Paisajes de película: Innisfree
Querido primo Teo:
"Todo comenzó durante un viaje por el amplio marco geográfico donde se rodó en 1951 El hombre tranquilo. Entré en un pub de una hermosa villa irlandesa y escuché a cuatro viejos completamente borrachos hablando de John Ford. Comprendí en ese mismo momento que de ahí podía salir una película fascinante. Así se me ocurrió la idea de hacer "Innisfree". Con estas palabras se expresaba el director José Luis Guerín sobre nuestro paisaje de película de esta semana que dio lugar a uno de los más recordados documentales del realizador de "En construcción". Esta obra fílmica de 1990 navega 28 años después del rodaje "El hombre tranquilo" en el lugar en el que se rodó preguntando a los lugareños sobre que supuso el rodaje en la zona. Sin duda una propuesta muy original que permitía que el espectador comprobará como ha evolucionado el lugar en base a lo que narró Ford.
De la película que le valió a John Ford el cuarto Óscar de su carrera ya se ha hablado en muchas ocasiones. Ahora podemos centrarnos en ese lugar que en la película recibió el nombre de Innisfree, pero que verdaderamente fue rodada en el pueblo de Cong. Este pueblo está situado en Connemara , la que para muchos es la zona más bonita de Irlanda con el predominio de montañas verdes, fuertes vientos y la proximidad de las olas del Atlántico que bañan la costa irlandesa. Este es una de las zonas en las que la lengua gaélica aún no se ha perdido persistiendo en el hablar de más del 60% de la población. El día ha salido soleado pero aquí ya se sabe que el tiempo cambia en cuestión de minutos, así que vamos a irnos al pueblo de Cong antes de que un aguacero nos sorprenda.
Siguiendo la estela del lago Corrib llegamos a esta aldea en la que se rodó la mayor parte de la película de Ford y del documental de Guerín. Son casas austeras pintadas de colores muy diferentes, en ocasiones algún vecino pinta su casa de algún color chillón pero el paso del tiempo ha provocado que la conjunción sea armoniosa. Sigue en pie la taberna de Pat O´Connor que sale en la película, lugar donde los lugareños se reunían para descargar tensiones y pasar un buen rato con las típicas pintas irlandesas bañando los gaznates. Entramos para preguntar un lugar próximo donde alojarse pero el ambiente ha decaído y sólo te ves a unos amigotes jugando a las cartas. Si que hay muchos recuerdos del paso del rodaje colgado en las paredes y estanterías. Enfrente existe una cafetería que ostenta el mismo nombre de la película de John Ford "The quiet man", sin duda el lugar vive de la fama que le dio la cinta protagonizada por John Wayne y Maureen O´Hara. Están en su derecho vaya. Si en mi pueblo hubiera venido Ford y Wayne hubiera hecho lo propio, aunque en el mío lo máximo que puedes llegar a ver es a la abuela del anuncio de la fabada.
Aquí como en toda Irlanda hay culto a la pinta, pero también lo hay a la iglesia. El día de San Patricio, patrón de Irlanda, que se celebra el 17 de marzo es una auténtica fiesta que empieza con rezos y que acaba en los locales o pubs de la zona. A parte de bebida, hay una rica gastronomía en la que predomina los pescados y moluscos. El estofado de cordero, el queso y el durrus ahumado también son típicos. Me despido de un lugareño que me ha acompañado por el pueblo y alzando la pinta a la altura de mi cara dice: "Te deseo salud y larga vida, una tierra sin renta, un hijo cada año y que puedas morir en Irlanda". Bueno, si es un gran lugar, no se si para morir o no aquí, pero si para visitarlo por lo menos una vez en la vida. Me subo a una colina verde donde observo todo el pueblo, veo a la gente activa y enfrascada en su cultura irlandesa, y con el recuerdo del paisaje que hizo que los operadores Hoch y Stout ganaran el Óscar a la mejor fotografía, me echo la mochila a la espalda y sigo mi camino por Irlanda.
De tu primo Telémaco