Fu-Manchú, el señor de las torturas
Querido diario:
"Imagina a una persona alta, enjuta y felina, alta de hombros, con un entrecejo shakesperiano y un rostro satánico, con el cráneo afeitado y unos largos, magnéticos ojos de gato verde, la astucia cruel propia enteramente de la raza oriental, todo concentrado en un intelecto gigante. Imaginen ese terrible ser y tendrán un retrato mental del Dr. Fu-Manchú".
Así definían al personaje los de la Metro cuando decidieron llevar al cine las novelas de Sax Rohmer, que empezaba su historia así….
Sax era un inglés victoriano hijo de reverendo irlandés y madre alcoholica, egiptólogo, asceta y esoterista, que se había inventado el paladín perfecto de la causa antioriental muy extendida por entonces y nacida de la Manchuria de los primeros años del siglo XX y las atrocidades que empezaban a difundirse sobre la invasión japonesa de sus paises vecinos.
El diabólico doctor Fu-Manchú nació en 1913 con "The Mystery of Dr. Fu-Manchu". A la quinta novela, "The Mask of Fu-Manchu", fue cuando la Metro se interesó por el villano chino.
Los jefazos del estudio echaron un vistazo a su nómina de estrellas (Gable, Taylor, Rooney, Barrymore, Tracy... hasta llegar a Karloff, el actor más popular y taquillero del año. Fu-Manchú echaba a andar.
Érase una vez el canalla Fu-Manchú que se encapricha de la espada de Gengis Khan, arma poderosa que le permitirá dominar a todos los pueblos asiáticos habidos y por haber, que, además, le rendirán pleitesía como sucesor del Alejandro Magno mongol. Ordena raptar a Sir Lionel Barton (Lawrence Grant), expedicionario inglés merced a las mañas de dos hombres momias en pleno museo británico. Entra Fu-Manchu. Y cómo entra. Precedido por un golpe seco de gong, en pleno laboratorio humeante, Mefisto con bigotes y ojos de anaconda, preparando brebajes del Averno con sus dedos de bruja de Macbeth. Por si fuera poco el shock, el demonio tiene una hija, Fah-Lo-See, bella en su podredumbre, encarnada por una fascinante Myrna Loy. Como siempre, la hija de Barton y el petimetre de su novio Terry, intentan desfacer entuertos con voz temblorosa. Mientras, Fu-Manchú tortura a su prisionero mudándole a una gran campana que no cesa de sonar. Encima, en ayunas. Para saciar su sed, el doctor envía a un esbirro coronado de adelfas y uvas de moscatel que le ofrece una copa de agua. Barton bebe con avidez pero, de repente, escupe el agua. Estaba salada. Cabroncete...
Paralelamente a las clases de tortura china, los expedicionarios encuentran la mismísima espada de Khan, en lo profundo de un mausoleo custodiado por una puerta de oro macizo cerrada con una falleba en forma de dos manos cruzadas. Los acontecimientos se precipitan…
El público que un año antes se quedó de mantequilla al ver Frankenstein asistió el 4 de diciembre de 1932 a los sesenta y ocho fascinantes minutos de The Mask of Fu-Manchu con intención de volver a pasarlo "fatal". Sin embargo, el pelotazo de la Universal no se repitió para la MGM. Recaudó Seiscientos veinticinco mil dólares , no estaba mal, considerando que costó diez veces menos. El público no tenía demasiadas ganas de asimilar los furibundos mensajes xenófobos de la cinta ni las maquiavélicas artes del chino sin manicura. la crítica estuvo escéptica.
boris se lo había pasado en grande interpretando al doctor. Seguro que se acordaba de sus hermanos y sus viajes a Oriente. ¿Se habrían encontrado con algún elemento similar?
Christopher Lee se encargó de Fu a la muerte de Karloff y tambpoco se lo pasó mal. Le tocó encarnar a casi todos los monstruos y asesinos conocidos por el gran público, el temible Fu-Manchú incluido.
Su popularidad underground se convertiría en idolatría con los años, lo que le ha permitido trabajar en las dos trilogías épicas más aclamadas del nuevo siglo: El Señor de los Anillos (Lord of the Rings), interpretando al mago Saruman el blanco, y los nuevos episodios de Star Wars, interpretando al rebelde caballero jedi Conde Dooku.
Las historias de Fu han salido en video y aquí puedes escuchar cosas del chino malvado…