“Servicio completo. La secreta vida sexual de las estrellas de Hollywood”
Viven ya muy pocos testigos del Hollywood clásico que, históricamente, se ha nutrido de un gran volumen de memorias. En este caso el protagonista se sale de lo corriente, se sale mucho. Se presenta como un Celestino amigable elevado a barman para fiestas de todo tipo de estrellas en un ambiente sexual promiscuo. El resultado de ciento cincuenta horas de conversaciones grabadas es una aportación tan interesante como inverificable sobre la vida privada en Hollywood.
Título: “Servicio completo. La secreta vida sexual de las estrellas de Hollywood”
Autores: Scotty Bowers y Lionel Friedberg
Editorial: Anagrama
El que el historiador Román Gubern haya aceptado la presentación de esta obra, junto a la seriedad habitual del sello editorial, reducen el tufo sensacionalista del título que, sin embargo, se ajusta al contenido en su mayor parte…. No en toda. El autor garantiza, como es natural, la fidelidad de sus recuerdos dentro de la capacidad limitada de cualquier memoria y, al terminar su historia, la impresión es de realismo. Es un esfuerzo complejo el de percibir la moral de cualquier otra época a la nuestra. En un lugar como Hollywood todavía más pero, como señala Gubern, “uno concluye que las fantasías eróticas de los films no podían no contaminar a sus intérpretes de carne y hueso y que lo que ocurría bajo porches coloniales o en piscinas privadas era tanto o más interesante que lo mostrado en las pantallas tuteladas por Will Hays, obligadas a sugerir en vez de mostrar”. Scotty Bowers emplea un lenguaje directo sin regodearse en detalles escabrosos pero sin dejar de llamar a las cosas por su nombre, por ejemplo los “glory holes” o “agujeros gloriosos” en los bares homosexuales (Afujeroglorioso.txt).
La narración se enriquece con el trabajo del escritor y los detalles biográficos personales del protagonista. En cambio se ve algo lastrada por un sentimiento ecuménico de amistad y buena disposición hacia casi todos a los que “conectó”. Compensación tal vez ante la cantidad de nombres y preferencias sexuales que revela.
Desconocía que el autor de este libro fuera el poseedor del Oscar del español Néstor Almendros, que es tratado con respeto y amistad, además de explicarse las razones de que la estatuilla del gran fotógrafo esté en sus manos (Nestor.txt).
Cualquier lector no puritano y aficionado a la época dorada del cine norteamericano disfrutará de un libro bien escrito, con agilidad, reflejo vidrioso de una época y unas personas que han influido más que ningún otro grupo social. Hay que tener cuidado con lo que ocurre en una barra de bar.
Carlos López-Tapia