¿Qué fue de... Michael Cimino?

Querido primo Teo:

En el grupo de realizadores que revolucionó Hollywood durante los años setenta se encuentra Michael Cimino. Este guionista y director alcanzaría la cumbre con su segunda película, “El cazador”, por la que ganaría dos Oscars en el año 1979, por su labor como director y productor del film. Pero su siguiente obra, “La puerta del cielo” se convertiría en uno de los mayores desastres económicos de la Historia del Cine. El fracaso de esta película arruinó a la compañía United Artist, terminó con la llamada era del Nuevo Hollywood y truncó las aspiraciones de Cimino, que no eran pocas.

Como cualquier gran folclórica que se precie la fecha de nacimiento de Michael Cimino es una verdadera incógnita. Él dice que nació en el año 1943, pero otras fuentes sitúan su nacimiento en el año 1939. Así, que fiándonos de estas últimas, se puede decir que Michael Cimino nació en Nueva York hace 72 años. En el colegio ya destacaba por ser un verdadero cerebrito y también por su afición a implicarse en cualquier bronca, por no hablar de su temprana afición al alcohol. Tras licenciarse en Bellas Artes por la Universidad de Yale comenzó a trabajar en el mundo de la publicidad. Tras realizar una serie de spots para la televisión le surgiría la primera oportunidad de trabajar en el cine. Escribiría los guiones de “Naves misteriosas” y de la secuela de “Harry el sucio”, “Harry el fuerte”. También escribió el guión de “Un botín de 500.000 dólares” que fue comprado con Clint Eastwood, con la intención de producir, dirigir y protagonizar el film. Pero Cimino insistió para que le permitiera dirigirlo. Eastwood accedió y el primer largometraje de Cimino se convirtió en todo un éxito de crítica y de público.

Este éxito llamó la atención del productor Michael Deeley, que le ofreció un proyecto que se llamaba “The man who came to play”, escrito por Quinn K. Redeker y Louis Garfinkle. Este proyecto acabaría llamándose “El cazador” y Cimino tras una serie disputas con los escritores originales, acabaría reescribiendo el guión junto a Deric Washburn, al que también se quitaría de encima. El tema acabó en manos de Gremio de Guionistas que mediante arbitraje obligó a acreditar a los tres guionistas. “El cazador” era un proyecto difícil, ya que en el año 1976 la Guerra de Vietnam seguía siendo un tema tabú. Aun así se logró convencer a la Universal, que echó mano de Robert De Niro, convertido ya en una súper estrella, para que lo protagonizase. El reparto del film lo completarían Christopher Walken, John Savage, Meryl Streep y John Cazale. Sacar adelante “El cazador” no fue nada fácil. Universal no estaba de acuerdo con la presencia de John Cazale, que estaba en fase terminal de un cáncer de huesos, y Meryl Streep, que era la pareja del actor, y Michael Cimino amenazaron con abandonar el proyecto si no contaban con Cazale. El rodaje se tuvo que reorganizar para poder rodar primero las escenas de Cazale, que no vería la película finalizada ya que falleció poco después del rodaje. En un principio el presupuesto de “El cazador” era de 8,5 millones de dólares pero acabó elevándose a 15, provocando un nuevo malestar en el estudio, ya que tenía la impresión de que Cimino no iba a terminar nunca la película, y lo que es peor, que se iba a hacer eterna para los espectadores. De “El cazador” se hicieron dos montajes, y se decidió testarlos para ver cuál era el mejor recibido por el público en los pases de prueba. Cimino llegó a sobornar al proyeccionista para que interrumpiera la versión más corta y asegurarse de esa manera comentarios más positivos de la larga. Y finalmente acabó estrenándose la versión que dura tres horas. Nadie podía prever que “El cazador” acabase convirtiéndose en un enorme éxito de crítica y de público y que fuese considerado un clásico instantáneo. Cimino ganaría el Globo de Oro, el premio del Gremio de Directores, y “El Cazador” acabaría obteniendo nueve nominaciones a los Oscars, ganando cinco estatuillas, en las categorías de sonido, montaje, actor de reparto para Christopher Walken, dirección y película.

La carrera de Cimino era imparable y en 1979 llegaría a un acuerdo con la United Artist para rodar varias películas. La primera de ellas era “La puerta del cielo” , un western ambicioso basado en la Guerra del Condado de Johnson, un conflicto entre terratenientes y los inmigrantes europeos en Wyoming en la década de 1890, que Cimino ya había presentado al estudio en el año 1971. Ocho años después, con Cimino en la cumbre, United Artist depositó toda su confianza en él y le dio carta blanca. Se reclutó a un reparto de lo más interesante Kris Kristofferson, Christopher Walken, Isabelle Huppert, Jeff Bridges, John Hurt, Joseph Cotten y un jovencísimo, Mickey Rourke. Si el rodaje de “El cazador” no fue nada fácil, el de “La puerta del cielo” fue aún peor. La filmación de esta película se convirtió en la comidilla del año 1979, entre los numerosos contratiempos de la producción y los múltiples rumores sobre las maneras de Cimino en el set, que le valió el apodo de “El ayatola”. El presupuesto se disparó a los 44 millones de dólares, y en un principio se había ideado uno cuatro veces menor. En el libro “El salón de la vergüenza de Hollywood”, escrito por Harry y Michael Medved se comenta que el consumo de drogas también influyó en el alto coste del film, y se da el testimonio de una fuente anónima pero muy privilegiada en donde decía que veinte millones de dólares fueron destinados a costear la película y los otros veinte se gastó en cocaína para el reparto y el equipo. United Artist no podía más y estuvo a punto de despedir a Michael Cimino y reemplazarlo por otros realizadores como Norman Jewinson o David Lean, pero finalmente no se llegó a hacer nada. La posproducción infernal. Cimino prohibió a los ejecutivos que viesen la película hasta que no la tuviese finalizada, llegando incluso a cambiar la cerradura de la sala de montaje. El estudio no supo qué hacer el día en el que Cimino les presentó el montaje definitivo del film que duraba cinco horas y media. Los productores obligaron al realizador a recortarla a poco más de tres horas y media. La película se estrenó en Nueva York en noviembre de 1980, y fue un desastre. Parte de la crítica se cebó con ella, y el público la detestó. En Estados Unidos recaudó 3 millones de dólares, ni siquiera un remontaje de dos horas y media pudo mejorar la situación. La publicidad del film era muy negativa y los espectadores no querían pagar por verlo. Para colmo de males, Cimino, ganó el premio Razzie al peor director. La recepción en Europa fue algo mejor. En el año 2005 salió el montaje del director y muchos de los críticos que la machacaron en su día cambiaron de opinión.

Tras este desastre, United Artist se arruinó y fue comprada por la MGM. La compañía había firmado un acuerdo con Cimino para realizar varias películas, entre ellas “The Fountainhead”, basada en una novela de Ayn Rand, pero con el fracaso de “La puerta del cielo” ya tenía bastante, así que decidió anular el contrato. En 1984 sorprendió que Michael Cimino fuese a parar a un proyecto musical como era “Footloose”, pero cuatro meses después fue despedido por la Paramount porque se le estaba yendo la mano con demandas demasiado extravagantes. El comentario de la época era que Cimino no había aprendido la lección de “La puerta del cielo” y que podía arruinar cualquier producción. Así que el realizador se convirtió en un verdadero apestado. Sus siguientes proyectos serían financiados de manera totalmente independiente, y así pudo rodar “Manhattan sur”, “El siciliano”, “37 horas sesesperadas” o su última película “Sunchaser” estrenada en el año 1996. En el 2007 participó en el film colectivo “Chacun son Cinéma”, fomentado por el Festival de Cannes que celebraba de esta manera su 60 aniversario.

En la última década Cimino fijó su residencia en París y ha estado dedicándose en la literatura. Cimino es un personaje singular, dentro y fuera del set de rodaje, ya que en los últimos años nos ha sorprendido con su nuevo aspecto, y ha tenido que sortear a los rumores sobre su posible cambio de sexo.

Vídeo

Saludos
Mary Carmen Rodríguez