Centenario James Stewart: Hitchcock

Cuando empezó a definirse el reparto de “La soga”,  la sexualidad de los tres protagonistas no se expresaba de forma explícita, ni en la historia ni en las reuniones de producción, pero en el guión Brandon usa colonia, y se menciona deliberadamente a su madre. Hoy puede resultar absurdo pero entonces resultaba tan claro que Cary Grant y Montgomery Clift comprendieron esas implicaciones, y se mostraron tan recelosos que Grant y Hitch se enzarzaron en una discusión que fue subiendo de tono. El desacuerdo se descontroló hasta que Cary no sólo se desentendió de “La soga”, sino también de los planes en marcha para asociarse con el director, tras los grandes éxitos de “Sospecha” y “Encadenados”. »Hitch juró por su parte que nunca volvería a trabajar con Grant».

La elección de James para interpretar el papel de Rupert sigue siendo objeto de debate entre los críticos, aunque las cosas parecen estar bastante claras. Los bancos se negaron a prestar a la productora todo el dinero que esperaba obtener, conscientes de que James no podría igualar el tirón internacional en taquilla de Grant. La verdad es que James era ya una de las estrellas que más público atraía a los cines, su salario casi igualaba al de Grant, pero en ese momento se representaba a si mismo y temía que no le llegaran buenos proyectos. Wasserman logró convencer a James de que rebajara sus honorarios a cambio de un porcentaje de los ingresos de taquilla. Al final aquello le haría ganar 300.000 en lugar de los 175.000 dólares de su caché, tampoco podía saber que no sería el resultado más importante de su unión con Hitch.

Alfred aceptó a James porque ya era muy consciente de la importancia que tenía la elección de un protagonista que fuera una estrella: “Uno lee el resumen que hacen de una historia de aventuras: “Bueno”, dicen, “Jimmy Stewart va a caballo y se enfrenta a cien indios. Pero Stewart es muy listo y se sale con la suya...” Verás, siempre es “Stewart”, y nunca el nombre del personaje al que interpreta… Pero la mayor ventaja a la hora de elegir a una estrella es la familiaridad», su cara es familiar... en el momento en que está en peligro», la reacción del público es mucho mayor que si el actor fuera más desconocido, aunque más adecuado al personaje, que se ajustase más al papel. Así que eso supone un gran apoyo para tu historia».

James sabía perfectamente que no tienen razón quienes dicen que el star-system está muerto. “Nunca me ha parecido que fuera cierto. Hablas con la gente y no pueden expresarlo con palabras. Pero una estrella es simplemente alguien con quien identificarte...«

En la obra de teatro original en la que se basa “La soga”, el problema de identificación para James estaba claro. Rupert es un poeta homosexual. En la película, pasaría a ser un editor de libros de filosofía. El guión, escrito pensando en Cary Grant, cambió después de que James aceptara el papel. Con un actor que representaba el estereotipo del usamericano, cualquier sugerencia de triángulo homosexual entre los protagonistas no sólo se esfumó, sino que James aprovechó para cambiar radicalmente su imagen, volviéndose más duro.

Stewart se convirtió en el héroe perfecto para el cine de Hitchcock, porque es un tipo corriente en situaciones extrañas que hace fácil que comprendamos los dos sentimientos favoritos del gordo malévolo: miedo y angustia.

El miedo real causado por la violencia lo expresa James a la perfección en  la pelea frenética que hay al final de "La ventana indiscreta". Esos planos brillantemente encuadrados y montados, en los que Raymond Burr lo arroja desde su propia ventana, no han sido superados cuando se quiere mostrar en pocos segundos el dolor y el terror más desbordantes.

La angustia más demoledora, la del amor verdadero, hallado y perdido, no se puede interpretar  mejor que en “Vértigo”, también conocida en su traducción más literal como “De entre los muertos”. Por razones evidentes diario, mi personaje favorito de James, su gran contribución a mi humanidad es este papel, el necrofílico Scottie Ferguson. James llega a expresar tal nivel de angustia, de extravagancia psicológica, que los cinéfilos usamericanos se sienten incómodos y son reacios a recordarle en ese papel. En el fondo es la mayor expresión de afecto y quizás el tributo definitivo a James.