Hoy Woody Allen ha comenzado en Barcelona el tantas veces comentado proyecto que ha traído al genio neoyorkino a nuestro país. Con Penélope Cruz y Scarlett Johansson en su nueva película, ésta última repite por tercera vez, no se puede negar que Woody tiene un buen gusto por las mujeres teniendo el mundo femenino mucha importancia en todas sus películas. Además, varias actrices han sido bendecidas por el Oscar gracias a su participación en alguna película de Allen. Son los casos de Diane Keaton, Dianne Wiest en dos ocasiones y Mira Sorvino.
Pero a pesar de contar con tantas mujeres en su cine, se puede decir que sólo unas pocas han alcanzado para Woody el grado de musas con las que no sólo rodó sino que además marcó toda una época dentro de su filmografía.
Durante las próximas semanas hablaremos de todas ellas tanto en la web como el foro, ya que todos los primos foreros andan eligiendo a la mejor musa de Allen.
La primera, y tal vez la más representativa, es Diane Keaton de 61 años de edad que despuntó en la década de los 70 con sus intervenciones en las películas de Allen, cuando éste era un joven inquieto que había saltado a la dirección y que intentaba hacerse un hueco en el cine, primero como realizador de comedias con tono comico-agridulce que bebían de las fuentes de Chaplin adaptándolas al lenguaje propio de los jóvenes treinteañeros de la época y después como creador de un cine más maduro y más reflexivo.
Woody y Diane se conocieron a principios de los 70 en la obra teatral de “Sueños de un seductor” que posteriormente sería llevada al cine. Los dos tenía una gran química, él inseguro e irónico, ella intelectual y vivaz, lo que propició que conectarán de inmediato y se convirtieran en la pareja por antonomasia de los 70 tanto fuera como dentro de las pantallas.
Rodaron “El dormilón” en 1973 y “La última noche de Boris Grushenko” en 1975, dos películas llenas de comicidad y humor que darían lugar a su película más exitosa como es “Annie Hall” en 1977, con la que Allen triunfó en los Oscar y Diane consiguió el premio a la mejor actriz, consiguiendo incluso marcar un estilo de vestir que fue imitado por la juventud de la época siendo calificado como “efecto Annie Hall”.
Aquí los vemos en plena cola del cine en uno de los grandes momentos de la película...
Volvieron a repetir en “Manhattan” dos años después y su relación profesional se vio afectada por la ruptura personal de la pareja. A pesar de sus diferencias, los dos han seguido manteniendo una gran amistad que aún perdura. Por ello, no hubo ningún impedimento para que Diane (seguramente la actriz con la que más química ha tenido) repitiera con él quince años después en “Misterioso asesinato en Manhattan”, una de las mejores y más ingeniosas películas de Allen de los 90 en la que Woody recurrió a ella por ser la actriz para la que había escrito el guión después de su tormentosa ruptura con Mia Farrow.
Verlos otra vez juntos, no tuvo precio ya que cualquier escena de ellos juntos en esa película vale su peso en oro sustentándose, además, en el prodigioso guión de Allen. Años antes había aprovechado las dotes en el mundo de la canción de Diane para que tuviera un pequeño cameo en el homenaje al mundo radiofónico que diseñó en “Días de radio”.