Cannes 2006: "Volver" en la playa de Cannes
Querido diario:
Ha sido levantarme, tomarme el estresante que me receta Quintanilla para salir del muermo, y encender el chip de Cannes para saber que había pasado anoche en la fiesta de Almodóvar..
Llegó la presentación de "Volver" al público, con "alfombreo" y expectación. No defraudó. Fue terminar la proyección y estallar los aplausos. Un minuto, dos, tres minutos que ya suenan muy largos, cuatro minutos y más. las "chicas" tan emocionadas que no pudieron contener las lágrimas. Como me hacía ver Carmen Maura horas más
tarde, ya en la fiesta, Francia es ahora cuando se ha terminado de rendir a Almodóvar. Carmen recuerda bien que al principio sólo eran Italia y Estados Unidos quienes valoraban la originalidad del director. Tal vez le den la Palma de Oro o tal vez no, pero Cannes ya se ha apoderado del manchego.
Y luego llegó la fiesta. En la playa, con buen tiempo, carpa y todo el que pudiera estar invitado o haber conseguido colarse, porque sobre el papel éramos una selección muy de elite.
Llevaba doce horas trabajando sin un reposo para la neurona ni el músculo, o sea que llegué y me senté en una de las pocas mesas. No me merecía cenar de pie. Para no romper la tradición, llegó rápidamente el inevitable "je suis desolé" diciéndome que la mesa estaba reservada. Respondí que trajeran a los de seguridad si pretendían
levantarme de allí y no apareció nadie para hacerlo. Mejor.
Las caras conocidas y los cuerpos que van debajo fueron llegando poco a poco. Se llenó. Paella fría mala, un jamón corriente y un caba que me ha dado un dolor de cabeza brutal. Tal vez fuera también porque la banda sonora de "Volver" estaba a todo meter.
Sigo esperando que algún día se le preste tanta atención al sonido como a la imagen. Y las imágenes que circulaban ante mi eran estupendas.
Sofía Coppola comiendo a dos carrillos la paella fría y la chistorra; Penélope con un "palabra de honor" color champagne, Maura de rojo, Blanca Portillo y Lola Dueñas de negro muy escotadas. Helena Bonhan Carter con vestido negro y el sujetador imperante, a lo María Antonieta, que apuntalan; Samuel L. Jackson con su gorra de
toda la vida y una esposa con un pandero impresionante; Tim Roth, miembro del jurado, pasándoselo impresionante, sin parar un minuto, de un lado para otro.
Los pasteles estaban bien. Empezó a sonar la música de los setenta y pocos fueron los que se decidieron en esos primeros momentos. Yo tuve un aparte con Carmen Maura. Le sorprendía ver a Pedro rodeado de un séquito tremendo, con una pompa espectacular. Recordé como apenas dos horas antes, Penélope había entrado en la fiesta rodeada como un presidente Usamericano. El mundo rico tiende a exagerarlo todo y yo que soy
una chica formal, decidí que quedarme más rato allí era exagerar.
Para compensar esta mañana me he comido el documental de Al Gore , sobre el calentamiento de la Tierra, fuera de competición. Y sigo en la carrera.