Centenario Katharine Hepburn: "La costilla de Adán", la escena
7 de Agosto de 2007
Querido primo Teo:
Vendida con la frase “la guerra de los sexos”, “La costilla de Adán” (1949) es una de las comedias más deliciosas de todos los tiempos. La química entre Katharine y Spencer llegó a una de sus cotas más altas interpretando a un matrimonio de abogados que tienen que defender a las respectivas partes de un suceso en el que la mujer descubre que su marido le es infiel no dudando en dispararles cuando les descubre, no produciéndose ninguna víctima. El marido no duda en demandarla por intento de asesinato y aquí entran en escena nuestra pareja que lleva al caso sus prejuicios y sus posicionamiento ideas sobre la igualdad de géneros.
Maestría la de Cukor dirigiendo, en una colaboración más con la Hepburn, y utilizando una narración muy dinámica que delega el absoluto protagonismo a los personajes y a esos pequeños detalles como los encuentros de los dos abogados bajo la mesa en el mismísimo juicio al tirar los lápices en busca de un fugaz y cómico encuentro.
Para el personaje de Amanda, que interpreta Katharine Hepburn, el caso que defiende pasa a convertirse en una causa personal feminista con el que pretende conseguir gran resonancia pública para que así se llegue a la tan deseada igualdad ante la justicia, cosa que provoca la desesperación del personaje de Spencer Tracy que ve como es precisamente su mujer, su antes sumisa “pocholina”, la que le está poniendo contra las cuerdas tanto en el juicio como fuera de él.
"La costilla de Adán" es una comedia ágil y entretenida que aparenta ser un alegato feminista pero que, a pesar de ello, cae en bastantes tópicos y estereotipos machistas, por ejemplo en la necesidad de demostrar la fortaleza física de la mujer, una de las pruebas del juicio, para merecer la igualdad (lo que da lugar a una de las escenas más divertidas y cirquenses de la película); o la ridiculización del hombre, el fiscal protagonista, como consecuencia de los avances de la mujer, la abogada defensora . Aún así tiene interesantes valores que resalta como el poner de relieve la doble moral patriarcal y el trato privilegiado que en la práctica se concedía en los tribunales de muchos países al marido que "defiende su honor" asesinando a su esposa infiel.