Tarantino, un buen farsante.
Querido diario:
Quentin Tarantino pasó por La Clínica demostrando que es un fan de las aficiones. Ya sabía que le gustaba España, y que cuando le llevaron a cenar paella no permitió que nadie le eligiera el vino, sabía moverse por la carta de vinos con soltura...
o es que sigue siendo muy bueno fingiendo, como hizo cuando le metieron en la cárcel con 26 años... yo tampoco lo sabía pero me lo ha recordado el tío Aníbal cuando le he puesto un correo contándole que me estaba viendo "Kill Bill Vol 2" por sexta vez en esta semana.
Al "Venas" le he tenido que mandar a su celda, porque ya se había partido tres dedos contra un barrote practicando los cinco golpes al corazón.