un color negro desteñido.
Cuando dejó de ser emperador, Clinton se estableció en Nueva York y alquiló una oficina en Harlem, por la que los contribuyentes pagan cada año 300.000 $, ya que no dejan de ser dos mil metros cuadrados con vistas al norte de Central Park. Anda por allí muy de vez en cuando, y lo cierto es que pocos saben que no fue su primera opción, porque antes lo intentó en otras zonas, incluyendo toda una planta de la torre Carnegie de la Calle 57.
Que Clinton ande por el 55 West de la 125, ha llevado prosperidad a la usamericana. Pronto se inauguró un Disney Store y un Starbucks, pero poco más. Cuando Bill recibe a algún visitante ilustre lo lleva a Bayou, un restaurante de cocina sureña, pero no se adentra más.
Barack es el siguiente paso, podría llegar hasta la calle 130, más allá hace falta más color.
Desde luego que la ficción ya se adelantó, pero la televisión más que el cine y con más dignidad presidencial. Morgan Freeman ha sido el primer emperador negro "serio" para el cine, pero la televisión fue la primera en "forzar" la presencia de un negro presidente en los hogares.
En este mp3 puedes recordar a esos emperadores negros que desde hoy ya son realidad...